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jueves, 8 de julio de 2021

Compararse es inevitable

Compararse no trae nada bueno. Pero si lo piensas detenidamente, todas las categorías sobre quienes somos, sobre qué tipo de persona somos, surgen de estas comparaciones. Si somos geminis o cancer, si somos eneatipo 4 o 2, si somos dragón o perro, si somos extrovertidos o introvertidos, si somos INFJ o INTJ, neurotípicos o del espectro autista.

A veces no hace falta mucha introspección para darme cuenta del contraste. Me pregunto si sería compatible con alguien como yo. Alguien que no pueda evitar vivir tan agarrado al futuro y con un pasado atrancado con grillete en el tobillo. Uno creería que es lo normal, pero hay niveles. Quizá es la razón por la cual trato a toda costa de no dejar huellas permanentes en mí que me recuerden lo que era. No solo los tatuajes, incluso mi ropa tiene que ser muy neutra, sin ilustraciones, porque deseo me dure mucho tiempo y no topar con una incompatibilidad a futuro.

Cuando la gente habla de energías, en realidad habla de símbolos, de signos, de trabajo subconsciente, de palabras parásito o gorupos, ecos o reminiscencias de interacciones pasadas. Es eso. Como persona altamente sensible un día social me llena la cabeza de todo esto. Y me gusta que sea un solo día, sino me volvería loco. Necesito digerir, analizar, desfragmentar, tomar aire, establecer categorías sobre qué fue personal y qué no lo fue, qué fue ficción, qué fue composta sobreinterpretativa y deshacer conexiones extremas que por inercia establecí. En suma es peso muerto que voy cargando y que muchos no se percatan de esto, de esta ancla.

La convivencia con alguien igual a mí podría facilitar los espacios de soledad. Perdón, estoy sobresaturado, y no haría falta más... a veces sí hace falta más, también platicar tu día desata posibles nudos.

La música me hace vivir el presente, si es música que me gusta, si no es música que ya tenga una carga vivencial del pasado, o si la tiene, que sea de un pasado ligero, amable, feliz. 

En las fiestas me pasa que los ritmos no se me contagian y no soy parte de la fiesta. Y pienso ¿qué me trajo aquí? ¿qué estaría haciendo si no estuviera aquí? ¿qué sigo haciendo aquí? y ha sucedido que escapo del lugar, porque en primera nunca estuve. 

Vivir en el presente no es totalmente positivo, es un poco egoísta, porque el pasado tiene rostros, tiene compromisos establecidos explicita o implícitamente, y tus acciones repercuten en su futuro. Por una potente depresión debes ser cauteloso para no suicidarte, hay gente a quien le importas y a quien perjudicaría tu muerte. En vivir el presente cabe la infidelidad, la traición y la superficialidad, dejar a tus familiares y amigos plantados en sus fiestas... pero bueno, mientras no seamos los invitados estrella todo bien.

Por eso el equilibrio me es muy importante. No caer en extremos. Ni en ese modo de vida egoísta, pero tampoco guiándome por pensamientos o reglas pertenecientes a la tradición, o haciendo un caso patológico a mis intuiciones sobre cierto tipo de personas. Ser cauteloso, eso es todo... es todo lo que necesitas para no vivir el presente, y si no vives el presente te privas de la felicidad, por eso pensar en la felicidad la ahuyenta... incluso solo pensar basta para espantarla. Pensar es sustraerse del presente, es calcular a futuro conjurando el pasado. No soy un buen consejero. Da igual, esto no está pensado para aconsejar.

Las cuatro mujeres de las que me he enamorado entran en esta clase de personas, de las que viven con más intensidad el presente, por consiguiente bastante dañinas. La primera no cuenta porque eramos niños. En la infancia el presente es más intenso. Lo opacan los traumas, si los hay. El futuro se vive más nitidamente, porque no sabes si te volverás un genio millonario con el tiempo, y empezar en la vida te da ese amplísimo margen de error, creyendo que siempre experimentaras la vida de esa forma.

Quizá Isabel era la más cautelosa. No sé qué tanto, no tuve la oportunidad de adentrarme en su existencia. Pero recuerdo que me enamoré de ella en sus momentos hiperactivos, cuando consumía cafeína. 

Finalmente la única mujer que me ha amado romanticamente era cautelosa, y la relación era funcional, juntos teníamos lagunas de felicidad. Ella me ayudaba a equilibrar, a veces se reía de mis preocupaciones y yo no tenía más remedio que echarlas por la borda. 

Todo el rompecabezas va teniendo sentido. Siendo reciprorromántico me enamoro solo de mujeres que igual se enamoran de mí (alguna equivocada estrategia evolutiva) ¿ y qué clase de mujeres se enamoran sin cautela de un desconocido? las que no piensan mucho en las consecuencias hasta la mañana siguiente, pero no hace falta tanto, a veces solo necesitan una hora para reconsiderar las emociones, ponerlas en contexto y descartarme. Una hora basta para podar las relaciones que se han arraigado a tu cotidianidad, no necesariamente para desterrarlas, no hablo de mí, solo basta con no dejarlas crecer. Las emociones fuertes no caben en un jardín como este, esas hierbas que salen del parámetro, que se escabullen y bloquean el panorama completo. Las celebras porque es vida apabullante, pero al final te estorban y las tienes que cortar. Quizá soy una especie particular de hierba, de la que se seca si la podas, de la que aprende a vivir sin sol y se expande bajo tierra, y tu percibes su aroma fantasmal y solo recuerdas que existió. Suena más a un hongo. Y eso me recuerda a uno de mis cuentos.

Ahora me surge otra interrogante ¿por qué yo? ¿qué verán en mí? Tengo mínimos fragmentos de sus confesiones y de la pobre lectura que hago de mi persona a un nivel superficial, pues es enamoramiento, no amor, pero nada que saque a la luz ese dato clarificador. 


Conclusión:

Compararse es inevitable, pero aceptarnos implica entender que no somos iguales y debemos ser compasivos con nosotros mismos. 

La relación que deseo, que comience con un enamoramiento reciproco no sucederá, es una quimera. 

Resignarme a una relación sin fuertes emociones es injusto para cualquier posible pareja, tanto por la entrega raquítica de mi alma, como por toda la reserva apostada en la quimera, que no hace falta tenga nombre y cuerpo, es una lanza que llevo atravesada a donde vaya. 

Pero a lo mejor coincida con una mujer cautelosa viviendo por un instante el presente que me enamore. Si logro resolver el enigma de ¿por qué yo? sabré si eso es posible o es otra quimera.

Seguir con mi vida en los otros dos aspectos que me importan; dar todo mi potencial con las oportunidades que se me dan y las que voy creando para alcanzar mis metas materiales, eternizadas en el gerundio, y paralelamente, ser independiente respetando mi personalidad (PAS, eneatipo 4, INFJ) voy bien según mis parámetros... según los parámetros generales que hacen caso omiso a mi personalidad, voy tremendamente rezagado. 

domingo, 27 de noviembre de 2016

Cómo saber si tienes vocación creativa

Siempre ha habido una cierta predispocisión que facilita a algunos ser buenos en ciertas áreas de la vida. Son las bulbosidades a las que me refería en un apartado anterior, pero racionalmente tiene que deberse a zonas del cerebro más desarrolladas que otras que posibilitan y maximizan tareas específicas del ente asignado a ellas. Daría ejemplos de profesionistas mediocres que no toleran su trabajo y otros que sobresalen del montón y tienes el gusto de recibir sus servicios. Bien, creo que queda claro, no necesitamos ejemplos.

Las áreas profesionales del ente creativo son, cuando bien le va: guionista, director, ilustrador, diseñador, artesano, publicista, dramaturgo, escenógrafo; cuando mal: escritor, pintor, escultor, muralista, poeta, compositor. Pero el bien y el mal en esto puede trastocarse con facilidad, depende del punto de vista, yo lo estoy enfocando desde un punto de vista económico. Hay quien puede verlo a la inversa desde una perspectiva de libertad creativa.

La actuación, la danza y la música no las conscidero porque me parece que tienen un aura de astucia, de manipulación a partir de una línea preestablecida, aunque claro que hay quienes forzan esta cinta para mostrar su propia voz. Como esas escenas de demonios tratando de salir de un cuerpo humano, manifestandose como rostros y manos empujando la piel desde dentro.

