martes, 4 de diciembre de 2018


La semana pasada, me senté junto a una chica 3.1 en el autobús. E intercambiamos algunas palabras. Hubo cierta complicidad, cierta atracción, sobre todo al despedirnos, como una promesa de volvernos a encontrar. Pensé en lo que me dijo una amiga una vez, de eso que a los hombres nos hace deleznables, que es buscar siempre un objetivo, perseguir siempre un fin. Bueno, claro que sería extraordinario haber conseguido su nombre, su teléfono y su dirección, pero quise seguir un poco las reglas femeninas y simplemente dejarme llevar por el momento. Vamos a hacer que pase algo: y la compañía se convirtió en complicidad. Esto es una pista para el equilibrio a la balanza, lo sé.

No me sale coquetear y no lo intentaré jamás. Cuando alguien me gusta y me corresponde me vuelvo loco, empiezo a fantasear y todo eso no cambiará. Seguiré siendo así, no importa cuantas veces me manden al olvido, o si usan a mis amigos para empoderarse a costa mía, o si me humillan entre una multitud, yo seguiré enamorandome, fantaseando, e intentando adentrarme en sus vidas. ¿Cuál será la actitud prescisa que debería adoptar entonces ante esta resolución? ¿debo perder toda esperanza ante lo ciclico del descarte?

El patrón de chicas de quienes me enamoro ya lo sé: huyen del compromiso.

También sé el caos que mi intensidad causa o el silenciar mi intensidad.

Se me ocurren algunas reglas:

  1. Nada de contacto vía redes sociales.
  2. Solo teléfono, en vivo o por e-mail.
  3. Nada de invitarla a salir.
  4. Nada de conquistar.
  5. Pactar en que no hablaremos sobre pretendientes, exs o parejas.
  6. Amar a mi manera sin esperar nada a cambio.
  7. No mostrarles mi blog.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Los contrastes


Uriel, andas oxidado.
Tú no eres chido, pero está bien que no lo seas.
Quizá ya hay mucha gente chida, gente relajada, que suelta todo como si nada.
Has pensado en una misma chica por no sé cuántos años, maldito enfermo.
De repente te sientes troncoide en un convivio, tiezo, sin mucha vida, solo la escencial.
No tienes una historia que contar, nada nuevo, excitante, nada de vida ajetreada que presumir, pero igual se te acumula el estrés por pendejadas.
Tus logros son detalles minúsculos.
Tienes una pared con listas sobre tu personalidad para recordarte todo aquello por lo que vales, y de todos modos sigues haciendo esto, sigues saboteandote, intolerandote, sigues preguntandote por qué soy así, por qué tengo esta vida, y la respuesta no te consuela, ni te alivia, solo te calla la boca, te manda resistir con estoicismo, un estoicismo que no tienes porque te encanta la tragedia. Ah, maldita dicotomía del sentir y el pensar.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Mi opinión del aborto

Un ser humano no es distinto de cualquier otro ser vivo, es decir, solo por ser nuestra especie conciente de su existencia y poder razonar, no es más valiosa que las otras. Conozco varias historias reales de católicos que no salen del templo y no toleran a quienes aceptan el aborto, pero envenenan gatos porque les cagan el jardín. La historia nos ha demostrado que la mayoría de seres humanos crecen para seguir el mismo legado de destrucción, o en su mayoría, de indiferencia por cambiar los sistemas podridos que matan más gente que el aborto, que exterminan especies enteras, actualmente una tercera parte se encuentra en peligro de extinción y la otra ya no existe. ¿Por qué tanta defensa por la vida humana entonces, qué aporta esta, aparte del arte, que solo sirve para nosotros mismos? El camino cristiano ha sido un camino antropocéntrico, que pone al ser humano en dominio de todo, cuando debería ser de integración al todo. La vida debe ser respetada en todos sus niveles, y también la decisión de una chica, quizá una revolucionaria, que podría cambiar el mundo, a menos que por una noche de calentura o por una violación tenga que abandonar todos sus sueños e ideales para complacer a la sociedad que la obliga a ser madre. Siempre defienden las posibilidades del no nacido, aún conociendo las malas condiciones en que crecerá, ¿por qué no defender la posibilidades de ella? ¿solo por un error hormonal?

domingo, 28 de octubre de 2018

Equilibrio empresarial

Equilibrio entre lo comunitario y lo individual. Un acuerdo en compartir conocimiento pero respetar el valor de lo que cada quien hace con ese conocimiento. Agradecer a quienes inspiran, enseñan, difunden, sin despreciar tu propia contribución. Este mundo está lleno de gente que solo busca beneficiarse de la ingenuidad e inocencia de los demás, ¿por qué habríamos de hacercelos sencillo?

También se puede colaborar en un objetivo común, y ahí todos en conjunto tendrían el mérito, y es verdad, inevitablemente, unos más que otros, ¿por qué no reconocer la parte de cada uno? No puedes estar apoyando y dando todo de ti solo por el gusto de ayudar, no tienes ni los recursos, ni el tiempo, para ser siempre el escalón de otros. No hablo de una jerarquía, hablo de forjar un prestigio. Y no tiene nada que ver con ser humanitario y desprendido... a menos que de eso quieras forjar tu prestigio, o tengas la vida resuelta y nada te falte. Hay que separar lo esporádico de lo cotidiano, y los tiempos de crisis de los estables, así como cualquier ideología filantrópica que solo funciona en planos espirituales.

El extremo de la individualidad sucede en las empresas, con jerarquías desequilibradas, donde la persona de la idea originaria recibe más que el resto. Cuando relega obligaciones también tendría que relegar contribuciones. Si yo produzco, administro, y origino el proyecto, entonces es justo que reciba el 100% de las ganancias. Aunque tampoco funciona así, los empresarios crean empresas que son como individuos, y un porcentaje lo destinan a estas. La ambición de una estabilidad y rápido crecimiento hace que ese porcentaje sea mayor al salario de un trabajador. ¿Cómo sería si esa contribución al crecimiento de la empresa fuese voluntario: que cada empleado, incluyendo al más alto rango, decidiera si destina o no parte de su sueldo al crecimiento de la empresa? con objetivos claros y democráticos sobre aquello en lo que sería mejor invertir.

También hablo sin experiencia. Y no la tendré simplemente porque no quiero ser empresario.

Sí, seguramente esta idea no es mía, pero desgraciadamente no sé de donde la saqué. 

jueves, 25 de octubre de 2018

Acepto

Qué voy a hacer, el mundo confabula en mi contra para que no te olvide. Voy a esto nuevo, del otro lado de la metrópoli, y ahí está esta chica con tu voz y tu chairés, con ese apodo que conciderabas mejor que tu nombre, y esta otra con tu nombre y tu sentido humanitario, o la última, que mantiene un aire de frialdad asperger. Pero ahí estás en todas ellas. Miento si digo que sufro. Te rememoro con cariño, como cuando ves fotos viejas y suspiras.

No es que el trauma haya pasado. Seguro que una ola de angustia me ahoga si nos topamos. Además, sabes que la mañana me trae tus facciones frescas, o algún gesto para recuperar todo de ti. Cabello, ojos, boca, cuello, busto, cintura, manos, piernas, ropa, calzado... y remata con palabras que me obsequiaste, todas con el mismo tema del primer desencuentro: no te preocupes. Maldita política. Promesas de campaña y terminar despreciando el poder. No todo el poder es malo Mizu, mira que dejarte conocerme me hizo un poco tuyo... ahora bien, si decides reducir nuestras aproximaciones a curiosidad o amistad, entonces tengo que bajar la vara de confidencialidad y mostrarme al resto tal cual contigo. Te juro que es para anular tu poder sobre mí. De esto se trata todo: yo te abrazo y conviertes el abrazo en acto de cortesía y amabilidad. ¿Para qué? para deshacerte del poder al que te sometí, cuando te robé un abrazo aquel día.

Tal vez haya sido bueno no haber intimado, ni mostrarte mi cuerpo desnudo. Imagina los estragos. Un vulgar exhibicionista, un prostituto, y mi personalidad por ende fundida. La parte de individuo evaporandose en el charco de nuestra época. El charco de sacos rotos y ornamentales.

No sientas que te culpo. Sabes que me encanta comprenderte. Este paso quizá se llame aceptación, ¡pero qué manera! ¡cuánto significado! ¡qué bien encaja! He hecho un buen trabajo. Estoy satisfecho. Y tú te reirás y dirás que escribo bonito, pero que no me entiendes nada. Sin embargo, tienes un subconsciente cabrón, confío en él ¿qué tal que ese submundo tuyo te rescata? Olvidate del resto, nadie entra acá, desearía que lo vieras como un regalo puro, de corazón. ¿O tienes tropa musaraña que trate de entenderte? No, él no, él nomás te da cariño... no él tampoco, él te diagnostica y te da medicamento. Puag! Qué idea tan bruta, andar enamorando poetas, qué perdida de tiempo, te van a chantajear en este actual mercado de gatos... ¿y qué si encuentras liebre? Estará muy viejo, estará muy verde, estará sometido a su propia musa con sus propias dicotomías y tergiversaciones, estará muy frágil y se te romperá a la primera, estará pesado, construyendo altares de ego, o bien estará violento.

La realidad es de niveles

Desarrollaré esta hipotesis en un mejor momento...

jueves, 11 de octubre de 2018

Más allá de las trincheras

Cada vida humana es una oportunidad para transformar la realidad.

Desperdiciada por aquellos que se oponen a modos distintos al establecido, por los que se adaptan a pesar de la inmundicia, por los que ni siquiera lo intuyen, por aquellos que lo entienden pero están sumidos en la jaula del sistema, y por aquellos cuyos egos no los dejan actuar sin temer las malinterpretaciones. Van a creer que me creo mucho, van a creer que quiero fama, poder, riqueza...

Pero la trampa es también creer en el poder individual, en el grano de arena que suma a la causa, cuando existe, crece y se expande, una cultura que puede con toda la moral familiar, destrona la pesca de intelectos pedagógicos, ni qué decir del buen samaritano, confeso o pagano.

Ay tanta suma entre trampa y modos de desperdiciar la oportunidad, que solo un loco empoderado y con reputación estaría a un paso, pero aislado.

No diré el nombre del enemigo. Un plural. Tantos nombres y todos tan estigmatizados. El mal es parodiable y por eso digerible.

Ni para qué arriesgarme a perderte en el último concepto clave:

Se necesitan menos trincheras y más estrategas desbloqueando comunidad.

