martes, 25 de septiembre de 2018

Una ruta masculinista y un feminismo erróneo


El feminismo que tanto había logrado en pro de una vida más justa para la mujer en todo sentido, ha perdido su rumbo en este mundo machista. Se ha disgregado en subgrupos con diferentes objetivos.

Hay un grupo que ya no escucha los planteamientos y críticas a su movimiento, porque todo aquel que ose levantar un dedo en contra tiene intenciones machistas que ni siquiera él entiende. Son los privilegios a los que no quiere renunciar (como si se pudiera) los que hablan por él.

Otro más radical, ha expulsado a los hombres del debate, porque ellos jamás podrían entender lo que se es ser mujer. Como si el feminismo se tratara solo de mirar desde dentro, desde una perspectiva interior del grupo vulnerable. Pareciera más una revancha por la exclusión histórica que el patriarcado les ha impuesto.

O las que en favor del empoderamiento, más bien han mimetizado el machismo. El derecho a la sexualidad no significa que te tires a todo el que te haga la mejor pantomima, o el de mejor abdomen, o el más rollero. Significa que te conozcas, que decidas qué tipo de vida sexual, sentimental e intima deseas. No que por enarbolar una bandera uses tu vagina para llenar vacíos emocionales, es decir, para justificar un vicio. Si eres consiente que una vida de promiscuidad es lo que quieres, adelante y preparate para las consecuencias. Es cierto que a los hombres que deciden lo mismo, se les coloca en un pedestal, pero es la cultura machista la que rige esa visión. Una visión que debería tener vigencia.

El mimetismo ha sucedido también en otros aspectos: la cosificación. Recordemos que los hombres somos tan deshechables que si mueren cientos o miles nos termina dando igual. Es de admirar que las mujeres no se hayan acostumbrado a la muerte de mujeres y alcen la voz por la violencia hacia su género. Pero muchas han absorbido la cosificación en el papel hipersexual que los empresarios machistas les han configurado. Es un tema muy complicado. Engloba la competencia reproductiva, porque como los hombres somos muy visuales, y la industria del sexo reproduce modelos femeninos hipersexuales, entonces las mujeres quieren verse como esas estrellas porno por las que ellos se desfondan, y destacar entre el resto: Labios hinchados, pechos redondos y firmes, culos gordos, cinturas de avispas, y terminan siendo todas iguales, sacadas del mismo molde.

Y qué decir de ese instinto competitivo tan representativo de muchos de nosotros. Lo mimetizan como si fuera un rasgo positivo. Una razón importante de por qué la violencia se ha vuelto equitativa. Los hombres se pisoteaban, se vengaban, se estafaban, se peleaban, conspiraban... todo por vencer al otro. Ahora las mujeres están incluidas en esta lucha por el poder, el prestigio, la riqueza, la fama, el sexo y el éxito.

Creo que a los hombres consientes nos toca dar el paso. Dar el ejemplo. Y no pueden ser las mujeres porque de ellas es que debemos adoptar las conductas que podrían hacernos crecer como personas. Es decir, es un paso que en muchas de ellas, es natural y carece de visibilidad.

1. Solidarizarnos. Cambiar la idea de combatir para ser el mejor por la de fortalecer lazos y destacar en nuestras virtudes para con quienes lo necesitan. Enseñando, ayudando, respetando, aprendiendo y cediendo. Recuerda que ellas nadan contra corriente en un río diseñado por hombres para los hombres. Hay que crecer todos juntos.

2. Valorizarnos. No solo por lo que hacemos, que nos encanta. Sino también por lo que somos. Por el lugar que tenemos en esta sociedad y el rol que cumplimos.

3. Ser inclusivos. Si tienes poder, deroga responsabilidades a los más capacitados, abandonando prejuicios, ideas retrógradas e incluso la libido.

4. Buscar conectar con las emociones. Olvidarnos de tanto en tanto de la razón, de los objetivos, de las estrategias. Dejar ir todo lo que se nos va por causas fuera de nuestro control.

5. Aprender a amar (conociendonos y aceptandonos) para cuidar a quienes queremos con naturalidad.

6. Resistir la adversidad con estoicismo (revisa lo que es estoicismo), no con farfullo para regodearte en la tragedia.

7. Cuestionar la vida superficial del patán y no aplaudir sus patanerías.

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