Cómo saber si tienes vocación creativa:

  • Si en una actividad cotidiana de repente, como por epifanía, enlazas una y otra cosa sin conexión y la imagínas plasmada en lo que mejor sabes hacer.
  • Si un curso o lectura de teoría o análisis, lo tomas como una pesca de tips para experimentar más tarde.
  • Si disfrutas a medida que tus divagaciones se van concretando mientras pintas, esculpes, escribes, planeas.
  • Te apasiona planear.
  • Si te cansa escuchar o leer todo aquello que ya conocías.
  • Conservas con devoción todo lo que te conmueve, por lo regular de forma estética, pero siempre estás en una constante búsqueda por más.
  • No sé si será regla, pero todo lo que pasa a tu alrededor lo absorves y te abrumas con facilidad así que necesitas largos periodos de inactividad o su otro extremo, de desenfreno.
  • Te preocupa el cómo eres percibido.
  • Ya que tienes el ego deformado, a veces del tamaño de una ballena y otras es un chicle masticado. Por lo general este suele ser tu talón de Aquiles.

Cómo ser un escritor

Proclamarse escritor es una mamada.

¿Qué hay que hacer para proclamarse escritor? ¿publicar? ¿ganar reconocimientos y concursos? si tu finalidad es esta, se dichoso, estás en el lugar correcto, yo te diré el cómo en esta misma entrada. 

Desde hoy abandonaré autotitularme escritor porque estaría clasificandome en el mismo reino de un grupo selecto de divos que se lambisconean y se recodean en fiestas y presentaciones exclusivas.

Dije antes que ser escritor no es una ocupación productiva compatible con ningún puesto laboral de hoy en día. Mentí. Recuerdan aquellos burgueses del siglo XIX que solo se la pasaban en reuniones y armaban comités y organizaban clubs sociales, en efecto mutaron en lo que conocemos por artistas, entre ellos los ensoñados escritores. 

Cuando entré a Letras hispánicas me preguntaba de qué manera se llegaba a estar en lo alto de un estrado hablando de tu nueva novela junto con otros conocedores de la literatura. Estaba consciente de que no era una licenciatura para ser escritor, pero aún así era lo más cercano a estar detrás del estrado. Sin darme cuenta estaba ya dando mi primer paso dentro de aquel mundo. Y también me resultaba repulsivo; los egos, los temas siempre referentes a la cultura, a la política, a la academia, pero a un nivel bien superficial, bien insignificante. En contraparte estaban aquellos hartos de la hipocresía o sangronadas (porque también había quienes se pavoneaban de esgrimir un cinismo nocivo) de estos otros, pero que jamás iban más allá de críticas, etiquetar a todos y reducirlos a una farsa.

Me ha pasado ya varias veces, que me defino como algo, tanteo sus implicaciones y termino desechandolo. No es nada nuevo. 

Aquí nos encontramos con el clásico caso del Arte vs el "arte". Además cuando se trata de literatura siempre resulta ser un arte culto, porque las mayorías salvajes prefieren las lecturas útiles e informativas, como lo que encuentras en el periódico, las revistas, el horóscopo, etc. Atiendan esto: Escritor vs "escritor". 

Retomo literalmente lo que dije en otra entrada: El escritor real, sin anexos, no encaja en el sistema productivo. Puede que escriba una novela y una veintena de cuentos y mañana ya no sienta la necesidad de continuar escribiendo, que se sienta pleno con lo que ha hecho. O que termine una novela en tres años y empiece otra en cinco más. Y que esta última le genere ingresos después de muerto.

Seguro hay quien ha aprendido a tomar la labor literaria con más apego al sistema jornalero y se pone cierta cantidad de tiempo, cierto horario, todos los días de su vida a teclear. Con su taza de café a un lado y el cigarrillo consumiendose en el cenicero mientras se devanea los cesos por entramar un buen párrafo. Y le funciona. Pero tampoco es que sea una norma condicionante. El mayor beneficio que le veo, desde mi nula capacidad por llevarla a cabo (por mi indiagnosticada distimia), tiene que ver con la cantidad, puesto que mientras más tengas, mayor probabilidad hay de que algo sea bueno.


Ahora lo que les prometí. No hace falta que seas un extraordinario escritor para ganar concursos, acceder a becas y publicar. Lo único que debes hacer es formarte un curriculum. Empieza por los talleres de escritores con algo de renombre, no tanto para aprender, sino más bien para socializar; publica en revistas locales; entra en el mundo de la gente de letras, no hace falta que entres a la carrera, obten contactos con potencial; entra en concursos mamones de talleres para jovenes creadores, es el siguiente paso después de los talleres de escritores mediocres. Con esta experiencia en tu semblanza ya puedes participar para revistas a nivel nacional, premios, y hasta becas. Con tal prestigio, lo que escribas será publicable. 

Pero hay un precio. Te amoldarán a sus cánones, como a una miss universo. Será dificil que vislumbres una cultura más allá de la que ellos hablan, de la que a ellos les importa mostrar. Es ideal para quienes se enamoran del personaje de escritor. Por otro lado, dirán que sería útil para quien ya tiene algo preparado y solo quiere darlo a conocer; cierto. Sin embargo debe ser alguien con una técnica precozmente depurada, puesto que estos caminos son ofertados solo para jovenes.

Desconozco si mis métodos se inclinan más a lo que a un Escritor concierne. Pero estoy seguro que son más honestos. En principio parten de un proyecto, no de un romance por ser alguien. Luego mi intención es materializar (y espiritualizar también) lo que se encuentra desvanecido e inconsistente en mi cabeza, ya sean lugares, personajes, ideas, circunstancias, etc. Ya que escribir es mi manera más efectiva de darle orden al caos, no en cambio, de demostrar que soy capaz de una prosa única. Es verdad, soy vanidoso y egocentrico, quiero dejar mi huella. Pienso que si tras unos años, entre más mejor, después de haber muerto, alguien leyera mis apuntes, cuentos, quizá novelas o mi bestiario, y dijera "me encanta", habrá valido la pena todo esto: me refiero a ir siempre por el peor camino; salirme de la universidad, buscar la forma de ganarme la vida y a la vez no abandonar mis proyectos literarios, rechazar en lo posible los consejos de otros escritores para escribir y todo eso que me frustra.

Mi consejo si quieres encontrar tu estilo o libertad narrativa: Mantente en la búsqueda de aquel libro, cuento, lo que sea; aquella lectura idílica. Si no la encuentras, proponte ser tú su creador, si encuentras algo cercano o incluso muy superior, disfrutalo, no quieras comprender las partes que lo hacen grande. El acto de escribir debe ser un reto, nunca una terquedad. Para ello es indispensable conocer tus límites. Lee, y descubrirás historias fascinantes en una prosa lánguida, sugetate a ellas para tus primeros intentos. No caigas en el conformismo, siempre experimenta, busca, investiga, sigue leyendo.

Por mi parte ahora seré un proyector, ya era lavadora por tanto ciclo, ¿qué otra manera de cosificar mi alma existe?

domingo, 30 de octubre de 2016

Masculinidad

Estoy preparando mi blog para segmentarlo en varios blogs, hacerle la mitosis; Taquigrafía grajica se quedará con el material creativo: composiciones poéticas, cuentos y relatos; habrá uno exclusivo para textos como éste, ciclos, críticas, y demás miscelanea; y otro para asuntos políticos y para la organización social civil que estoy gestando.

Ahora vamos al tema de esta entrada.

La masculinidad se genera en el cómo integras en ti los roles que la cultura y la sociedad te ofrecen, o te imponen, dependiendo del ambiente en que te desenvuelvas, ofrecen o imponen. Hay cuatro variantes constantes en esta ecuación; el cómo te ven los demás, el cómo te ves tú, el cómo es que deseas ser visto y el cómo ves tú a los demás. Me saltaré explicaciones detalladas sobre cada una y expondré mi situación con aquellos roles altamente significativos.

 El padre

Considero que el papel del padre primordialmente es el de proveedor, pero este mismo ha venido decayendo a medida que las mujeres consiguen independizarse económicamente y pueden compartir los gastos de sus bolsillos. En este camino, y sabiendo de antemano que no tengo un trabajo fijo o mejor dicho, formal, sino que actualmente me hallo en la búsqueda de la subsistencia desde la labor artística, a la que me aferro seguir hasta sus últimas consecuencias, he determinado que debo destinar mis ganancias, en altas dosis, a mi propia manutención y proyectos. Para pronto y como consecuencia diré que no me figuro en un futuro con hijos. Pero en dado caso que las ganancias logren cubrir mis necesidades y se mantengan constantes y equilibradas, no me desagrada la idea de destinar parte a un ser querido. 

Por el lado emocional si me agrada pensarme como padre, pero sólo de uno, porque soy demasiado egoísta para dedicar mucho tiempo a la crianza.