Un ritual contra el insomnio

La ansiedad de comenzar en forma las nuevas reformas al sistema cíclico y la costumbre de trasnochar desde la boda de Julieta me han hecho insomne. Estaría bien si viviera solo y me dedicara a la labor intelectual, pero no. Lo primero porque así no molestaría a nadie si me ducho, o si lavo los trastos, la ropa, hago ejercicio, limpio las habitaciones, los baños, el comedor, amaso el barro, horneo... y lo segundo porque no implica ir a comprar material, o ir a oficinas de gobierno a preguntar reglas, o ver a mis mascotas si tengo que limpiar sus sitios. Cuando viva solo giraré el reloj. Mientras emplearé este pequeño ritual: prepararme un té de 7 azahares con una cucharada de miel, cobijarme las patas de cadaver, abrir mi blog, escribir Un ritual contra el insomnio y leer Dos cuentos en la Revista Marabunta.

viernes, 5 de octubre de 2018

Censura siglo XXI

Increible que desde blogger pueda yo escribir y publicar de inmediato. Pero si vieran ustedes el trabajo que me cuesta publicar en facebook y youtube... ¿tendrá que ver que mi IP se encuentra en listas negras, blacklists? ser ciudadano políticamente responsable, incluso a nivel redes, online, digital, o cómo lo quieran ustedes llamar, es jugarle un poco al hacker, aunque sea para librarse de bichos y cosas que apenas entiendo.

Esta semana, tratando de compartir: El problema es que todos estamos atrincherados. ¿Quién se apunta de estratega, mis queridos soldados rasos?

P.D. Nadie lee esto >:)

lunes, 1 de octubre de 2018

La tropa musaraña

Dices no ser de nadie, pero es mentira
eres de ellos.

¿A quién acudes cuando te sientes sola?
¿Quién te consuela cuando te encuentras triste?
¿De dónde salen los consejos para alejarte de aquello que te altera?
¿Con quién celebras tus logros?
¿A quién dejas mirarte desnuda?
¿Con quién olvidas el mundo y te entregas a la aventura?
¿Quién te protege de la perversidad masculina?
¿A quién compartes tus hazañas y los detalles de tu día a día?

Jamás he sido parte de ese sequito.
Me gusta la complicidad y la secrecía.

Pero es más fácil una tropa musaraña.
Eficiente, rápida, siempre disponible.

Sin embargo, también hay cierto orgullo en ser alimaña insurrecta...
o excluida:

Identidad, reserva, y plena satisfacción del merodeo escrupuloso,
del tipo y subtipo, del qué y el para qué, del fin y la resistencia.

De la superficie que se encargue la vanagloriada, la instintiva, la alegre tropa musaraña.


Hubiera sido

En algún lugar alguien te extraña.
No sabe de ti, jamás te ha visto, pero te extraña.
La sensibilidad en su piel aguarda tu caricia, como un secreto aguarda ser decodificada.
Tal vez sea una novicia cansada de las tropas musaraña.
Una suicida que ha encontrado la muerte en las profundidades de la expedición.
O un revoltijo huraño atormentado por las murmuraciones.
Padecemos el mal del tordo, que predica el venimos solos y así nos vamos.
Augurio de lobo estepario de lengua larga que surca el polvo.
Una inercia locomotora de náufrago amnésico.
Loza trapeada novecientas mil veces cuyos ideogramas se van corrompiendo.
Inventa que es él, dale el título, confía en su semejanza.
Nada nos aproxima, ni nos toma las manos para entrecruzarlas en la adversidad.
Aludimos al hubiera, como al canto de sirenas, para toda la eternidad.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Dos mundos

Si esas cosas que me emociona escuchar de la mujer que me gusta, deseo, y quiero, no significan nada ni para ella, ni para nadie, entonces ya me imagino lo atrevidos e impactantes flirteos que suceden en la vida real de todos ellos.

¿Y qué se compara un sincero Me gustas mio a los cientos que recibes a diario en las redes? a los cientos de Quiero conocerte, de Hermosa mujer, de piropos bien elaborados para que sucumbas a la adulación, uno tras otro de hombres a tus pies elogiando tu cuerpo y tus facciones; unos rasgos reaceos alternando con los más finos, suaves y femeninos. Unos ojos que te revelan miedos, alegrías y dudas.

Si publicas videos, también encontrarás un ejercito de tipos que se enamorarán de tu forma de ser. ¿Qué soy yo para ti, entonces? ¿Uno de todos ellos, al que le correspondiste, o un acosador resentido y sobrestimulado con el pan de cada día, alguien que no entiende, que se toma muy a pecho un mero juego de coqueteo moderno?

Yo y mi mundo.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Vilezas o... algo así

Soy vulgar y pervertido. A veces no siento nada, y recurro a la tristeza y a las ilusiones abortadas para volver. Soy muy distraido y paso por alto detalles de galantería o cortesía. Le doy muchas vueltas a mis objetivos, a mis problemas, y a mi vida en general. Es lo que se llama rumiar. Me saboteo porque temo a exigencias externas que me impidan seguir mis metas. Exhibo todo lo enfermo que estoy y a veces no me mido exhibiendo a los demás, pienso que como humanos nadie escapa a la vileza y la concideración sobra. Soy muy severo conmigo mismo. Se me dificulta demostrar afecto. Por eso creo que es muy significativo cuando lo hago, y atesoro lo que me dan. Mi estilo es uno solo, aunque en mi interior hay niveles de aprecio. Soy rencoroso. Ante alguna ofensa, puedo dejarla pasar en el momento, pero en una mejor oportunidad devolveré el golpe, con veneno acumulado. Me encanta dormir: no hacer nada, olvidarme de todo, descansar, el calor, suavidad y lo mullido de todos los elementos que conforman mi cama. Es el lugar más íntimo luego del baño. Me fastidia tener una conducta estereotipada y seguir reglas o fórmulas para relacionarme con los demás. Detesto que me busquen para relaciones digitales por cómo escribo. Es como hacerlos parte de esta soledad, donde interactúo con las ideas y las palabras, pero no con ellos realmente, así que no puedo conectarme emocionalmente, que ya de por sí, tan difícil se me hace.

martes, 25 de septiembre de 2018

Valores muy masculinos:      Extremos enfermizos:

La persistencia                      La necedad, el acoso
La racionalización                La visceralidad
La gallardía                           La patanería
La determinación                  La impulsividad
La astucia                              La maquinación
La disciplina                         La rigidez, el perfeccionismo
La lealtad                              El fanatismo, el servilismo
La amistad                            El pandillerismo

Una ruta masculinista y un feminismo erróneo


El feminismo que tanto había logrado en pro de una vida más justa para la mujer en todo sentido, ha perdido su rumbo en este mundo machista. Se ha disgregado en subgrupos con diferentes objetivos.

Hay un grupo que ya no escucha los planteamientos y críticas a su movimiento, porque todo aquel que ose levantar un dedo en contra tiene intenciones machistas que ni siquiera él entiende. Son los privilegios a los que no quiere renunciar (como si se pudiera) los que hablan por él.

Otro más radical, ha expulsado a los hombres del debate, porque ellos jamás podrían entender lo que se es ser mujer. Como si el feminismo se tratara solo de mirar desde dentro, desde una perspectiva interior del grupo vulnerable. Pareciera más una revancha por la exclusión histórica que el patriarcado les ha impuesto.

O las que en favor del empoderamiento, más bien han mimetizado el machismo. El derecho a la sexualidad no significa que te tires a todo el que te haga la mejor pantomima, o el de mejor abdomen, o el más rollero. Significa que te conozcas, que decidas qué tipo de vida sexual, sentimental e intima deseas. No que por enarbolar una bandera uses tu vagina para llenar vacíos emocionales, es decir, para justificar un vicio. Si eres consiente que una vida de promiscuidad es lo que quieres, adelante y preparate para las consecuencias. Es cierto que a los hombres que deciden lo mismo, se les coloca en un pedestal, pero es la cultura machista la que rige esa visión. Una visión que debería tener vigencia.

El mimetismo ha sucedido también en otros aspectos: la cosificación. Recordemos que los hombres somos tan deshechables que si mueren cientos o miles nos termina dando igual. Es de admirar que las mujeres no se hayan acostumbrado a la muerte de mujeres y alcen la voz por la violencia hacia su género. Pero muchas han absorbido la cosificación en el papel hipersexual que los empresarios machistas les han configurado. Es un tema muy complicado. Engloba la competencia reproductiva, porque como los hombres somos muy visuales, y la industria del sexo reproduce modelos femeninos hipersexuales, entonces las mujeres quieren verse como esas estrellas porno por las que ellos se desfondan, y destacar entre el resto: Labios hinchados, pechos redondos y firmes, culos gordos, cinturas de avispas, y terminan siendo todas iguales, sacadas del mismo molde.

Y qué decir de ese instinto competitivo tan representativo de muchos de nosotros. Lo mimetizan como si fuera un rasgo positivo. Una razón importante de por qué la violencia se ha vuelto equitativa. Los hombres se pisoteaban, se vengaban, se estafaban, se peleaban, conspiraban... todo por vencer al otro. Ahora las mujeres están incluidas en esta lucha por el poder, el prestigio, la riqueza, la fama, el sexo y el éxito.

Creo que a los hombres consientes nos toca dar el paso. Dar el ejemplo. Y no pueden ser las mujeres porque de ellas es que debemos adoptar las conductas que podrían hacernos crecer como personas. Es decir, es un paso que en muchas de ellas, es natural y carece de visibilidad.

1. Solidarizarnos. Cambiar la idea de combatir para ser el mejor por la de fortalecer lazos y destacar en nuestras virtudes para con quienes lo necesitan. Enseñando, ayudando, respetando, aprendiendo y cediendo. Recuerda que ellas nadan contra corriente en un río diseñado por hombres para los hombres. Hay que crecer todos juntos.

2. Valorizarnos. No solo por lo que hacemos, que nos encanta. Sino también por lo que somos. Por el lugar que tenemos en esta sociedad y el rol que cumplimos.

3. Ser inclusivos. Si tienes poder, deroga responsabilidades a los más capacitados, abandonando prejuicios, ideas retrógradas e incluso la libido.

4. Buscar conectar con las emociones. Olvidarnos de tanto en tanto de la razón, de los objetivos, de las estrategias. Dejar ir todo lo que se nos va por causas fuera de nuestro control.

5. Aprender a amar (conociendonos y aceptandonos) para cuidar a quienes queremos con naturalidad.

6. Resistir la adversidad con estoicismo (revisa lo que es estoicismo), no con farfullo para regodearte en la tragedia.

7. Cuestionar la vida superficial del patán y no aplaudir sus patanerías.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Feminismo subrepticio

Pienso que el feminismo lograría muchisimo en el arte. No como manifestación de confrontación y visibilidad de la injusticia. Sino como el restablecimiento de los símbolos femeninos. Llevar eso a la arquitectura tradicional por ejemplo, o a la literatura. No como una posibilidad, sino como un hecho consumado. Las redes sociales, por ejemplo, ya tienen mucho de femenino sin haberlo anunciado o impuesto. En especial Instagram, donde la vanidad empieza a mostrar el lado oscuro femenino. Pero el arte puede ir más allá de la explotación de las cualidades a traves de la tecnólogía. Puede recuperar la escencia misma de la mujer, darle el lugar y respeto que merece en este mundo, y equilibrarlo.