¿Qué tipo de padre sería? no lo sé, pero pienso que no uno estricto; trataría de demostrarle afecto, aunque a un nivel mediano. Pondría normas, ya saben, mis sistemas, con sus partes de individualidad y de conjunto, de tareas y de esparcimiento. Me interesará sobre todo el aspecto de su formación; así que lo pondré a probar de todo antes de quedarse con algo. Apoyaré todos sus proyectos y condicionaré sus abandonos a aspectos racionales. Fomentaré los aspectos culturales a mi alcance, ya sea por mi propio gusto o su interés. 

La pareja

Antes estaba interesado en conocerme como pareja y lo descubrí no hace tanto. No soy muy buen novio y definitivamente no quiero ser esposo de nadie. Soy inclinado más al enamoramiento que al amor. Quizá deba conocer a la persona indicada pero tampoco me interesa estar buscándola. Como novio me frustraba tener que ver e interactuar con las demás mujeres como individuos asexuados. No soy un coqueto acérrimo ni mucho menos, pero me gusta fantasear, y también, aunque no ocurra con frecuencia, las pequeñas cargas de tensión sexual. Cuando tienes pareja, las fantasías con otras mujeres adquieren una connotación de infidelidad e hijoputez y las interacciones pierden su carga erótica, si es que la hay, al suprimir la posibilidad, por mínima que sea. Supongo que soy considerado con mi pareja al suprimir la posibilidad, pero el caso es que lo detesto y prefiero mil veces no tener pareja.

 No descarto que una vez enamorado o amando me importe un comino las demás. Entonces eso: pareja sólo enamorado o amando, pero para boda, mejor esperar más de tres años, más experimentos de convivencia para una vida en común. 

Aunque igual no creo en el matrimonio, la unión libre es una buena manera de compañía.

El amigo

Creo la amistad es mi mejor faceta. Para con otros varones me siento libre de hablar sin tapujos de todo lo que me plazca y de comportarme como se me dé la gana. Sin embargo, me es difícil depositar mi confianza en hombres que te ponen a prueba o no te respetan hasta que te lo ganes. Esos hombres deben ganarse mi confianza aunque tengan mi incondicional respeto. 

 Para con las féminas. Me gusta su compañía y atención. La mayoría son excelentes conversadoras sobre temas serios. Y con pocas se puede tener la tensión sexual o las fantasías de las que hablaba antes, pero se puede, lo que es fabuloso. Además su amistad, en ocasiones, trae consigo muestras de afecto, lo que con otros hombres sucede, pero de una manera que tiene que ver más en actos de lealtad y confianza que en abrazos.

El familiar

Hijo y hermano. Para mí significa cumplir con responsabilidades. No soy muy afectivo, así que entenderán que en mi familia cada quien se ocupa de sus asuntos. Pero de esto solo hasta un plano de acción, porque existe gran confianza entre todos para hablar de nuestros problemas, metas y logros. Cuando no hay ni problemas, ni metas, ni logros, o son los mismos de siempre, no solemos mencionarlos. Y eso sucede casi todo el tiempo. El silencio. 

El ciudadano

Soy un ciudadano difícil que va en contra de muchas tradiciones. Me fastidia saludar a mis vecinos porque no es raro encontrarlos fuera y eso equivale a muchos hola, bueno días, hola, buenas tardes, hola, buenas noches, qué tal. También es algo incomodo que entre ellos se lleven tan bien y embonen a la perfección. En la cuadra tendríamos el papel de los amargados, que no gustan de participar en los eventos religiosos o hablar de autos, futbol, y todas esas cosas intrascendentes; deben sospechar que varios de nosotros somos ateos, no sé. 

Por otro lado, quiero modificar lo obsoleto de nuestro sistema político para ayudar a mi ciudad a prosperar, a sus habitantes a mejorar sus condiciones de vida, y por ello formo una organización social. 

Resumen

  • Preferiría no tener hijos pero si llegasen espero que sea solo uno, luego con todo gusto me haré la vasectomía. Condicionado a solvencia e independencia económica.
  • La base de mi paternidad sería el equilibrio, y la libertad en base al equilibrio.
  • No pienso casarme, pero no descarto la unión libre.
  • Noviazgo únicamente enamorado o amando.
  • Soy fetichista, y tiendo a objetificar e idealizar a ciertas mujeres, pero también soy capaz de encariñarme con aspectos de su personalidad. 
  • Amigo respetuoso pero desconfiado.
  •  Hijo responsable de sus deberes, pero solo los hechos rutina.
  • Hermano abierto al intercambio de opiniones.
  • Persona poco afectiva.
  • Sentimentaloide unas veces, otras demasiado racional. 
  • Feminista (aunque no me guste el término) del feminismo moderado que busca la igualdad a razón de lo justo y merecido, y no por caprichos ideológicos.
  • Selectivo; de todas las maneras posibles: afectiva, sexual, estética, etcétera.
  • Vanidoso: me gusta proyectar mi personalidad en mí y en lo que hago y objetificarme.
  • Poco social.
  • De gusto excéntrico.
  • De agresividad pasiva.
  • Me gusta la animalidad, en mí y en los demás.

lunes, 11 de julio de 2016

Mandrágora y otras bulbosidades

Creatividad. Es la raíz tuberculosa a la cual he decidido agarrarme para todas las formas de vida en las que me siento cómodo y satisfecho para realizarme. Me aplaudo el salir de Letras porque era una raíz analítica, y lo poco que tenía de creativo era una creatividad artesanal, de fórmula para producir según las exigencias del mercado. Ahí la gente se emocionaba por descubrir autores o lo que los autores escondían tras sus palabras, pero también tenía otras vertientes, como la lingüística, y la gente se emocionaba por lo que en realidad había oculto tras las palabras y enunciaciones de uso común. Datos curiosos, nada más. Como terminar la carrera y tener un título no me producía la suficiente motivación como para terminar la carrera y tener un título, entendí que habría que mirar un poquito más allá del muro: el futuro profesional de bulbosidad analítica al que estaba entregando mi vida, que no es cualquier cosa, lo es todo.

Luego miré hacia la profundidad del origen, del heme aquí por, y no me satisfizo lo que vi. Siempre he querido encontrar una fuente laboral que se adapte a mis necesidades de tiempo (que me de espacio para hacer mis otras actividades de esparcimiento, creativas a largo plazo y responsabilidades hogareñas), de ingresos (que me dé lo suficiente para subsistir de manera holgada e independiente económicamente), de potencial (que me haga sobresalir del resto) y de personalidad (de tubérculo creativo, desde ahora llamado mandrágora). En apariencia, la vida de letrado me las daría. Por lo menos dos de cuatro. Ahora bien, sentía una exigencia social (el elixir al problema del futuro según mis padres, y por cómo en general me perciben mis familiares y amigos; suficientemente inteligente para ello) el alcanzar un título universitario. Así que creí que sólo tendría que encontrar algo que se adaptara a mis gustos. Y pensé tontamente que como me gustaba la lectura y era un estupendo redactor, estar en Letras sería como nadar en un caudal turbulento siendo pez.

Me di cuenta, observando a mis profesores letrados, que la actividad profesional de esta índole, requeriría un horario parecido, si no es que igual, al de un jornalero promedio. Entonces, ya no podría cubrir ni la mitad de mis necesidades. Quizá fuese esto lo que me impedía nadar en esa corriente, por lo que subía a tomar aire y abandonar las aguas muy a menudo. Resulté cormorán y no pez. Y con incomodidad me apreté las gónadas para abandonar las expectativas sociales.

¿Y por qué artesano y no escritor? para mí la literatura no es un proceso artesanal, sino artístico. Requiere de un esfuerzo y un proceso más riguroso, y hasta excéntrico, lo que significa otorgar un tiempo ideal para trabajar la obra, y un ritual que no se apega a las reglas laborales. En estos tiempos y con el sistema que tenemos, ser escritor implica dar cursos de redacción, talleres de creación, ser conferencista, autopromotor, cazarrecompensas de premios, redactor en periódicos, porque de otra forma, eres escritor a medias. Sin embargo no hay escritores a medias, lo que ocurre es que un escritor que escribe literatura, no uno de entregas quincenales, también debe considerar su sustentabilidad, y la creación literaria, por sí sola, no es rentable... a menos que seas un autor consagrado y tengas por lo menos una obra cumbre que te dé de comer. Si no es así, hay que ser algo más.

Todos los trabajos adjuntos que mencionaba, que se consideran actualmente parte intrínseca de la tarea del escritor, son remedios para llenar un puesto laboral inexistente. El escritor real, sin anexos, no encaja en el sistema productivo. Puede que escriba una novela y una veintena de cuentos y mañana ya no sienta la necesidad de continuar escribiendo, que se sienta pleno con lo que ha hecho. O que termine una novela en tres años y empiece otra en cinco más. Y que esta última le genere ingresos después de muerto.

¿Pero por qué artesano? hay escritores artesanos, de esos que escriben por cumplir con un público, yo quiero ser artesano y además escritor; uno es trabajo, lo otro es arte, y para mí eso es incompatible. Enumeraré los beneficios de ser artesano:


  1. Cumple con las 4 necesidades básicas.
  • Me da el tiempo que necesito al yo establecer un horario de trabajo.
  • Soy remunerado tanto económica, como personalmente por ello.
  • Tengo la oportunidad de ser creativo.
  • Puedo sobresalir por mi creatividad en un mercado en el que no es requisito indispensable.
      2. Aún cuando requiere un proceso maquinal, los resultados nunca son iguales.
      3. Cada artesanía te hace sentir orgulloso.
      4. No se requiere demasiado tiempo para lograr resultados en cada etapa del proceso.
   


martes, 10 de mayo de 2016

El machismo y el romance



El romance es una forma de vida con la que el machismo se disfraza de manera casi natural. 

El romance es la idealización de una relación, o de cómo debe ser la pareja perfecta, o del ideal de amor mismo. Se nutre principalmente de todo el material ya constituido en un vasto universo cultural de historias en las que parejas se unen y se separan, pero que siempre están adheridas al vértigo y a la adrenalina del amor y la pasión, drogas a las que todos somos, en mayor o menor medida, adictos.

Cuando hablo de machismo y de machos y machas, en realidad estoy enfocando a una clase de visión encuadrada en los estereotipos: del hombre al mando, del poderoso, de la sumisa, del cabrón, de la que sirve sólo para el hogar, de la mujer que vale por cómo se ve y no por lo que piensa, etc.

Machos y machas son estrictamente románticos. Se enamoran y desenamoran según transcurren sus relaciones. A ellos no les atrae tal o cual mujer, a ellos los enamora: los enamora una mujer voluptuosa caminar por la calle, o cuando les dirige alguna otra la palabra, y qué decir cuando los ignoran, pura pasión, el juego de las apariencias. Así es como ellos viven siempre enamorados y en abundancia de amores. A las machas les gusta enamorar, se visten coquetas y provocativas, y si hay una más coqueta y provocativa, debe ser una puta que enamora sin buscar amor. 

Para conseguir la relación ideal, cada uno, macho y macha, comienzan los rituales de conquista, él se porta caballeroso, cortés, amable; la ve única y la consciente por ese motivo. Ella, toda una dama, juzga los esfuerzos y logros del susodicho y lo recompensa si cumple sus estándares de calidad. Pueden ocurrir tres cosas: que el encuentro premeditado por las dos partes termine en una noche de pasión y sanamente se retiren a sus cubiles a pensar en el amor. Que uno de los dos, o ambos encuentren en esa noche un indicio de la pareja soñada y el verdadero amor y se vuelvan a buscar. O que se establezca un pacto o relación formal, en la que ella se entrega a él como trofeo y él se declara fiel a ella y además ambos acuerdan, implícitamente, vivir la relación de sus sueños ¿de quién? cada cual con el suyo. 

Tras la conquista ya no hay necesidad de fingir, hay que entregarse sin disfraces.

Si la relación fracasa es por culpa del otro que no quiso ceder a la hermosa relación que él o ella tenían en mente. Tal vez ella no era lo que esperaba, o él no cumple con lo que prometía, quizá el amor se terminó, o llegó una nueva promesa en la vida de ella, y la esperanza de un nuevo y mejor romance. 

En ocasiones hay quien siente dolor por la pérdida, más allá del puro orgullo, y hace lo que sea por reconquistar aquello. La dignidad y el autorespeto son monedas de cambio porque el amor lo vale todo, o eso nos han enseñado desde niños.

No soy ingenuo, el romance está en todo tipo de mentalidades y a cada cual su sabor corresponde. Pero el amor machista se me hace el más nauseabundo de todos. Y es que usa las fórmulas de princesas de Disney, más las de telenovela latinoamericana, para confitar su fondo pretencioso, de estereotipos que tienen que ver con la dominación y la subyugación. De cualquier manera, machos y machas viven este ensueño como la vida misma, es una construcción que miran con naturalidad, el engaño es para ellos una verdad... la verdad del amor.

Si por mí fuera, quemaría toda película y todo libro y poesía sobre el amor y de cómo cambió las vidas de fulanito y fulanita y de lo mágico que es. Me declaro antirromántico porque deseo acabar con todo ese mundo de ilusiones imposibles preconcebido. Cada relación debería imaginar y experimentar sus propias reglas. Los personajes y relaciones ideales no son modelos a encontrar. Fascinarte por alguien debería ser espontáneo, de un qué sé yo que no sé qué, ése algo nacido en la brecha entre lo extraño y lo familiar. 

No sé si calificarme de arromántico, puesto que en mi relación hay romance. Me resulta difícil ser meramente crudo y visceral, porque ella me pone contento y me hace reír, además de que me encanta verla contenta y riendo. 

Sí, en mi cabeza hay mujeres ideales, hay curiosidad por relaciones poco ortodoxas, pero son fantasías que prefiero dejar en el terreno fantástico, proyectos narrativos. 

jueves, 31 de diciembre de 2015

Pros y contras de la escuela

Es la última noche del año y espero, de todo corazón, cerebro y estómago, que este sea mi último duelo en la vida sobre asuntos escolares. Siento que estarme quejando de estas cosas una y otra vez aburre a todos, y me aburre  mí, ojalá que a alguien más, un equivalente a mí, le ayude a tomar una decisión poderosamente libre y certera. La introducción parece mostrar al ganador del duelo, acaso estoy levantando su brazo en alto antes de tiempo.

Seguir con la licenciatura. Pros y contras.

Pro
Al terminar podré tener la posibilidad de obtener un trabajo bien remunerado y estable

Contra
Nadie me asegura que lo obtenga. En especial cuando mis prioridades están más enfocadas a aspectos creativos.

Pro
Una licenciatura te abre muchas puertas.

Contra
Puede ser una pérdida de tiempo.

Contra
Me deteriora física, mental y anímicamente.

Pro
Conozco y veo preciosas, y a veces interesantes e inteligentes, mujeres.

Contra
La gran mayoría no quiere nada conmigo, sólo les caigo bien... y además, si lo quisieran, mi percepción en cuanto a diferencia en la edad me hace sentirme una mierda raboverde y un completo idiota al echar por la borda mi relación de pareja con quien va más allá de juventud y belleza.

Pro
Me caen bien mis nuevos compañeros.

Pro
He invertido media década para dejarlo todo por una corazonada.

Contra
No he podido avanzar en mis otros proyectos.

Contra
Mis otros proyectos no requieren necesariamente de este, no es indispensable para obtenerlos.

Pro
Esta es mi única oportunidad de estudiar con el apoyo moral y económico de mis padres.

Contra
No se trata de darle gusto a mis padres o al mundo.

Contra
Sigo ahí por puro miedo a no arriesgarme, a perder una valiosa oportunidad, a andar por rutas nada precisas e intransitadas.

Contra
La solución para ir bien en la carrera consiste en abandonar proyectos personales, deberes hogareños y desasosiegos, por tareas, trabajos finales, lecturas, investigaciones, ensayos y análisis. Es decir, irse arrancando el alma. Dos años y medio con el alma desprendible,pero cinco años con mi tipo de alma arraigadiza.

Contra
Esperar a que cada próximo semestre resulte mejor, me hace más difícil salirme, ya que me condena a no poder encontrar empleo fuera del ámbito de estudio, puesto que a mayor edad, menor el rango de opciones de trabajo de reducidas exigencias.

Contra
Las opciones de trabajo del ámbito de letras, no son del todo de mi agrado y ninguna parece valer el tiempo invertido: Enseñar literatura, o peor aún, español... me niego a ser un triste maestro atrapado en una escuela; trabajar para una editorial, corrigiendo textos, imponiendo criterio, equivocandote, y que te pongan en claro y a viva voz tus errores (los míos muy constantes, por cierto); investigar, buscar fuentes y citar, citar, citar, pero antes encontrar qué investigar, jamás se me ocurre algo que me llene para llegar a algún posible fondo y menos algo literario o lingüístico; talleres y salas de lectura quizá, pero son mal pagados y no justifican 10 o 9, ni 8 años de estudio, guerra con el estudio o razón del estudiar; periodismo, editar o escribir artículos sobre cosas que no te interesan, y tengo un amplio espectro de indiferencia, es como hacer tarea, volver al ensayo mediocre y aborrecible, pero peor, porque lo publican.

Pro
Sin carrera los empleos también son malos y además son mal pagados.

Contra
Por lo menos no requieren de tantos conocimientos, no te pesa dejarlos y puedes encontrar uno que te dé el tiempo suficiente para no abandonar tus proyectos y metas.