Instrucciones para no despertar el lado vil

Esto lo aprendí a la mala con mi musa de pantano.

Mi lado vil se despierta cuando ya me vale verga todo y estoy harto de provocaciones.

El primer paso es identificar cuando te están fastidiando.

El segundo paso, que no siempre es posible, es alejarte de la zona cero.

El tercer paso es reconocer el origen del demonio que están picoteando en tu lado oscuro.

El cuarto paso es tranquilizarte, entender por qué eres así.

El quinto paso es confrontar de manera racional a quien hurga tus heridas o tus bajas emociones. Preguntarle qué está haciendo y con qué fin. Si es alguien en quien confías plantearle cómo y por qué reaccionas mal o inadecuado ante cierto tema, si no, establecer el límite; prohibirle tocar el tema en tu prescencia.

El sexto paso, si continúa, es abandonar.

El mito de Narciso aplicado al trastorno

El narcisismo no es un amor profundo y alienante hacía uno mismo. Si se quiere hacer referencia al mito, tendríamos que hacer algunos ajustes a este. Tendríamos que, por ejemplo, considerar tratar el tema de la imagen. Narciso no se mira, mira su reflejo proyectado en el agua. Así también quién padece (porque sí, el trastorno se padece) del trastorno, tiene una preocupación latente por su imagen proyectada en la sociedad. ¿Qué dirán de mí, cómo me ven, qué soy para ellos? Así que tratan siempre de controlar su status quo.

Imagen también puede entenderse como referencia al aspecto físico, es decir, como vanidad, y en efecto es parte de, pero va mucho más allá de lo físico. El narcisista se infla con algún logro, con alguna meta, con algún acto aplaudido por los demás, como puede ser la caridad o plantar un árbol; los políticos son los más. También pueden inflarse con un titulo universitario o hasta con la desgracia, y se sienten una víctima y lo pregonan a los cuatro vientos, de cómo el mundo es injusto con ellos.

En tal caso de ego inflado recordemos la fábula del sapo y el buey, de cómo el sapo por querer ser más grande que el buey termina explotando.

¿Cómo se padece el narcisismo? cuando se explota. El narcisista no entiende el amor porque no lo experimenta. Así que se lo explica a su manera. Creé que es pasión, creé que es idolatría, creé que es fe, y sobre todo, creé que es enamoramiento. Cuando el desgaste de la imagen ha llegado a su máximo nivel, el narcisista se siente vacío y se deprime, y la depresión narcisista viene acompañada de odio. Que no, no está a un paso del amor. Algo que alguien saludable hace por amor, es recompenzado con una sensación de bienestar. No me cansaré de recalcarlo: lo opuesto al amor es la indiferencia.

El odio está a un paso del enamoramiento. Ambas son emociones pasionales.

Yo creo que todos tenemos algo de narcisistas, sin llegar a colocarnos en el trastorno. Hay varias razones por las que me siento fuera del espectro del trastorno, la más importante es que soy empático, tan así es que no me enredo en relaciones de pareja si no siento un profundo y verdadero interés en la otra persona, para evitar hacer daño. Aunque cuando percibo cierta reciprocidad, me engancho de veras. Y cuando tuve pareja frené mis impulsos y consideré su sufrimiento por encima de mi instinto.

Aunque no soy la persona más empática. Porque se me hace difícil conectar con la gente: entender su felicidad y compartirla. Cuando me enamoro siento que esa persona conecta conmigo, y me aferro a ella hasta que me deja claro que no siente lo mismo. A veces más de una vez. Supongo que esa es la realidad que tanto me cuesta aceptar.

Pero no sé, no puedo mentir, es cierto que vivo en una burbuja. Aunque no todo el tiempo. No con mis amigos, ni con mi familia, o mi familia es parte de esa burbuja, quizá. Sé que tengo un lugar en este mundo, pero también sé que no es un lugar muy visible y que implica un camino de soledad y posible marginación. Se hace evidente cuando salgo con mis piezas de arte folclórico y atraigo a los marginados. Se identifican de inmediato.

Sé que sería mejor que consiguiera un empleo y luchara a la vez por mis metas, que uno me ayudaría con lo otro, al menos financieramente. Pero es tan corta la vida, y tan extensas las vías que llevan a mis metas. Luego todo este sistema que hago para avanzar... lo mucho que se carga de rituales inútiles pero con altas dosis de sentido. Suprimirlo sería como quitarle el azúcar al pastel. Hacer otra cosa que no es pastel.

Que mi hermano consiga empleo con su edad y condición, me abre una especie de puerta, de esperanza, de que este año todavía puedo llegar a las últimas consecuencias de algunos proyectos y que el siguiente aún tendré oportunidad de integrarme al mundo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Mensaje de botella

Hola mi nombre es Uriel, espero que tengas un bonito día. Está haciendo algo de aire fresco que ya concidero frío. Ya no voy a escribir todos los días un poema, ya no lo estaba haciendo de todos modos, me brincaba uno, y seguirían dos, luego tres, y así progresivamente.

Hoy me toca limpiar el habitad de mis mascotas, que son ratones. La mayoría viven en el patio sin más contención que los muros. Es un patio grande. Se quedan porque les doy comida todos los días. La única que aún tengo en tupper es una ratona discapacitada, una trampa le fregó las patas traseras. Me sentí culpable y le prolongué la subsistencia para lo que fuera: contemplación, alimentación, roer papel...

No sé bien cómo voy a atrapar a los machos de esta nueva generación, creo son 3. Las hembras pueden vivir en armonía, así que las prefiero en ese pequeño territorio más que a los machos. Aún están pequeños así que espero no se reproduzcan.

Estoy traduciendo una novela. Como la autora es famosa quisiera informarle de mis intenciones luego de subir un escaloncito en el mundo literario. En este caso, publicar mi propia novela. Ya no me falta tanto, solo transcribir al texto digital un epílogo. Después veré cómo consigo el dinero para los derechos de autor y una editorial que me permita distribuirla.

Otra cosa que quería platicar es que soy un asco haciendo moldes ¿se supone que debo confiar en que la mezcla de yeso no se desparrame por las coyunturas de la caja improvisada con tablones? quiero hacer pecarís alcancía, que son una combinación de puerco y jabalí americanos. Pero no se deja. El molde que hice ayer, fue de lo más difícil y desperdicié un montón de yeso porque chorreaba por las coyunturas unidas con plastilina (no juntes las coyunturas con plastilina). El resultado fue disfuncional, porque la abertura del molde es muy estrecha y el fondo muy profundo, y si logras meter con éxito la tortilla de barro te espera un suplicio para sacarla.

Hoy soñé con una amiga poeta, criticábamos a un conocido a quien le caigo mal. Cuando desperté recordé a mi musa, como todos los días. Recordé en específico el día en que fui a hablar con ella a su trabajo y me trató como un acosador. Dijo que me había bloqueado, y yo no entiendo qué se supone que significa eso en el mundo real, en donde interactúas con la gente, y no solo le escribes. ¿Se supone que ya no te pueden ver o que tienes una orden de restricción?

El mundo digital es bueno para encontrar a gente; como tú que me lees, por ejemplo, pero otra cosa son las relaciones personales, donde es imprescindible estar frente a frente, e ir midiendo el ánimo de la otra persona y demostrar afecto sin emoticones o un rollo mareador.




martes, 18 de septiembre de 2018

Un deseo a mi cama

Amanece
y mi sangre se transmuta en plomo.
Las inclemencias del pasado y la nulidad del porvenir se suceden en cadena.
Un coro de ángeles caídos cantan para mí un recital de desdichas.

El sueño hace las veces de relumbrante olvido.
Cómo escapar al calor de la colcha; el único cariño que recibiré hoy será por el roce de su mullida urdimbre; y el único consuelo será mi almohada, un montón de algodón aglomerado.

La realidad áspera.
Levantarse es aceptar el inicio del trajinar ¿y quién quiere eso?
La verdadera tragedia es la maroma ordinaria:
Bañarte, comer, cepillarte los dientes, lavar los trastos, salir por el material, pasar el rato en el museo para tintinar novedad...

Entonces ¿qué quisieras?

Las cosas por las que vale la pena vivir
te pido que sean cotidianas
[risas].



lunes, 17 de septiembre de 2018

domingo, 16 de septiembre de 2018

La última fiesta



Ciego o direccionado;
sin condiciones, o en ofrenda;
del que se percibe meticulosamente o del que ebulle desde un todo afirmativo;
como molusco metabolicamente acelerado que es presa en una botella, o como viento solar indiscriminado...

Instrucciones:

Felicitemonos por ser parte de esta tribu tapatía, en que compartimos lengua, sabores, rutas, terquedades y conductas. Felicidades.

Obsequiemonos presentes por esta identidad mexicana, fruto de diversidad y mezcla. Regalos del árbol llamado Imaginario, que crece y crece, a lo alto, y se enrosca y se expande al norte y se adueña de aquel suelo fertil. Qué raíces tan profundas que no cae nuestro árbol, ateridos en el endemoniado juego de lucha y egoísta sumisión. Qué lo disfruten.

Brindemos por nuestro lado del charco. Este pedazo de tierra que llamamos América. Relativamente nuevo, relativamente ensueño, vamos saliendo de entre el humo de los bosques secos, la nube de las montañas, la niebla de la jungla, el sopor del desierto, inocentes, indolentes, bravos, todos nuestros ancestros exploradores, ya los de lanza y arco, ya los de iglesia y arcabuz. Salud.

Bailemos con nuestra hominidad por nuestra especie. Mostremonos erguidos, dueños de un ritmo, aprendido o inventado, tradición o ruptura. La expresión de nuestra placentera sexualidad. Sujetando los instrumentos entre los dedos con pulgares oponibles, cantando el sentido de nuestras vidas. Un, dos, tres, cuatro.

Venga un festín para dignos mamíferos gregarios. Las emociones y el coito en nuestra bandeja. La familia, armada u ocasionada, el clan, la jauría, el instinto de supervivencia en el número de presentes a la mesa. Buen provecho.

Un aplauso por ser animales y desplazarnos. Ir de allí para acá en búsqueda de pareja o de calma y abundancia. Por ver, oír, sentir, saborear, olfatear. Bravo.

¿Qué tal algunos fuegos artificiales para conmemorar la vida? Una cosa particular en iniciar, y cuando surge, sigue la ley del universo, y va de poco a más. Un mensaje que se complejiza a través de generaciones, que forma especies, que luego se vuelve a simplificar, decide que menos es más. Economiza. Luces de todos colores, desde infrarrojos hasta ultravioletas. Y luego se apaga. Entonces no hay nadie que pueda contemplar ya nada. Asombrense.