Pro
Si te sales, probablemente no logres independizarte, te la estás jugando, "con tu futuro no se juega".

Contra
Te quedas sólo para demostrar que no puedes, pero no puedes porque no quieres, porque no quieres abandonar lo que te da vida.

Pro
Sin la consumación de un empleo bien pagado, aquello que te da vida no podrá ser financiado.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Autovigilancia

Voy a hacer un registro de mi semana a fin de encontrar la razón por la que hago tan poco en un día y al final de una semana tan pocos resultados. Claro que todo será personal, hasta después de mi muerte, a partir de entonces será público.

Apartados: Acción, Pensamiento o actitud, Duración.

Esta autovigilancia comenzará esta misma noche y terminará el próximo sábado a las 9:39. 

lunes, 9 de noviembre de 2015

Privilegios masculinos y mi vida como varón

Tomaré algunos elementos del blog Martes de carnaval para desarrollar un discurso propio, que si bien no es contrario al de la autora, le añado la visión del privilegiado que cuestiona sus privilegios y los privilegios en sí.

1. Nadie atribuye tus reacciones emocionales a procesos fisiológicos.
De hecho, aunque seguramente más de un vez tu cabreo venga provocado por un estreñimiento o un dolor de cabeza, nadie lo dará por supuesto. Tienes derecho a tener las emociones que te vengan en gana y siempre serán tuyas; no una reacción incontrolada debida a que eres incapaz de separar molestias físicas y vida en sociedad.
Cada vez que asumes, comentas o bromeas sobre el hecho de que las emociones mostradas por una mujer se deben a su menstruación (o a la falta de ella, o similares) estás poniendo en duda su capacidad de razonar, reaccionar y sentir como una adulta o incluso como un ser humano. La pones al mismo nivel que los bebés que lloran cuando están cansados o las mascotas que muerden cuando están enfermas. Niegas su condición de ser racional y, con ello, la denigras.
Mi perspectiva:

¿Las mujeres no tienen derecho a tener las emociones que les vengan en gana, aún si estas vienen por cambios hormonales naturales? Claro que lo tienen. Lo que cabrea a la autora es el hecho de que algunos hombres vengan a explicarse toda reacción emocional de la mujer, al ciclo menstrual, para no tener que estarse presionando por el qué habré hecho mal ésta vez; a veces es justificable, otras no. Yo conozco mujeres que reconocen abiertamente sus reacciones intempestivas producto de cambios biológicos en su sistema y otras que parece no afectarles lo más mínimo el cambio y yo creo hasta les parece ridiculo el cliché de mujer volcánica. Los hombres muchas veces hemos metido el "está en sus días" en tono de broma a alguien que cambia su humor de un momento a otro. En lo personal no he escuchado que se lo digan a una mujer, más bien lo utilizan con otros hombres para recalcar este cambio repentino de humor.

Yo entiendo ese sentimiento de aberración a toda conclusión fácil por parte de los demás para no tener que lidiar contigo, así que si bien puedo ser privilegiado por ser hombre y no menstruar, no tanto por ser de familia católica y que te digan que tienes el diablo adentro para no necesitar entender tus frustraciones.

En lo personal, sí, yo las considero animales, pero también los hombres somos animales, y a veces somos brutisimos cuando vemos a alguien que nos mueve la hormona. Somos animales racionales, a algunos nos gana el instinto, otros pueden o saben controlarse.

Entonces cúal es el problema

1. Que hay mujeres que no les gusta reconocer que los cambios fisiológicos a veces causan reacciones emocionales.

2. Que hay hombres que no reconocen que sus reacciones emocionales también son producto de un cambio fisiológico y toman el asunto como exclusivo de la mujer por ser la menstruación la etapa más evidente  de estos.

3. Que nos tomamos muy a pecho comentarios en broma al respecto, o bien, muy a la ligera, dependiendo del momento y el contexto. O me van a decir qué bromas están permitidas y cuáles no?

4. Que no hay una intención real para entablar un diálogo. Muchos hombres se van por la vía rápida para salir de conflictos y hay mujeres que no saben cómo expresar sus malestares.

El siguiente post será para el punto dos ;)

martes, 22 de septiembre de 2015

El placer especializado

Literatura

Génesis, una compañera de la universidad, comentó en clase hace unas semanas sobre el dilema que en algún momento de sus vidas encuentran los literatos, y que los mueve a seguir ciertas vertientes de desarrollo profesional o evitar otras tantas. Así, y siguiendo al pie de la letra el planteamiento que ella formuló, tendríamos dos opciones; a) La literatura es para todo el mundo, y b) La literatura es para quien sabe de literatura. No recuerdo si se mencionó en clase pero una tercera y más factible categoría sería: c) Es para todo el mundo mas determinada de acuerdo al refinamiento de su "paladar". Un lector exigente requerirá autores exigentes, por ende, lecturas complejas; juegos lingüísticos, uso de figuras retóricas y poéticas, personajes no convencionales, tramas enmarañadas, recursos experimentales prestados de otros modelos de textos no literarios, entre cualquier otra sagacidad que se me escape imaginar. 
Ademas, los lectores especializados muchas veces encuentran uno o dos géneros que los seducen y se pierden en estos ¿puede acaso ser esto una desventaja al no seguir con la búsqueda de la creación ideal, al limitar su campo de acción?
Esta noche, volví a recordar aquella charla, y con la respuesta tangencial c como vencedora, comencé a aplicarla en los diferentes ámbitos del placer existentes. 
Pero antes; es cierto que profesionalmente uno tendrá que elegir entre a y b aunque piense en c. Los maestros y promotores de lectura piensan o pensaron en algún momento en a, y los críticos e investigadores en b; en cuanto a editores siempre habrá de los dos bandos.

Videojuegos

¿Qué busca un videojugador especializado? 
Propuesta: Implicación entre la trama, el juego y él. Complejidad en cuanto a jugabilidad. Diseño (gráficos) sofisticado o bien, simplificado. Justificación original de la historia. Progresiva dificultad de la experiencia. Progresiva complejidad del avatar. Música y audio idóneos, que no cansen o que no resulten chocantes. Retos y recompensas equilibrados.

Pornografía

Depende de la filia que el espectador tenga. Se pueden sofisticar los gustos. El espectador puede elegir ciertos rasgos en los actores, actores específicos, ciertos fetiches, ciertas fantasías, ciertas partes de los cuerpos, volúmenes y tamaños, posiciones, un nivel de violencia, de ritmos; es importante la categoría, el tipo de sexo. Luego, con un poco de suerte y conocimientos en búsquedas avanzadas, encontrarán material que cumpla más de una especificación.

Podría dar más ejemplos; la conquista, la comida, el baño, el conocimiento, la música, el sexo, el cine, las series, la pintura, el deporte... hay un basto repertorio que no pienso desentrañar ahora y quizá nunca lo haga.
 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Siempre habrá un porvenir no me sirve

El grasiento sacrificio; tiempo por porvenir, El porvenir. Ya no digamos dinero rápido, sino porvenir. La minuciosa recolección de latas en conserva habría sido una tarea similar y todavía más emocionante que esta. Si tan sólo hubiera seguido en mi juventud la voz fatalista que me decía que todos mis esfuerzos resultarían en la suscripción a más objetivos y por ende más esfuerzos y así la ramificación descomunal crecería exigiendo abundante vida y prácticamente nada podía dársela en aquella aridez en la que estaba enterrado desde. O simplemente decía que no estaba hecho para lo que deseaba; primero estabilidad luego complejidad luego demencia, o bien, y si tenía suerte, resultaría un genio revolucionario, tomados en la misma línea.

Habría de perfeccionar el gusto de la experiencia. Eso es lo que vale ¿no es verdad? ¿no es tarde todavía?, ser una especie de franciscano desposeído, o más realista aún, sin los parecidos en especie; un indigente romántico.

¿Intentarías viajar al sur? me pregunto porque siempre lo quise, lo quise porque veía en ello un porvenir, pero sin porvenir el viaje es la búsqueda inmediata de experiencias. Oh, cuánto anhelare descansar, tener un objetivo para caer rendido al conseguirlo. El sur sigue siendo la composta de la experiencia. Ingenuamente prefiero el calor de la selva al calor del desierto; es la experiencia, la falta de ella la que me dice qué es mejor; pero hay que considerar los mosquitos, las lluvias incesantes, los asaltantes y traficaórganos, las fieras, el lodo. Me sigue fastidiando más la monotonía e introspección del desierto.