Y ya en la oscuridad, una vez en nuestras camas, despidamonos de la existencia. Hoy hemos sido seres vivos, animales, mamíferos, humanos, americanos, mexicanos, tapatíos. Adiós.


viernes, 14 de septiembre de 2018

No voy a escribir poesía de la soledad, de lo que es este aislamiento, de que fui bloqueado, de tratar de ver lo bueno de ello, de que algo provoco, aunque sea. Tan simple como un quisiera verte, quisiera abrazarte. Ser sincero te reduce a esto ¿Por qué no ser querido me hace pensar en suicidio? costumbres inmaduras. ¿Con qué sustituyo esta sensación de ser corrosivo? No iba a funcionar de todos modos. Un día era todo te extraño, otro era desdén y picotear mi lado oscuro a ver qué sale. Un me gusta que seas culero e inmediatamente un no quiero saber más de ti. 

jueves, 13 de septiembre de 2018

Hidrofobia

Descuidos
Imprecisiones
en cada fulano
un miedo latente
la asfixia por saliva
la lluvia

en el charco
la gotera
en la sala
la fuga
en la cocina
el bajante tapado
la futura inundación
Narciso
el equivoco drenaje
las corrientes elevadas
mal trazados canales
la presa llena
sexo de ninfa
ola brava
el control desgarrándose
pedacitos de concreto
saltan
Séquito de Ondina
tormenta
vendaval
tromba
huracán
el tsunami inminente
el diluvio universal.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Intento del molde pecarí
















La clínica del prueba y error: la escuela facultad trayectoria universidad.
Uno no puede estarse contabilizando los días
pendiente de no sabotearse, de chicotear las vertebras para erguirse al despertar,
apuntando las ocasiones en que sería mejor el paso dos antes que el uno,
creyendo que perteneces a una clase de hombre,
el que apuesta por el método personal de divinidad suprema,
y ser una monofonía de percusión.

Hay demasiado silencio,
hay demasiado ruido,
¿qué es lo que evitas escuchar?
¿qué pizcas en tu dispositivo indivisible de contemplación sumitiva?

Luego viene el punto clave del día,
de eso se trata este día ¿no?;
es preferible la sintonía neutra,
nada de encomendarse a la fatalidad,
nada de revolotear en fiesta íntima,
la operación, el paciente pecarí, exige el estado neutro.

Fallas
ya sabías que fallarías,
lo sabías sin fatalidad
porque el paso uno es así
el paso uno dice, INTENTO.
De eso se trata este poema, de un intento.

El pecarí sabía de antemano, su masa en bruto lo tenía en cuenta.

Perdóname pecarí, te he fallado,
también me he fallado, perdóname.
No me perdono. No quiero perdonarme.

Perdónate, dice el pecarí con voz infantil de televisión.
Anda.
Fallas en moldes por aversión abstracta,
fallas porque son moldes,
aunque sean míos de pecarí,
y tenga yo la vulgaridad del puerco...

Sí, sí, ya sé, me aferro a la singularidad del jabalí.


martes, 11 de septiembre de 2018

AÑO TORDO


Del 11 de Septiembre del 2018 al 11 de Septiembre del 2019

Un poema para cada día.

Basta de tragedias
















Leer poesía me hace pensar de esa manera.

Ha sido un año de mucho hacer y nada de mostrar.

El año pasado fue de tragedias.

A veces no sé qué tanto pueda tener de narcisista si no muestro nada, y qué más puede que sea de asperger. ¿Se puede tener un poco de ambas? Según yo sí entiendo el sarcasmo, pero qué hay de esta ritualización de la vida, tan obsesiva y obstinada.

¿Cómo no ser narci en esta caja de época? porque todo es mostrar ¿dónde encontrarás a alguien sin la marca de la vanidad, alguien de sólido valor intrínseco, de manantial de aguardiente infinito en las concavidades del subsuelo? como ciclo del agua, pero en espíritu.

Coge coge, ríe ríe, no dejes de coger y de reír, rezan las redes. Época de cajas, con olanes, flores y listones. Caja desocupada, que se conserva por puro valor sentimental, inútil para envíos o para aguardar chucherías. Se abre y se cierra sin sentido, es más, ni la tocan, es para admirarse.

Las cucarachas se comen a mis humanos de papel, estoy restaurándolos.

Todo lo que hago significa algo, porque yo atrapo el simbolo de la época y lo regurgito, como pajarraco. Lo hago inconcientemente, lo hago constantemente.

Este año ha sido muy solitario, muy de anhelos, y de introspección.

Ojalá el próximo año me toque conocer a una mujer fuera de época, y cambiar las rutinas, que sea más de vivir que de pensar.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Metarrealidad con literatura

Detesto la realidad. Aquella en la que ella no siente nada por mí y me trata como una alimaña. Así que he tramado una realidad alterna, en donde ella es obligada a deshacerse de mí.

Se supone que es familiar de un mafioso, y trabaja para uno de sus socios, y no se le permite formalizar con gente fuera de la mafia. Toda la fachada del negocio del café sirve para lavar dinero.

En teoría tendría que convertir esto en el material principal de mi próxima novela. Iba a hacer una novela intermedia de aventura, de un viaje en otro planeta hiperbiológico, pero curar los traumas es prioridad. Ahora tengo un motivo subconsciente.

 Claro que tengo que hacer la historia más atractiva, así que la idea original de trata de blancas, trafico de especies exóticas y transgénicas y política entre clases, sigue en pie. No hay razón para terminar el contrato con los personajes.

Es más; que el destino lo decida. De aquí a que junto para los derechos de autor de Entre tus fauces y lo publico, si logro que el autoempleo funcione y me de para vivir, haré mi novela principal. Igual puedo extender el fracaso, si fracaso, y volver a intentar conseguir un trabajo de medio tiempo, estar bien, estable, conforme. Pero si no consigo esto, el plan para viajar y escribir el libro de aventuras vuelve a la mesa.


martes, 4 de septiembre de 2018

Diferencias entre musa, la ideal e indicadas

Musa es aquella mujer real que te vuelve loco su actitud, con quien no puedes estar por distancia, incompatibilidad, oposición, fatalidad, etcétera y que puede reunir rasgos atractivos, como averrantes y contradictorios. Sueñas con ella, la fantaseas, la conviertes en tus personajes, la traduces a símbolos, te inspira a crear, intentas comprenderla. Una musa se vive abruptamente, y se atesora lo poco que te de.

La ideal es una quimera. Reune todos aquellos rasgos que te resultan atractivos. Si existe, seguro está más allá de tus posibilidades. Es tan singular que, si existe, conocerla es milagro, intentar poseerla es ensuciarla, y en su vida no hay espacio para más de uno, un espacio seguramente ya ocupado. Una musa puede ser la ideal, pero resulta aburrida en términos creativos. A la ideal se le contempla, es inaccesible. Es la Beatriz de Dante y la Eterna de Macedonio.

Las indicadas reunen algunos rasgos atractivos físicos, intelectuales, o de carácter. Puedes entenderte con una y es fácil amarlas. A veces puedes ser un indicado para tu musa, pero ella tendrá un ideal, o a su propio muso, o se basta consigo misma. En ocasiones entre tus amigas puede haber indicadas y surgir algo más. Si estás libre de musa, un compromiso con una indicada es conveniente, y entre más viejos sean, más solido será, porque el tiempo te hace valorar lo escaso.

Ejercicio de distanciamiento

¿Cómo sería una mujer espejo a mí?

¿Cómo sería una mujer opuesta a la mujer espejo?

¿En qué condiciones sociales, a qué sendero se desviarían?

Las cosas por las que vale la pena seguir viviendo


Un poco de compañía de vez en cuando, con alguien que no te vea como un monstruo, de quien te podrías enamorar. De vez en cuando y en secreto.

Completar ese universo en donde tu musa se enamora de ti y es posible estar juntos.

De los 30 a los 50 para conocer a una de las indicadas. A lo mejor un poco más.

Sexo con la fantasía de mujer ideal. Sin perder suelo. Atribuyéndole todos esos rasgos imposibles. Como cuando creías que existía Dios. Como cuando jugabas a creer en el destino y toda suerte de teoría esotérica.

Los instantes en que te conectas con el momento y sientes que no hay limitantes, ni la confrontación constante entre cómo eres y cómo se supone que seas.

Esas veces en que te reciben con mucho cariño y emoción. Recuerdo en la primaria que me ausentaba por enfermedad o hasta por depresión y cuando volvía mis compañeros se ponían muy contentos de verme.


Lo demás es vanidad: ver, legar, conocer, saborear, lograr, conseguir, alcanzar, pelear, convertir. 

lunes, 27 de agosto de 2018

Enamoramiento vs Amor

Desde niño siempre se me dio la oposición. El desafiar a la autoridad y las reglas. Aunque no fui un niño problema. Era una rebeldía a menor escala, de rechazar en secreto. Iba desde odiar usar zapatos y llegaba hasta dudar de los dogmas católicos.

Cuando oigo hablar de amor, se me produce esa sensación opositora. Se me hace tan ambiguo el término, tan moldeado a la razón o a la emoción de cada quien. Tan común para algunos y frágil para otros, tan delicado, tan poderoso. ¿Y quién tiene la frase exacta?

Lo mencionan como si fuera un tesoro resguardado solo para gente buena, para santos, para gente cuyo corazón ha sabido templarse al sol y florese por un exitoso cuidado. Los elegidos aman. Todos los demás son viles alimañas. Arrepientanse. El querer es posesivo y egoísta. Amar los salvará.

Amor para mí suena a canción pop. Y sí, prefiero el cariño. Prefiero la estima. Mil veces el aprecio.

La primera vez que me dijeron Te amo, no de la manera fácil en que se le dice a un héroe para demostrar solidaridad, sino la que involucra un lazo de comprensión y familiaridad absolutos; sentí mucho miedo, primero porque no me nacía corresponderle, luego porque no sabía qué es el amor y el compromiso que implicaba. Suena bien y en todos lados, y se sustituye por muchos otros sentimientos, pero ¿qué involucra? ¿es un grifo que si se abre no es posible volver a cerrar?

Yo sentía que a veces la amaba. Que llegaban oleadas cuando estábamos bien, cuando la contemplaba en su serenidad, cuando su alegría se desbordaba. Pero me fastidiaban sus silencios de protesta, su tono bajo al hablar, y otras tonterías... ¿si se ama no se puede sentir otra cosa que no sea el amor y su inmanente comprensión? Hay madres que a veces quisieran matar a sus hijos. Y lo contrario al amor, no es el odio como muchos piensan, sino la indiferencia. Es decir, cuando no me importe quién eres, lo que haces, lo que sientes, en qué piensas, es ahí que no te amo. Y es valido; tantas veces nos abandonamos a nosotros mismos, ¿por qué no abandonar al otro de vez en cuando?

Abandonarte es sufrir una gran depresión que te deja tirado, es también enamorarte, es darle a algún vicio hasta no ser consiente de ti. Es más fácil abandonar a los demás.

El amor no es aquella cremallera a la que me enorgullecía hacer referencia, en que los bordes de lo familiar y los huecos de lo ajeno se juntan. Eso es el enamoramiento... del que me declaro su mayor defensor. Como todo lo bueno en esta vida, dura poco, es un milagro que sea correspondido, y es más fuerte, a nivel pasional, que el amor.

El amor es un rio de flujo tranquilo, que tiene que ver con aceptar y comprender, con la empatía.

El enamoramiento es un caudal embravecido, violento, y si el universo tuviera, en toda su robustez, como siempre lo he creído, un componente de cohesión, una ley del orden por atracción, yo diría que el enamoramiento es su fenómeno más representativo. La evolución del instinto de apareamiento.

Cuando el enamoramiento es correspondido, y hay amor de por medio, entonces hay orden, y el universo sigue su curso, perfeccionandose.


lunes, 13 de agosto de 2018

Ser menos tóxico

No existen dos polos de tipos de personas: tóxicos y sanos. Todos tenemos cierto grado de toxicidad. Algunos la tienen tan baja, que solo son dañinos bajo circunstancias drásticas de presión y condicionamiento.

En ese caso, tampoco podría asegurar que mi teoría sobre personalidades responda a dos polos irreductibles entre sólidos y rotos, o disgregados. A lo mejor hay cierto nivel de fracturación en las personalidades más solidas. El resultado de las personalidades más deterioradas se ha entendido como trastorno. No sé si esto pueda ayudar a equilibrar sus vidas, pero en mí ha funcionado, y yo estaba al borde de un trastorno narcisista.

Tal vez aquellas personas con fisuras minimas ni siquiera necesitan buscar cómo no ser dañinos, cómo no ser alimañas, o incluso cómo sentirse mejor. El primer paso es reconocer que algo no anda bien contigo. Puede ser que sientas que tu vida no tiene sentido, que no vale la pena seguir, que la gente prefiere alejarse de ti, que no le caes bien a muchos, que respondes agresivamente a las dificultades, que te deprimes constantemente, que te cuesta sentir algo por los demás. No sé, hay tantos signos en una personalidad con fisuras. 

El siguiente paso es desentramar y analizar tu personalidad. Recuerda anotar todo en papel y tener cada parte visible. Aquí te ofrezco una bandeja de lo que es una personalidad desfragmentada:

  1. Virtudes o cualidades
  2. Defectos
  3. Valores por los que riges tu vida
  4. Habilidades
  5. Metas
  6. Significado que le das a tu existencia
  7. Jerarquía de placeres: desde inocentes pasatiempos a vicios.
  8. Recuerdos más significativos
  9. Rasgos físicos que te gustan de ti
  10. Rasgos físicos que no te gustan de ti
  11. Cómo definirías tu estilo (cómo vistes, cómo te gusta tener tu espacio de trabajo, casa, auto, habitación, etcétera).
  12. Sexualidad: Orientación. Si eres romántico, arromantico o demisexual. El valor que le das a la intimidad. Fetiches. Tabús. Filias. Nivel de compromiso y tipo de pareja. Conducta.
  13. Rasgos que buscas en una pareja.
  14. Cosas que te gustan en tu entorno.
  15. Cosas que no te gustan de tu entorno.
  16. Categorías en que has etiquetado tu personalidad: zodiacos, eneagrama, u otros.
  17. Categorías sociales (estudiante, padre, hermana, hija, primo, tio, jefa, peatón, conductor, pobre, rico, joven, ingeniero, licenciado, obrero, servidor público...)
  18. Función. Tu lugar en el mundo de acuerdo a todo lo que has establecido hasta ahora. 

Parecería que es poco y fácil de hacer, pero requiere de mucho tiempo de reflexión e introspección. Puedes acudir a amigos y familiares para ayudarte. Dale el tiempo que requiera, no trates de apresurar el proceso.

El tercer paso consiste en colocar todo este mapa de tu personalidad en un lugar privado pero accesible para ti. Y visitarlo las veces necesarias; cada que te sientas mal, en una crisis, cuando sientas miedo o ansiedad, cuando lastimes a alguien o te sientas miserable. 

El cuarto paso es reflexionar y escribir todas aquellas cosas que haces para sentirte bien, cuidarte, y crecer como persona. Todo ello es el amor que te das. Ahora puedes incluir el conocerte. 

Por último, y es lo más complicado, transladas esas acciones del Yo al Ustedes. Esa es tu manera de amar. Finalmente prácticar ese amor, y así como respetas tus decisiones, respeta las de los demás y sus límites. Recuerda quién eres y por qué eres valioso. Aquello que no te agrada ya lo tienes en el mapa, rastrea su origen, e intenta modificarlo a tu manera: sustituye, condiciona, restablece, reorienta, repite, enmascara... lo único que no te recomiendo es que lo niegues.

sábado, 11 de agosto de 2018

Punto final

Trato de comprender por qué pasó lo que pasó. Repasar el contenido de mis palabras. Aquello que me hizo aborrecible.

Sus provocaciones. Cualquier manifestación de mi deseo por ella era reprimido, me humillaba. Y no estábamos en la etapa de conocernos, ya habíamos dejado en claro que sentíamos algo el uno por el otro. La intenté sacar tantas veces de mi cabeza. La eliminaba de las redes sociales, viendo que en cuanto yo demostraba mi afecto, o ella decía algo emocionalmente comprometedor, de inmediato publicaba algo para reducir su efecto. Eres el chico más lindo y luego un post de lo más lindo que le habían dicho. Querer saber de mí luego de mucho tiempo sin hablarnos, pero llamando guapo a uno de sus amigos en un comentario. Si yo decía que me gustaba, inmediatamente una foto suya demostraba que mi cariño no era extraordinario en su vida. Pero cuando ella decía algo lindo sobre mí, exigía que yo demostrara lo mucho que me elevaba.

Eso no se demuestra con palabras, se demuestra en físico. Detesto el cariño digital. Lo detesto. A parte tenía miedo de que reaccionara mal, porque el mierdero cariño digital se ve falso. Pero ella decía que no me importara si me mandaban a la verga. Como si yo fuera de piedra, como si el desprecio de alguien especial para mí no significara nada. Como si fuera un auténtico narcisista. Tal vez por eso les atraen tanto.

Después resolví lo del trastorno y supuse que podría manejarlo. Alejándome cuando se pusiera inestable, pero resultó peor. Su etapa culera, vino justo en el cumpleaños de mi ex. Reírse de todo lo que le decía. Tratarme como si fuera un amigo cualquiera me dolió. ¿Qué le importaba cómo eramos T y yo? Al mismo tiempo quise saber sobre X, su relación con él, porque me desconcertaba que por él no hubiéramos podido hablarnos.

Su respuesta fue tan dolorosa. Un lo amo, y su foto semidesnudo. Entonces reaccioné como nunca antes. Haciéndole entender que mis muestras de afecto, aquellas palabras, muy mías, provenían de un cariño anterior a ella. La realidad es que esa es mi forma de querer. Y finalmente expresé a mis anchas mi deseo sexual, ya me valía verga. Estaba listo para que todo acabara de una vez por todas. Además la sexualidad de quienes padecen el trastorno es incompatible con la mía y estaba muy paranoico con eso. Quise causarle dolor. Si sentía algo por mí entonces le dolería mi respuesta.

Y en efecto, sentía algo por mí. Pero fue demasiado. Un ataque frontal. Y terminé bloqueado.

Me llevó mucho recuperarme. Reconstruirme. Empecé yendo al psicólogo para saber si era narcisista. El dinero no permitió continuar. Pero entendí el meollo del narcisismo. A la vista de todos, el narcisista engrandese alguna virtud en él o algún rasgo, y deja de lado todo lo demás. El narcisista se detesta y necesita de el valor que los demás le dan.

Así que comencé a reconocer todo de lo que se compone mi personalidad. Lo anoté en papel y lo pegué al muro de mi habitación. Cuando me sentía vacío y me abanadonaba en su recuerdo, cuando me autocompadecía por mi condición actual, recurría al muro. Hoy que sufrí lo que ningún narcisista hubiera podido soportar, lo que no le deseo ni a mi peor enemigo: ser señalado como un monstruo. Sé que no lo soy. Para cualquier narcisista eso lo hubiera llevado a arrojarse al caudal de una calle muy transitada, lo que sí pensé hacer. Pero teniendo en cuenta la verdad entre ella y yo, no la versión que ella les dio a ellos. Recordando no abandonarme. Valorándome. Superé la crisis. Sigo superándola.

Reconociendo que las relaciones vía digital no tienen valor. No le di importancia al bloqueo. Iba a despedirme en físico. Después de encontrarnos por ahí por casualidad y pedirle perdón, pensé que estábamos bien. Pero eso dejaba el ciclo abierto. Además, ¿cómo ignorar el saber dónde encontrarla? La idea de que podíamos aclarar las cosas y que a partir de eso, o bien despedirnos, o bien comenzar de cero, me fastidiaba.

Si aquel tipo era o no su novio, que lo más seguro es que no, me tiene sin cuidado. Sus relaciones están condenadas o a la superficialidad o al fracaso. Y no la compadezco, ni tampoco pienso que se lo merezca. Como todos los que tenemos personalidades disgregadas, ella debe encontrar la forma de que su vida funcione a pesar de.

Me alegra el torbellino que ocasionó en mí. ¿Cómo entender el mundo sin sufrir su catástrofe? Esos rasgos narcisistas hubieran pasado desapercibidos y a lo mejor degenerado en el trastorno. La palabra amor no significaba nada para mí, pero le tenía pavor, por pensarla demasiado elevada, algo que iba más allá del enamoramiento. Pero resulta que no es así de poderosa. Me arrepiento de no haber dicho a mi ex que la amaba. El enamoramiento te desborda, el amor es cálido y sereno. Se desprecia el enamoramiento por trastornar la realidad y por no ser duradero. Pero todo termina, incluso el amor; con la muerte todo sentimiento se apaga. Perdura la huella, el registro, el resultado: hijos, historias, fotos, arte, legado. 

viernes, 10 de agosto de 2018

Punto y aparte

Quedate con tus amigos superficiales, que de ti solo conocen la máscara. Que sus vidas transcurren de un punto a otro sin desbordes pasionales. Un saco de papas tiene más sensibilidad que ellos. Que sus sueños se resumen a terminar una carrera, obtener un trabajo flexible para pasarla bien y ganar dinero.

En fin. Creo que lo que te altera es que conozca tus demonios.