La lección de una que otra película me ha dicho por años, Y qué sentido tiene vivir experiencias sin poderlas compartir. Hoy en día todo se comparte, pero no se viven experiencias, se coleccionan sucesos para demostrar una buena o mala vida, se comparten escenas de esos sucesos, constancias o pruebas de quién soy yo, de la personalidad del individuo, puesto que se busca reafirmarla. No soy nadie para afirmar esto. Ni siquiera lo tengo por seguro. Quizá si hay gente autentica compartiendo de corazón, aunque ridículamente, su existencia.

sábado, 27 de junio de 2015

Esencia perdida

A pesar de aborrecer el género literario del ensayo...

Cuando era creyente, cuando era niño, y hasta los primeros años de pubertad, no necesitaba escribir ensayos, conversaba mentalmente con el creador. Al principio era con precaución y temor divino, manteniendo una prudencia moderada lo cuestionaba o le pedía favores; con el tiempo le perdí el respeto y hasta lo provocaba. Con timidez fui soltando la idea de su existir. De teísta pasé a deísta, de deísta a agnóstico, y finalmente me convertí en ateo. A la falta de credibilidad en un escucha mental la compensé con la palabra escrita; real, certera, perdurable hasta que me irritase con mi yo del pasado y despedazara sus oraciones.

El ensayo a propósito de Yo es el único que me sale con naturalidad, como el padre del ensayo lo hubiese querido, Michel de Montaigne. De otra forma no me convence, ni me gusta. Comparar, ofertar ideas, decir lo que alguien más dijo, refutarlo, afirmarlo, extenderlo, resumirlo. Hay ideas que me parecen originales y las desarrollo. Luego me doy cuenta de que a alguien más ya se le ocurrieron y que incluso ya las ha desarrollado mucho mejor; tanta perdida de tiempo es infernal. Maldito sistema escolar que requiere tanta de esas baratijas para aprobarte.

Hay muchas tonterías que se dicen sobre la transición de niño a adulto. Una de ellas tiene que ver con la perdida de la inocencia. Pienso que hasta los más cabrones, de lomo canoso, a veces pecan de inocentes. Qué es la inocencia sino creerse un cuento. Para vivir acorde a lo que uno hace y a lo que uno siente y piensa, hay que creerse un cuento. Porque los humanos no podemos vivir por instinto, hemos perdido esa facultad. Tendemos a deprimirnos si no hay un cuento atrás (mito personal) del porqué hacemos lo que hacemos (el sentido).

Perdí mi esencia cuando abandoné mi cuento. Eso es lo que se pierde en la transición. No es sólo la ridícula visión de niño la que se pierde, es una cadena que comienza con el cuento y termina con la esencia. Y si, el cuento de un niño para vivir su día con día está plagado de fantasías, fe, ilusión, y es en extremo inocente... o, y también, es lo más cercano a vivir por instinto. Es una deliciosa mezcla que potencializa la esencia. Yo estaba lleno de confianza y quería con pasión y respetaba mis sueños como firmes augurios. Abandonas el cuento sin darte cuenta de ello. La adolescencia es la etapa en la que vas taponando vacíos. Las experiencias van cortándote tu mitología.

Ahora que recuerdo, yo soy de una generación educada en parte por el televisor. Es muy seguro que las bases de mi personalidad se encuentren en caricaturas japonesas y series gringas, quiero decir, en personajes de esos programas. Por eso supe que era mi esencia lo que me faltaba cuando veía tan desabrido mi alrededor, el contraste entre un yo tan colorido y uno tan grisáceo sólo podía explicarmelo como la perdida de algo en mi, algo que emanaba vitalidad. A lo mejor pensé en el alma. Pero no creo, para esos entonces mi relación con Dios y el mundo espiritual eran parte de ese pasado fabuloso.

Reconfigurarme fue difícil. Conocer personas, jugar a creer en cuestiones religiosas aún más extraordinarias que con las que fui adoctrinado. Ser fan de escritores, de países, de personajes de novela, de historias de personajes de novela. Identificarme simbólicamente con animales, colores.... en fin.

A veces digo que el sin sentido es mi sentido. No es verdad, me engaño porque me gusta la literatura del absurdo. Lo que hago lo hago casi siempre para ser recordado después de muerto, y para alcanzar a probar lo que considero sería la buena vida; una casa a mi gusto, una relación de pareja ideal, una cotidianidad sin estrés. También tengo un fuerte sentido por la justicia y por el equilibrio. Y por si no se han dado cuenta, me es importante aclarar mi mente de tanto en tanto. No sé si eso sirva para algo, pero me hace sentir más seguro y logra hacerme conciliar el sueño. Buenas noches.

jueves, 9 de abril de 2015

Me pesa lo que me falta

Ya ni me enojo. Está enorme y viejisima búsqueda por encontrar el equilibrio en cuanto a deberes y placeres parece mi propia casa rodante, como en un cuento que escribí hace algún tiempo de mucho encierro, en que una casa fungosa atrapa al habitante en ella y lo vuelve parte de sí, en ese sentido macabro funciona esto. Leo publicaciones antiquísimas en las que he plasmado mis anhelos de que las cosas marchen a un ritmo natural y favorable y me quedo con un sabor sanguinolento y cálido ¿lo he logrado? Siendo objetivo este barco no puede seguir un rumbo fijo, y no es mi culpa. 

Me encanta la vida que llevo, y contradictoriamente, me pesa. Mis metas puestas. Lejanas, tibias, fantasmales. Viajar mucho para conocer otras culturas, ser independiente económicamente, hacer una casa mía... ni siquiera me importa titularme. Mas sé que en algún momento será necesario. Es una pena bien corrosiva, años, muchisimos años, presentándome en clase, intentándolo, fallando, desistiendo, una y otra vez; el avance rastrero y agonizante. Ya no me surge la fe de que a partir de "este semestre con este sistema" todo saldrá estupendo y por fin avanzaré con paso regular y seguro.

Quiero mucho a mis amigos y de vez en cuando los recuerdo con cariño, pero me da pena cada que los veo, no poder decirles que me va todo lo genial que quisiera, porque yo no les miento a mis amigos, ni para que no se preocupen. No puedo decirles que hago cosas inútiles que me satisfacen y útiles que me frustran, porque una explicación tan exacta como la que acabo de formular, es engorrosamente difícil de sacar espontáneamente en una conversación.

Miro con cariño mi antigua fascinación por lo extranjero; lo noruego, lo irlandés... ese sabor un tanto elaborado en mi cabeza, de mar y barcos de madera, de bosque húmedo, madera pudriéndose liberando su aromática sustancia, de vida muerta; frío de fiordos, lluvia, musgo en cantera, turba, colinas, un verde que traigo en las entrañas, un verde de puertas y camas, desgastado y enfermo; café con leche azucarada y esencia de coco, cerveza con esencia de café. Tegthyn es nombre inventado, Tegthyn me suena irlandés... Es el nombre de mi chica. Nombre entrañable, rasgos orientales, de odalisca. Yo soy su llave, yo la abro y ella me corresponde. Y temo, sigo temiendo que no me entienda. Soy un lenguaje torpe y desgastado, de cuentos, motivos y curiosidades acurrucadas en el subconsciente. 

Aún tengo ratones y los quiero. Y me da pena que la gente no lo entienda, de la misma manera en la que veo desde sus ojos mi forma de vida; incomprensible. Si algo sabremos los ficcionistas, ya no escritores, porque no nos dedicamos a escribir al cien; si algo sabemos, es mirarnos desde fuera. Adoptamos perspectivas.

Me gustaría algún día terminar mis libros. Aunque como dice un buen amigo, lo que importa no es tanto el destino, sino el camino. Me fascina crear escenarios posibles, diseñar personajes, bestias, imaginar lugares, jugar con eso, tenerlo en mi cabeza, no tanto mostrarlo a los demás. De todas formas ver tu obra concluida... todo ese tiempo "perdido", dando frutos... ojalá. 

¿Me gustaría ser artesano? Más de hobbie que de oficio.

¿Qué hago? Deberes con mis mascotas y con mi familia. Disfruto a mi pareja. De tanto en tanto a mis amigos. Leo sobre muchísimas cosas; leo para mi bestiario, periódica y obsesivamente; leo para mi novela; leo para un concurso de cuento. Lo hago para sentirme seguro a la hora de escribir. Tiene sentido que sea un sistema obsesivo compulsivo. La experiencia me ha dejado claro que no funciona para cuestiones académicas, y lo sigo empleando para cuestiones académicas; lo siento, me gusta hacer las cosas bien y a mi temporalidad.

Finalmente, también me doy mi tiempo para el entretenimiento. 

Siempre buscando el equilibrio, entre gustos, deberes, entretenimiento... se me olvida que para alcanzar mis objetivos conviene tener dinero. Busco empleo. Me encantaría hacerme de mi propio negocio, sin embargo, el panorama no es nada claro en ese sentido. Me da mucha flojera lo que tenga que ver con mi carrera (hacer revistas, corregir textos, redactar noticias, enseñar español, traducir textos, analizar; PUAJ), en la onda artesanal me las voy apañando de apoco (pero necesito dinero rápido), escribiendo...

Cada escritor funciona de diferente manera. Hay escritores que aman escribir por escribir y venden como pan caliente lo que escriben, escritores artesanos. Yo soy un tipo de escritor que ama escribir lo que necesita exteriorizar, ya sea por una experiencia difícil de digerir, o bien, y sobretodo, porque tengo una construcción fantástica lista para volcar en realidad; un trabajo similar al arquitecto con los planos listos sobre la mesa, a punto de dirigir la obra.

En conclusión, no tengo muchas opciones.

Hoy fui a buscar empleo. Sentía que estaba enlistandome al ejercito. Próximo a perder la libertad por dinero, poco dinero. No tengo muchas opciones.

¿Qué pasaría si dejo mi sistema? Dejo las obligaciones. 

Ya no leo como antes. Perdí mucha de mi voluntad para leer únicamente aquello que me gusta. Mi obsesión me forza a leer lo que (a lo mejor) necesito. No es que ya no encuentre lecturas apasionantes, sino que las voy relegando a un mejor momento ¡Santo cielo!... necesito volver a mis lecturas apasionantes.... ya no soporto leer tanto, pero necesito volver a mis lecturas apasionantes. 

viernes, 23 de enero de 2015

Las entrañas de la bestia

Antes era tan fácil, decía, si todo empeora siempre puedo matarme. No sé por qué me asusta hacer trabajos escolares complejos (flojera, y que soy muy exigente pero nunca hay suficiente tiempo o yo no estoy lo suficientemente preparado), no sé por qué simplemente no hago lo que me plazca y mando todo al carajo... hoy sucedió algo parecido, pero no por una meditada y concienzuda decisión definitiva que acabara con la mierda de tajo; fue más bien una cuestión de cobardía instintiva que me provocará próximamente más sufrimiento... cuando me pongo a pensar en las causas de mis terribles acciones, saltando de acción en acción, de causa en causa, como la grabación en reversa de una explosión en cadena, llego a la conclusión de que mi vida es una mierda. Vivo atrapado en un ciclo deprimente de lucha constante, en la que a veces adrede me dejo llevar por la corriente para cambiar o equilibrar las cosas y me doy cuenta de que la corriente es parte del mismo flujo de inodoro en el que estoy atorado, que la lucha y la pasividad apenas si son diferentes.

Traté de cambiar mis hábitos infernales. Me levantaba temprano pero no lograba conciliar el sueño en la noche, y poco a poco la típica sensación de desaliento guiaba mi dedo a cancelar la alarma y a mis pensamientos a reflexionar lo inútil que sería todo esfuerzo, pues los días se suceden sin mucha novedad. Si fuera la clásica analogía del camino, me tendrían en la clásica encrucijada, sólo que en lugar de tomar una sola dirección tomaría varias, me deslizaría entre un terreno y otro como un lápiz tachoneando de a poco una gran parte de un mapa, avanzando difícilmente; imaginen a una oruga queriendo pisar por completo un enorme estadio y me verán a mí en búsqueda de la realización como individuo capaz de valerse por si mismo haciendo lo que le gusta.

No puedo tomar un solo camino, no puedo.

Hoy tenía que ir a la escuela, era importante, aprendería a hacer microensayos que básicamente es lo que todo el semestre tengo que hacer para pasar la materia. Y no pude apurarme con la regadera, me quedé como muerto sintiendo el agua caliente correr por mis nervios tensos. Como iba tarde decidí pasarme la primera clase y aprovechar pagar la reinscripción de mi taller de modelado en barro en la otra escuela, y así me quedé  pintando la cabeza de un dragón que yo ni hice. De pronto me sentí asustado de asistir allá, no había investigado nada sobre las vanguardias y podría quedar en ridículo si me preguntaban, así que inmediatamente me hice pendejo pinta que pinta: no recordaba lo crucial que era esa clase... tendré que darla de baja.

Este semestre estoy tomando las materias que me servirán en lo que me gusta, para el siguiente abandonar la carrera. Temo equivocarme. Que tal si salir sólo empeora todo. No es simplemente tener el titulo y buscar un empleo con paga justa; es aprender a hacer cosas que no todos saben hacer. Me da miedo arrepentirme, dejar una cosa más inconclusa, otra más, estoy harto de que la mayor parte de mis proyectos estén en vías de desarrollo... la mayor parte es poco, son más bien todos. Soy la mitad de nada, porque eso es lo inconcluso, lo inconcluso es nada porque no sirve para nada.

Probablemente enfermaré por esta desgastante trayectoria de tachadura. Vienes a la existencia a luchar con un monstruo enorme formado por la sociedad y sus sistemas, y por ti y tus manías; si no me muero de a poco en la lucha por hacer lo que me gusta, me muero de a poco en las entrañas de la bestia, disolviendome en la tristeza de hacer lo que debo, el camino seguro es también el más difícil. Es seguro porque existe un campo variado de acción al final, vamos, que al terminar nada más hay que menear el papelito por todos lados, o incluso si te agarras con algo bien independiente te cuelgas el papelito y lo meneas para darte prestigio. Mamadas.

A pesar de todo lo que mis padres, amigos, maestros, conocidos, digan, sigo con este apetito por darle prioridad total a mis gustos.

 El tiempo, mis hábitos, difícilmente cambiarán; como poco, duermo mucho, no hago mucho, me deprimo, no puedo dormir, duermo hasta tarde, como poco, no hago mucho, me deprimo...

Experimentaré el próximo semestre metiendo puras materias en la mañana. A lo mejor todo se compone... o quizá me la pase faltando y llegando tarde y el semestre se vaya al carajo y los malos hábitos prevalezcan. 

viernes, 9 de enero de 2015

No puedo ser escritor de lleno

Me han dicho; no entiendo, si escribes como escribes ¿por qué no te dedicas a escribir en lugar de buscar trabajo, o seguir estudiando, que según tú, ya no lo soportas...

Para trabajar como escritor primero hay que tener algo escrito que te dé ingresos suficientes para escribir, y más que escribir leer, el tiempo necesario (un gran tiempo) para escribir algo realmente satisfactorio.

Para tener algo escrito así de rápido hay que ser poeta o cuentista y yo ya abandoné esas facetas; de poeta porque perdí el delirio verbal que me hacía deleitarme por armar conglomerados de palabras con el carácter sagrado, solemne, de un párroco loco; de cuentista porque no tengo en mente una buena jugada que experimentar... no, de cierto tenía algo entre manos para darle una caladita a mi protouniverso y sí, me la debo... lo haré.

Ya no tengo dinero, así que próximamente me revolcaré en busca de trabajos de fin de semana, si es que como cuentan, en realidad existen; y todavía peor, si es que me contratan. Y si me contratan perderé valioso tiempo de investigación.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Lo más nefasto es estudiar lo que estudias

Ya había escrito antes, en otro medio, que en esto de los estudios me siento subiendo una escalera eléctrica que baja; lo decía en general, por toda mi vida de tareas, exposiciones y proyectos. Desperté analizando mi situación con el estomago mareado, se me subían los nauseabundos meditares con un asco agregado. No pude más que transcribirlos aquí... ya se saben que al escribirlos los hago más tangibles, menos esporádicos, más leyes, más ciertos. 

Ando todo desmotivado y no encuentro consuelo ni de juera ni de dentro. Y me dicen que ella tendría que mejorar la cosa y nomas la meto en mis enredos reflexivos para atormentarme y hacer el caldo menos comestible. Perdón si ando rimador, es que con tanto Martín Fierro, se me pega lo coplero.

Pero vamos al inicio... que no me sale estar brincando tanto.

Saliendo el bachillerato iba encomendado a transformar mis imaginaciones en proyecciones de pantalla; iba a ser guionista, o director, y si ni a eso alcanzaba, camarógrafo. En seguida metí papeles para estudiar audiovisuales, pero mis saberes fueron cortos y no entré a tan elitista medio.

 Siempre se cuenta con estudiar lo mesmo en otro lado y casi casi es lo que hice. Me eché un diplomado de animación digital y me descubrí lento y malo, aburriendome y decepcionandome todo lo malo y lento que era. Adicionalmente, por más analítico de cine que pueda ser, me encontraba años luz de ser un verdadero cinefilo y mas bien entraba en la categoría de aficionado mediocre. Así que se me bajó la fiebre y dejé el asunto por la paz.