Ahora que finalmente soy libre, con un corazón que ha madurado a fuerza de perdidas y encuentros, la que se interese en mí tendrá un lugar en él para ser amada, valorada y respetada con fidelidad. Porque de lo que significa el amor en mí, conocer, valorar y respetar son leyes intrínsecas. Más esperado será el enamoramiento correspondido, la pasión, la ternura, el descubrimiento de nuestras intimidades, futuro mio, nos encontraremos, aunque sea de viejos.

jueves, 9 de agosto de 2018

Aquel monstruo peligroso

Años y años de hablarnos, de querer vernos, de postergar una relación imposible, pensar cómo sería posible, de compartir confesiones, y de pronto unas palabras, una foto, y te conviertes en lo más repugnante y corrosivo que existe como hombre. Un acosador desalmado que te parten tu madre si te acercas. La realidad es tan inestable. Años y años y en un instante eres el villano. La alimaña sin derecho de replica. ¿Qué puedes sentir tú? Qué importa lo que sientas.

Yo creo que el desembocamiento de mis conjeturas era un cauce al que toda persona con un gramo de astucia podría haber llegado. Es decir: 1. X es la razón de que me aparte de ti. 2. Amo a X, literal. 3.Te comparto la foto de X sin playera.

 Fui un pendejo al vomitar lo que pensaba, pero hubiera sido más pendejo de envenenarme aguardandolo. ¿Qué manera dulce o moderada de decir algo así existe?

Finalmente me reconstruí. De tantas veces uno va adquiriendo habilidad en eso. Rearmar su barquita de personalidad para soportar la realidad. Si había algo entre tú y X ya no tenía importancia, yo sabía que nada entre nosotros era posible. Teníamos sexualidades incompatibles. Cualquier mujer que te llame patético por extrañar el sexo tiene en mente que la gente coge sin conciderar la intimidad, ni la persona. 

No sé qué detestar más: que me sea imposible este follar por follar moderno, o que no encuentre la manera de que mi sexualidad embone. 

miércoles, 1 de agosto de 2018

Revisión favorable

Yo soy un hombre valioso, a pesar de que algunas mujeres no lo vean. A veces yo tampoco lo veo, y me siento patético y esa imagen proyecto.

Hay cosas que me hacen distinto al resto, y hay cosas que me hacen sobresalir de entre los que son como yo. Por ejemplo, soy del tipo sensible, lo que no todos, y de entre los sensibles, tengo talento artístico, aunque me falta mucha técnica, además soy multifacetico, no me conformo con la escritura, sino que me aventuro al dibujo, a la pintura y a la escultura. Luego también sé hacer cajitas de madera.

Incluso en gustos soy peculiar: mis exquisitos fetiches sexuales, mi música, mi entretenimiento, mi forma de vestir, austera y discreta,

No soy un saco sin fondo, me rijo con principios como la honestidad, la sinceridad y la determinación.

Tengo visión, aunque mis metas parezcan imposibles para una sola vida. Pero las metas también determinan mi tamaño de locura o ingenuidad. Lo que no es malo, porque quiere decir que me atrevo a soñar en grande, y la verdad, me encanta planear y tramar estrategias. Así que no es ninguna perdida de tiempo, ni mucho menos un camino fatigoso.

Claro que tengo mis defectos, como lo es el que me abandono regularmente. Tiendo a infravalorarme, o no darme mi lugar, a sobreanalizar mi situación, o a fantasear con lo que se me niega o no encaja en las concecuencias lógicas de mis proyectos personales. Esos son los defectos que me hacen más daño, pero hay otros que solo entorpecen mi día a día: como ponerme de obsesivo, andar de quisquilloso, o volverme huraño.

Otra cosa buena en mí, es que sé reconocer e identificar cuando algo no anda bien conmigo, y que acepto la ayuda de mis amigos, y consigo enderezarme.

Y como me conozco en los muchos aspectos que conforman mi personalidad, puedo saber con facilidad lo que busco y cuando no estoy siendo congruente.

Físicamente tampoco estoy tan mal. Tal vez no tenga un cuerpazo pero tengo la ventaja de no tener ni panza ni lonjas. Solo me falta cuidarme un tanto y no descuidarme otro más. Me gusta mi cabello aunque a veces se pone seco y voluminoso tipo esponja. Me gustan mis ojos. Y me han dicho que tengo una bonita nariz. Creo que mis hombros y espalda son atractivos, y espero algún día conseguir un abdomen bien formado, junto con mis piernas. Estoy satisfecho con mi sexo y de la retaguardia no me quejo porque no la veo. Finalmente los dedos de mis pies son geniales en comparación a otros que he llegado a ver.

Cojeo en lo económico. Esperemos que pronto lo resuelva; sobre todo ahora que el problema de la novela será solamente publicarla; igualmente me he quitado mucha responsabilidad de encima en el proyecto de vida política: he mirado detrás de las cortinas, he asumido una postura nueva, más comoda, sin tanta joda, más de mi habitat; lo mejor es que las vías de venta en el proyecto artesanal se reducen y van determinando el mejor canal. La espinita de saber si este autoempleo funcionará, finalmente va saliendo.

En una relación soy cariñoso, comprensivo y fiel. Aunque también distraido y un poco cruel.

Cuando encuentre a la indicada nos compartiremos en la intimidad, como se comparte un secreto. Y las emociones que corresponden a la complicidad volverán a desbordarme.

viernes, 13 de julio de 2018

lunes, 9 de julio de 2018

Segundo Prólogo a Entre tus fauces

Estoy determinado a finalizar esta misma noche mi novela. Pensemos en esto como un prólogo. ¿Qué me planteaba al iniciar este proyecto? En primer lugar quería practicar; quería probarme en el género. Me había convencido de que debía escribir una historia obesa con personajes complejos cuando terminara mi bestiario. Ahora, dadas las circunstancias de obsesión compulsiva con que marco los ritmos de mi escritura, debo abandonar tal convicción. Porque si no, nunca la escribiré. Entre tus fauces es un ensayo.
A veces la realidad reafirma mis especulaciones respecto a la manera con que la gente devota se afana en un individuo con aura de santo. Y no se necesita una religión para comprobarlo. La política es un buen ejemplo. Si no se trata de un gran vendedor de ilusiones y promesas de un mejor futuro, la gente se inclina por el sujeto de pureza insondable y rectitud envidiable.
He querido conformar aquí una ciencia ficción que responda a una identidad cultural, lo que dificilmente se logra en un país de marginados; la tecnología poco puede jugar un rol preponderante en tal caso. Es una tecnología que viene casi siempre de fuera, que se arraiga según le convenga. Las crisis de control y dictaduras, las guerras contra el mal uso y funcionamiento de revolucionarios inventos, suceden en el extranjero. Nosotros usamos lo que ellos ya han probado.
Pero suponiendo que hemos crecido en un área, como lo es la genética, ¿no vendría con ello algún desastre medioambiental? Eso lo dejo para la obra obesa. En la presente, como en la próxima y quizás en todas, mi tema favorito es la religión. ¿Cómo, y qué sería del sexo sacralizado? Es lo que Entre tus fauces trata de indagar.
El culto a la inmortalidad tendría que ser el eje de todas las próximas religiones. El humano soñando depositar su conciencia en una lata, en una máquina, que año con año se vuelve más biológica. La evolución entendida como la sublimación de la humanidad. Realidades virtuales diseñadas como paraísos para aquellas personas que han cumplido los más severos códigos éticos. Y la manifestación del desprecio a una era de pasión por lo artificial, en el renacer de doctrinas tribales y el amor a la naturaleza.
Pienso en la novela que sigue. Trata de otro mundo. Literal.
Me he propuesto viajar para completar la experiencia a lo desconocido, aunque no cuento con recursos. ¿Será inmaduro de mi parte un proyecto como este? Suena más a suicidio que a aventura. Con toda la violencia que se agita allá afuera. Podría calcular los días de viaje para saber la cantidad de comida... y de tinta. Todo indica a que mis ideas para ser autosuficiente económicamente son pobres y todavía requieren de ser puestas a prueba en las calles o en donde me dejen. Puedo volver a intentar conseguir empleo, pero ¿cuánto me quedaré en el que consiga? seguro me hartaré pronto... máximo tres meses. De los estudios ni hablar ¿qué diferencia con un empleo mal pagado a con uno bien pagado? ¿la motivación?
El mejor empleo sería uno de medio tiempo, verdadero medio tiempo, es decir, de cuatro horas. El sueldo, suficiente para pagar un techo, Internet, los alimentos y uno que otro lujo cada mes: una salida, ropa, un teléfono, un regalo. Las actividades, diversas. Un ambiente de camaradería.
Sí, buena suerte con eso.
Lo último en lo que he reflexionado acerca de encontrar a alguien por quien quedarme, podría resumirse en que no sucederá. Aceptemoslo, no soy un buen prospecto. Mis metas de vida suenan más a fantasías de un megalómano, aunque las quiera reducir a su mínima expresión. Por ejemplo, dejo de querer cambiar el sistema para comprometerme a ser un ciudadano activo y responsable política y colectivamente ¿para? para cambiar el sistema. No es que me crea tan chingón para lograrlo, sino que he reflexionado acerca del tiempo que tenemos en este universo, que es poco, que además soy un ser consiente y capaz de formular sistemas, con la oportunidad de modificar mi entorno. Sumandole el ser incapaz de adaptarme a este sistema social, y el que por mi manera de ser, o de algún trastorno, no me cuelgo de los placeres y vicios de esta vida (terminan cansándome o frustrándome al sentir que desperdicio mi tiempo). Así que tal compromiso es para mí el verdadero cambio de paradigma al que muchos temen.
Todo el camino que voy construyendo es para objetivos artísticos o espirituales. Así que no puedo hablar de tener mi propia casa algún día, si no es mencionando el azar o el destino. Punto en contra. Sin duda.
Como tampoco puedo ser un casanova dado que me asquea el conquistar, por lo falso que hay que ser y por lo redundante del asunto. O no redundante, sino replicante, del estereotipo de galán. Podré ser el sujeto más aburrido, patético, culero, insípido de las fiestas, pero así es como honestamente soy. Fingir me agota y fastidia.
Claro que tengo virtudes y gestos atractivos como hombre, pero no sirven para una relación estable y a largo plazo.
En fin, a lo que quería llegar es que no veo en mi futuro a alguna chica interesada en estar conmigo. Por lo que debo cambiar mi forma de interactuar con las mujeres que me gustan. Nada de citas, nada de cumplidos, y sobre todo, nada de declaraciones de amor. Tampoco es que haya practicado en gran medida esas tres acciones.
Relaciones al más pobre nivel: de desconocidos. La mierda platónica que no sirve para nada.
Así que será mejor largarme, antes que consumirme y que la palabra frustración se convierta en la palabra que mejor defina mi existencia. Grabada en mi epitafio: Aquí yace Uriel López Delgadillo, una vida frustrada 1988 - 2058
Si han aguantado hasta ahora esta columna de quejas, bien merecen una parte del material inédito que descartaré de la novela:

   Cuando pasé por el cementerio me tropecé con un toro, un animal gigantesco de negro atravesado por torrentes de sangre reseca. Hubo un tiempo en que matar toros era deporte o arte, ahora es ilegal, entonces tendría que haber gente que lo practica ilegalmente por ahí, y este ejemplar había escapado de sus agresores. Seguía alterado. Me veía acercarme a él y ladeaba los cuernos preparando la embestida. Una vez me dijo mi psicólogo, que debía preguntarme por qué los rayos asestan a un mismo árbol más de una vez. Yo tampoco creo en las coincidencias.
    Con eso en mente, me armé de determinación y atravesé por entre las cruces y epitafios a su encuentro. Puse la mente en blanco, y extendí el brazo para acicalarlo, lo miré fijamente a los ojos, lo sujeté con firmeza, y lo llevé detrás de un mausoleo. Traté de controlar su bravura frotando vigorosa y asiduamente. Resoplaba un hálito de agria artificialidad, como si hubiera tragado un montón de plástico y sus viseras lo resguardaran para degradarlo en el futuro.
     La rabia me hacía lagrimar. No le des ese gusto, me decía yo una y otra vez, que el placer no lo consiga sometiéndote a su capricho. Incluso lo detuve cuando quiso apretujarse contra mi busto. Le concedí mirarlo desnudo para acelerar su extenuación. Pensé que en esta última etapa, hasta podría recostarlo en una de las tantas cercas de afiladas estacas oxidadas, y empujarlo suavemente; lento, que se sumergieran en su cuerpo hasta que ya no pudiera desprenderse de estas, que burbujeara sangre de sus fosas nasales y no hiciera más mal a nadie ahí paralizado.
Solo me acomodé el escote, lo observé con asco y lástima, y proseguí mi camino.

    ¿Tomé la decisión correcta? Te planteas las demás posibilidades una vez que ya ha concluido la catástrofe. Estoy bien, pensaba en voz alta, no me hizo nada. No me hizo nada. ¿Qué pasa con todo este martilleo constante en mi cabeza entonces? ser el maldito rayo por una vez en la vida y no el árbol expuesto al castigo climático.

Al final, prefiero terminarla mañana. El sueño me ha vencido.

jueves, 5 de julio de 2018

Si tan solo ella sintiera lo que yo, estas ganas de tenerla cerca de mí, de tocarla, de mirar sus ojos, enervados de cansansio, que sonrien, mi refugio. Si lo sintiera por mí. Y no ser esa alimaña a la que hay que evitar. Ser ese chico que está en su mente cuando va a dormir, cuando piensa en el futuro. 

miércoles, 20 de junio de 2018

El agripiano

En el autobús la gente se encapsula en sus pensamientos. La meditación en el transporte público es una práctica común. Es usual mantener tu campo de visión alejado del resto, apartado de cualquier posible malentendido que luego logre complicarse. Y es que cualquier intento de escape resultaría un tanto torpe y bochornoso; es por eso, esencialmente. Sin embargo no sé qué tanto ellos piensan... pero a mí se me hace barbara la forma en la que ellos me miran. Cómo colocan sus ojos discretamente en un punto cercano, para en realidad embarrarme discretamente todo su deseo y frustración. Pero yo los entiendo; hay que distraerse con lo mejor en ese proyectil metálico de fetideces y griteríos.

A mí me pasó el lunes de regreso a casa. Él estaba ensimismado en la orilla de su asiento, y era de esos hombres difíciles de encontrar que llaman la atención por su vórtice poderosisimo de enajenación. Allí estaba, mirando fijamente el borde del respaldo vecino, mientras su acompañante a su izquierda, una mujer madura uniformada, verificaba a cada rato las calles por donde pasábamos a toda velocidad, midiendo su tiempo. Entonces ella se levantó y dejó el lugar vacío. Él volteó con naturalidad y me vio, integrándome súbitamente en ese vórtice del que les hablaba. Por lo demás, me sentía nerviosa. Me senté a su lado.

La luz cálida de dentro le daba en el rostro, y se me antojaba dulce y sereno mientras reflexionaba sus cosas contra el respaldo de enfrente. Entonces le pregunté si era de aquí, le dije, ¿eres de aquí, disculpa?... se me quedó viendo como si no entendiera mis palabras. No contestó al instante, si no que balanceó su cabeza de un lado a otro, estirando sensualmente su grueso cuello de ganso mientras daba con la respuesta. Me dijo, no soy de aquí, vengo buscando a alguien. ¿Como a quién?, pregunté. Su cuello se estiró hacia adelante, luego hacia atrás, y se elevaba de un lado a otro como una serpiente encantada se eleva por el hechizo de la flauta. Desde arriba me contestó, busco una joven de apagado asombro... habló mucho más sobre aquella chica, pero no recuerdo todo, ni creo sea importante decirlo. Recuerdo sólo su voz ronca y varonil viniendo a granel; haciendo que mi sangre se agitara e hinchara mis sensibilidades.

En pocos segundos, su cabeza, como un faro, pendía en las alturas, y su charla, pausada, inteligente, intrigante, me seducía poco a poco, cada vez más...  Luego, ya no pudiendo contener semejante cogote en erecta postura, lo curvó hacía mi, ora cerca, ora lejos; y su voz la percibía también desde distintos ángulos y profundidades, con el tono en que un ciervo brama se me venía.

Mientras conversábamos, su cuello crecía, dilatando sus vertebras a mi alrededor, descansandolas sobre mis hombros, acariciando mi propio pescuezo. Sus labios en mi oído vertían toda su dulzura. De pronto me encontré gimiendo descontrolada a medio camino del orgasmo, casi llegando a mi casa, con un montón de pasajeros mirándome atónitos, sola, sin ningún engendro con cuello de grulla extendiendo su laberinto a mi alrededor. Me levanté abochornada, y torpemente logré bajar.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Ciencia ficción del absurdo

No entiendo cómo es que me resulta tan sencillo generar contextos y vinculos simbólicos, pero cuando tengo que procesar analíticamente los ya generados, me siento abrumado si no llego a asimilarlos del todo, y fastidiado de exponerlos cuando ya los he dominado. No tengo ninguna responsabilidad en compartir mis impresiones, es más, todo lo que yo resuelva seguramente ya ha sido resuelto por alguien, o si no es el caso, así será en algún futuro; vendrá el erudito a descifrar el enigma. 
No hacía falta una introducción pesimista como esta, me disculpo. El absurdo en la literatura estimula mi visión nihilista del comportamiento. 
Tampoco tendría qué recomendar leer una obra tan publicitada como lo es ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, quien se deleita con el cyberpunk la tiene como carta referencial. Las películas basadas en la novela de Philip K. Dick son un buen acicate propagandista. 
¿Quieres conocer qué tan diferente es el libro de las películas? No le veo el sentido. Es más emocionante descubrir esas cosas por uno mismo. Estoy tentado a escribirlas ahora solo para estropearte la sorpresa. Igual eres uno de esos seudolectores académicos que necesitan el material digerido y regurgitado para poder trabajar desde ahí. Solo diré que el universo de Blade Runner es mucho más atractivo y exhuberante. Tiene toda la esencia del género: lluvia y luces de neón. 
En la novela hay ingredientes menos estéticos pero más conceptuales. Tenemos por ejemplo, el statu quo social de poseer una vida animal, algo así como una mascota, debido a la escasez de especies y ejemplares en el mundo. Y qué decir de la religión del mercerismo, fundamentada en el mito de Sísifo. 
No he leído el ensayo de Camus, pero supongo que desarrolla este tema para concluir que es un mito existencialista sobre la condición humana. Sísifo tenía por castigo elevar una gran roca a la cima de una cumbre, para cuando casi llegara a este punto, dejarla rodar cuesta abajo, y volver a empezar, una y otra vez, sin fin. Mercer, el actor del mercerismo, es Sísifo, y Sísifo representa a cada hombre y mujer empeñado en sus tareas cotidianas, llevando afanosamente su vida para nada. Mas el hecho de que no haya una meta última a la cual llegar, no quiere decir que deba abandonarse todo esfuerzo, sino que el mismo esfuerzo es la razón para cumplir un papel en la trama histórica de la vida. Nadie escapa a eso. 
Rick Deckard, personaje principal en la novela, podría estar interpretando la vida de Sísifo. Al igual que él, debe aniquilar a viajeros extranjeros ilegales. La empatía que germina en su interior por estos seres de vida artificial, lo empuja a un conflicto moral entre aquello que se supone debe hacer y aquello que sería lo correcto. El mercerismo se deslinda del mal y el bien como meras abstracciones humanas. 
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es muy acorde a nuestro siglo. No porque estemos a punto de crear una generación de androides y formas robóticas que consigan trasponer nuestro concepto de vida. Sino que es la cultura de nuestros tiempos una productora de narcisismo a granel. Y la falta de empatía que muestran los androides en la obra de Philip K. Dick, incluso con los de su propia clase, bien puede compararse a los distintos trastornos que involucran una afectividad achatada: esquizofrenia, narcisismo, sociopatía, psicopatía. Y es aquí cuando la verdadera interrogante se nos antoja compleja.
¿Sería justificado el asesinato de aquellos que son incapaces de establecer una conexión con otras formas de vida? Ellos pueden hacer daño sin que les perjudique en el ánimo o la conciencia. Son un peligro en potencia. Pero la capacidad y posibilidad de agraviar a alguien no es exclusiva de unos cuantos; todos, en menor o mayor medida, tenemos el poder de destruir y las circunstancias pueden orillarnos a ejercerlo.
Por eso es que el mercerismo se convierte en clave de tal distopía. Si todos tenemos el mismo destino, también compartimos un mismo dolor, entonces estamos calificados para fundirnos en torno  a un mismo mito.

lunes, 21 de mayo de 2018

Reseñando Pantaleón y las visitadoras



Pantaleón y las visitadoras me produce sentimientos encontrados. Por un lado aplaudo la rigurosa e inteligente estructura en que la historia se va desarrollando, el tema obliga a tal disciplina, no hay cómo escapar. La idea de un grupo de prostitutas reclutadas para el desahogo de la milicia tiene un gran potencial, y por ello es necesario un gran maquinador para explotar tal idea al máximo. Vargas Llosa en muchos sentidos logra hacer que suceda. Sin embargo, por otro lado, se queda corto en lo narrativo.
Es muy probable que Llosa solo cumpliera con su labor. No había mucho qué hacer en este aspecto. El estilo realista del autor determinó darle un cause histórico. Y el conglomerado de testimonios es lo que al final construye la novela y la hace verosímil. El problema es que el choque de contradicción que implica hacer dos sistemas uno solo, el militarista y el proxenetista, exigía un efecto humorístico, un efecto que desde mi perspectiva termina por no sobresalir y resultar hasta parco.
Es culpa de sus personajes; elaborados como modelos estereotipicos. Sus rasgos se convierten en una caricatura. El más evidente es El chino Porfirio, con su acento de lo más ridículo y trillado, a imitación de chino de espectáculo cómico. Además, la madre y esposa de Pantaleón, y en general todos los personajes femeninos, parecen sacados de un mismo molde, impresas con un toque de vulgaridad y mayor o menor nivel de madurez. Sus voces difícilmente logran diferenciarse. Apenas La brasileña puede despegarse un poco en este sentido. Más allá de su descripción física, y las reacciones que provoca en los soldados y en el propio Pantaleón Pantoja; la escuchamos cariñosa y cautelosa, demasiado racional, demasiado viva para enamorarse, ideal para un trabajo en que las emociones solo podrían estorbar.
Entonces los personajes se convierten en los guiños que el autor hace al lector. Sus nombres y presencia son divertidos per se. Es un desfile de circo. El humor, luego de que la sencilla idea de una prostitución militarizada se nos antoja posible, se limita a nombrarlos y llevarlos de aquí para allá.  
¿Pudo el Nobel de literatura haber hecho más? la cuestión es que su estilo lo limitaba. Con un narrador omnisciente la ensalada experimental de diálogos se perdería, y no tendríamos el aspecto semioculto de los acontecimientos, la graduada sorpresa de la concreción temática, y su carga de veracidad. Siempre se debe sacrificar una cosa por la otra. No hay un punto medio ni ningún posible equilibrio.
Vemos un lenguaje sencillo y convincente. La extensión juega un papel preponderante. En total se dice mucho pero ocurre poco. Los capítulos son largos, de hasta treinta cuartillas. Si no eres fan de la prosa Llosa, te aconsejo no leer esta novela, se puede tornar pesada.
Como mencioné al inicio, lo verdaderamente interesante ocurre en la estructura, más allá de los variados recursos en formato (que si una carta, que si un informe, que si la ensalada dialógica o un guion de radio), y sin hacer mucho caso a una temporalidad lineal, sin saltos atrás ni abruptos adelantos, fijémonos en lo aplicado del autor para fundar ese lupanar en medio de la selva, en la diligencia con que planeo su ejecución, y para lo cual se valió de un personaje igual de aplicado, Pantaleón hizo su… ¿sueño? realidad. Paso a paso, fiel a su deber patriota. Pero a diferencia de su creador, el capitán Pantoja, ansía crecer e ir más lejos. Si te olvidas de la inmoralidad que supone, Pantaleón y las visitadoras encierra una valiosa moraleja: todo es posible cuando tu pasión es la disciplina.

martes, 1 de mayo de 2018

Renuncia y determinación


La ventaja de tener habilidad en evocar mundos ficticios es que puedo hacer que funcione lo nuestro en ellos. Claro que para que eso pase debo plantearte de la manera más fidedigna posible, sin volverte la ogra que el resentimiento me ha forzado a hacerte, pero tampoco darte el privilegio de la mujer perfecta. Es decir, debo jugar con ambos polos y equilibrar.

Hoy desperté recordandote, y sin el veneno del anhelo de un futuro encuentro. No creo que tú y yo seamos iguales, pero ambos compartimos ciertos demonios, y los que no, de igual forma nos convierten en incompatibles para relaciones duraderas y de calidad. Aunque no somos enteramente monstruos. Espero que tú también hayas encontrado en mí alguna clase de virtud o cosa agradable.

Creo que los cambios son graduales, excepto en la adolescencia, porque en la adolescencia eres un amasijo de personalidad chocando con otras para amoldarte, y sufriendo por no terminar siendo una replica y perder tu esencia. En fin, sé que muy dentro de nosotros, queríamos adaptar al otro al modelo de relación ideal. No por un capricho tonto, sino porque en verdad conectabamos y deseabamos que sucediera algo. Sería soberbio de mi parte decir aquellas cosas que no toleras de mí y que querías cambiar, pues nunca  me las contaste. Igual lo haré porque sí soy sobervio, y de seguro es una de las razones por las que te llegué a desagradar. Sí, siempre tratando de descifrar tus pensamientos ¿qué me creo, un psíquico?

Supongo que detestabas que me portara reservado, que no expresara lo mucho que me emocionaba verte y tenerte cerca. En ocasiones era por temor a espantarte, que te dieras cuenta que estaba loco por ti; con lo incomodo de corresponderme, porque tú tampoco eras muy efusiva como para darme entrada. Después era porque tenía una relación, y siempre he aborrecido la infidelidad. Soy muy precavido con los comienzos de relaciones; no herir, no ser herido. Y lo soy más cuando existe un compromiso formal de años.

Otro punto en mi contra es que detesto conquistar. Me resulta falso, repetitivo, imitativo, replicativo.

Puedes culparme de todo, menos de deshonesto. Siempre he sido yo, muchas veces no me gusta lo que soy, pero eso no significa que actúe o trate de engañar al mundo siendo diferente. En ocasiones me encuentro frustrado, molesto, harto, y sale lo peor de mí: celos, indecisión, vileza, indiferencia, corrosión, agresividad. No significa que así sea todo el tiempo y trate de esconderlo.

Lamento haber tratado de hacerte sentir igual de mal a como me ponía contigo. Ya sabes, decir o hacer algo lindo e inmediatamente hacerlo parecer cotidiano, común, sin valor. Tal vez en lugar de guardarme el dolor y convertirlo en rencor, debí decirte cómo me sentía con ese comportamiento. El boceto que me hizo sentir atractivo y la innecesaria explicación que me redujo a un sujeto en una foto. El cumplido que pasó a ser parte del repertorio en una escala en que tú ya tenías al mejor. No seguiré con esto. Prefiero contarte las cosas por las que me enamoré de ti.

Aunque justificaras superficialmente todo lo lindo que hacías o decías de mí, siempre me gustó creer que venía de una atracción y un interés reales y profundos. La manera en la que me mirabas, tus ojos tan expresivos. Y si de superficialidad hablamos, cumples casi todos mis fetiches. Tu forma de ser, tan tranquila, dura y espontaneamente tierna, cercana y de pronto completamente indiferente. Eres sumamente sencilla en la vida, y tan complicada con tus instintos y emociones. Me gustas tanto.

Ya no quiero que nos hagamos daño, así que no buscaré contactarte por ningún motivo, ya que parece inevitable tal fricción entre nosotros. Tampoco es que tenga alternativa. Alimaña después de todo. Construiré un mundo posible para los dos, no solo de sucesos, sino de costumbres; vidas acostumbradas a la naturaleza inclemente de su obsesión por el otro. A pesar de las muchas fracturas y de las muchas personas, no dejarán de verse, de quererse, de añorarse, de intentarlo. 

miércoles, 18 de abril de 2018

Ante editores mamones

Hay escritores mamones como hay editores mamones, que descalifican tu trabajo debido a tu personalidad, ideales, estilo, ortografía, o raquitica trayectoria. O que dada su falta de profesionalismo descalifican tu persona por algún mal trabajo que llegues a compartirles. Podemos seguirles el juego con el mismo sarcasmo con que satirizan nuestros esfuerzos o podemos comportarnos por encima y continuar ofreciendo parte de lo que somos en unas cuantas cuartillas, con respeto, otorgando una atención minima a sus menosprecios. Un editor serio es como un psicólogo, se guarda los juicios moralizadores respecto a su cliente. 

Así como hay escritores que creen que su pluma está por encima de cualquier otra, hay editores que creen que su criterio está por encima de cualquier otro. Evitales ese poder, no te desmorones ante sus críticas, y mucho menos si lo que buscan es desalentarte a seguir escribiendo. Es un hecho que la mejor y principal crítica es la autocrítica, le sigue la de los autores consolidados, luego la de aquellos que aún no consiguen adueñarse de un estilo, y finalmente, la de los académicos, en donde estarían también los editores; esta suele ser bastante rígida, austera y metódica, carente de recomendaciones. 

Esta entrada la hice por un mal momento que pasé en una de las tantas redes sociales de revistas literarias que existen. Abusan de los memes. Casi casi te dan el manual del tipo de escritor (como persona) que no quieren. 

miércoles, 4 de abril de 2018

Las últimas consecuencias

Cyan: ¿Cuando dijiste llegar hasta sus últimas consecuencias te imaginabas estadios de felicidad y calma en esa parte final del camino? 

Las últimas consecuencias están llenas de miedos e inseguridades. De marginación, de escaces, de soledad. 

No tienes por qué mostrarte fuerte, alegre, convencido... no tienes por qué engañarte para engañar al mundo. Muestrate como el hombre que se ha determinado ir hasta las últimas consecuencias de sus proyectos, el qué se pregunta si vale la pena seguir, el que ve su realidad y se siente parásito, caprichoso, disfuncional, incomprendido, inconexo, desencajado, parte de la consecuencia de un trauma familiar, denominador común de autoabandono. 

Uriel: Yo podría ser la diferencia entre mis hermanos, trabajar para una empresa sin chistar, ganar mi dinero, recompenzar mis esfuerzos con compras, salir a divertirme con mis amigos. Iría a conciertos, comería en puestos de cada rincón de la ciudad, viajaría en vacaciones. Pero mirenme, siguiendo mis sueños, torturado psicosocialmente, en continuo conflicto entre mis deseos, mi calidad de vida y mis inquietudes.

Claro que me gusta el dinero, a quién no, pero si por ese dinero tienes que perder la posibilidad de hacer otras cosas, cosas personales, que te hacen sentir que aprovechas todo tu potencial y capacidad. Diganme ¿qué vale más?

Cyan: ¿Ya te vas a rendir? ¿Vas a postergar la conclusión de esa novela, a relegar a pasatiempo tu pasión por hacer tangibles tus fabulaciones, a no tener tiempo, como la mayoría, de ser parte de una comunidad políticamente responsable?

A veces parece que tus padres cometiron un grave error al tener hijos. Quién diría que iban a salir tan necios en sus convicciones, tan traumados con sus inseguridades, tan inmaduros con sus responsabilidades ¿Hasta qué punto son ustedes adultos? ¿Se hacen cargo de sus vidas? 

Llevar hasta sus últimas consecuencias un proyecto, implica que cuando ya no tengas nada de dinero con qué alimentarlo, vas a tener que pedir, y que te van a ver mal por eso; un caprichoso. O que si te dan de buena manera y noble intención, te vas a sentir corto para retribuirselos, comprometido a dar algo más allá de tus capacidades.

Temes el resultado. Que no gustes, que pases inadvertido, que todo tu esfuerzo sea en vano ¿vale la pena terminar solo para dejar de tener esta comezón por los hubiera?... yo creo que en el fondo deseas ser retribuido. La comezón no terminará; ya lo has dicho antes, no eres escritor, ni siquiera artesano, eres un proyector. Nuevas, peores y mejores comezones surgirán. El problema es el esfuerzo y el tiempo que empleas en aliviarlas, y claro, los muchos sacrificios que desgastan tu cuerpo y tu mente.

Cyan Urón: En fin, aquí estamos, en las últimas consecuencias.