Mi amor desde niño por la conducta animal, los procesos evolutivos, y en fin, para no darle tanta vuelta: la vida; me llevaron a entrar a biología. No tardé ni un semestre en darme cuenta que la diferencia entre coleccionar saberes y descubrir esos saberes implicaba atender disciplinas tediosas o poco atractivas. No había mala vibra por allá, lo que sí es que no encontraba mi lugar entre ellos. Y me quemaban las ganas de escribir cosas menos científicas. Mi visión animalista era bien poco rigurosa; es... Lo que tengo es una vena artística, mística, totemista. Pasé un tiempo perdido, sin vocación; pero ya bien fuera de biología. Porque era desgastante cumplir todos los días con el largo trayecto a la escuela sin motivación para continuar ahí; un largo camino para pensar en ello, con la intranquilidad de estar siempre acompañado por algún de la clase. Me di de baja con gusto de saber que hacía lo correcto.

Tiempo después me decidí por Letras hispánicas. Mi perfil humanista cuadraba con la licenciatura. En el CUCSH encontré gente más como yo, lo cual fue una gran ventaja. Hablaban, por así decirlo, mi idioma. Tomé la decisión definitiva porque soy un buen redactor, pese a mi mala ortografía, sé plasmar lo que pienso. Además no me disgustaba leer; de mi familia soy "el lector", el que va en busca de libros y siempre ha de estar consumiéndose los ojos en alguna lectura. Escritor ya era, eso no venía a convertirme. Antes de entrar, o intentar siquiera a entrar a cualquier carrera yo ya escribía. Pero no puedo negar que aprendí mucho en letras del oficio. Me pulí leyendo tanto literatura como teoría. Conociendo lo que se tenía por grande y el porqué. 

Ha sido duro seguir. No tengo vocación de letrado. Para equilibrar la balanza con el viejo amor por lo animal, me dediqué de a poco a hacer un bestiario en forma (ya antes, de adolescente, había incursionado a describir mi fauna imaginaria). En mi carrera la gente se entusiasma en cosas que para mí no son tan fascinantes, si me lo preguntan, es un poco frustrante no compartir ese entusiasmo. Medio especifíco: ponencias, conferencias, etcétera, sobre x autor, sobre x literatura, sobre x tema de x literatura.

Me ha costado continuar. He salido y vuelto a entrar. Desacelerado el paso. Modificado sistemas personales para adecuarme a lo académico y a veces los resultados son favorables. Mas en la mayoría, me veo atascado en semestres y desertando materias como quien devuelve lo que ha tragado de más, incapaz de masticar tan duro bocado. Soy deficiente. 

Por estos días he rumiado tanto el cerrar este ciclo. Mucho tiene que ver haber caído por casualidad en la página de Diseño artesanal. Me abrió el callejón que tenía por sin salida. Se me antoja para llevar la vida sin presiones y más en contacto con la vena creativa. Es cierto, tenemos ciertas venas que necesitamos nutrir, el secreto está en saber cual es la esencial. Yo tengo la susodicha, pero también tengo la vena critico-analítica, que pronto se me sacia; está mi vena espectadora, observante, que también ocupa variedad para no hartarse. Ésta lleva al asombro, la otra al criterio, mi favorita al consuelo, a la satisfacción. En letras poco o nada tengo de esta. Tengo que leer y leer, día tras día, y al final sacar conclusiones de lo que leo, profundizar, hacer conexiones...

Resulta que me harté; de moverme tan lento y trabajosamente por este fango de tareas y trabajos que piden un montón de lectura y de análisis. Me cansé de fracasar tanto en una que otra materia cada maldito semestre. Porque el tiempo que dan es muy poco para tanto que requieren. Aunque por otro lado, tantos años invertidos, para salir sin título, ni siquiera un reconocimiento al endemoniado esfuerzo. Únicamente el mantra "ninguna experiencia va en balde", ninguna experiencia va en balde... no sonríes; das un suspiro y continúas escribiendo.  

La idea era terminar y conseguir cualquier empleo aburrido de escritorio donde hacer lo que mejor sé hacer; redactar y leer. Sin embargo, poniendo las opciones sobre el tablero uno encuentra nefasto el porvenir. Porque, que sea bueno en eso no quiere decir que lo prefiera a todo lo demás; y si ahora consume todo mi tiempo y pensamiento y ánimo, no quiero que en el futuro el desgaste sea el mismo... o peor, pues tenga que cumplir profesionalmente con mi deber. 

De todos modos, he de probarme en la cuestión artesanal. Por lo que aún sigo en la carrera, desbaratado, en vías de terminar trabajos atrasados en las pocas materias sobrevivientes del semestre.

martes, 30 de septiembre de 2014

El desgastante y desganado penúltimo día de septiembre

   Hoy fue un día como pocos. Puck ha fallecido. Luchó más de lo que creí era capaz. El domingo; antier, parecía que ya no amanecería con vida. Sus vertebras se endurecían y poco a poco fue perdiendo el control de sus movimientos, sus nervios deteriorados se apagaban. En parte me daba ánimos, pensando que era una gran enfermedad de la que llegaría a recuperarse con las medidas necesarias. Finalmente lo separé de su compañera de vida, Morrigu, que sobrestimulaba sus pobres nervios. Sentí mucha tristeza, aunque claro que tenía ya un plan para contrarrestar la soledad de ambos: más ratones. Compré un tupper amplísimo pero más bajo que el terrário, y al nuevo compañero de Puck; Gronch. Otro manchado. Puck tenía un pelaje semi marrón de raíces negras con manchas blancas. Gronch tiene un equilibrio entre blanco y negro, que no sé si es negro con manchas blancas o blanco con manchas negras. Incluso sus ojos obedecen este principio; el ojo en el lado blanco tiene destellos cobre y el del lado oscuro es completamente negro.
   En fin, este lunes, ha sido devastador. Llegué de la escuela temiendo lo peor, pero me equivocaba, Puck seguía con vida y pude quererlo por ultima vez. Murió en mis manos...
    Le preparé un lecho con dos pedazos de cascara de coco; en la parte interna de una de ellas pinté su rostro y escribí su nombre. Lo enterré en el limón del patio trasero. Mi Puck.
    
    No comí muy bien, sino que poco y malpasandome. Tengo un horrible sabor en la lengua, como de orina de camello. Estoy un poco malo de los bronquios.

   Otra vez en la escuela, sentí que la motivación para seguir con la carrera, seguir estudiando Letras, ya no existía. Si en algún momento esporádico avivaba mi curiosidad algún tema de alguna materia; hoy sentí que ya sólo estaba cumpliendo con mi deber profesional y como hijo, al que se le ha invertido no sé cuanto tanto del salario mensual y quincenal, y harta confianza. 
   Entré a letras porque soy bueno redactando y de entre mis muchos hobbies y obsesiones tengo la de leer. Mas no es suficiente ser bueno. Te das cuenta que el ambiente laboral con el que pretendes inmiscuirte es vacío y monótono ¿Qué serás al salir? Lo dejas como sorpresa para el final. Buen recurso para terminar la carrera, ignorar el hecho de que hay áreas especificas para ejercer tus conocimientos. Me imagino lo mejor entre estas y me entiendo como editor. Es un simple amor por darle a algo tu estilo y mostrarlo y venderlo al mundo o parte de él. Lo feo es que renqueo de un gusto estético tipográfico lo suficientemente intenso para hacerlo bien, para dedicarme a ello de lleno durante buena parte de mi vida. Mucho menos me gusta el corregir textos.
   La esperanza en el campo de la investigación cada clase se apachurra más y más.
  Como traductor me siento empobrecido, las otras lenguas y su riqueza lexicológica me frustran los sesos en lugar de motivarlos.
   Y esas eran mis opciones de trabajo en letras.
   
 Me llama ser diseñador artesanal. A lo mejor soy bueno allí y aún no lo sé. Me entusiasma hacer y vender mi propio producto, además de expandir mi mercado y darme a conocer fuera del estado, o mejor aún, de México. Lo veo posible. Y ya no tendré que estarme devanando los sesos por lo que algún fulano escribió.
  Me gusta porque a diferencia de otros tipo de diseño no trabajas forzosamente a petición, condición, y gusto del comprador. Y a diferencia del artista; no es necesario transgredir lo ya hecho... hay una vena tradicional que se me infla, como cuando quería ser folclorista; y no tiene que ver con cuestiones patrióticas o nacionalistas, sino meramente culturales. 
   De todas formas primero tengo que probarme en eso. Y ya veremos.

domingo, 24 de agosto de 2014

Moribundo

Apenas si duermes. Tienes miedo. La noche entera en vela pensando en eso. En la podredumbre; que se acumula, que se concentra en una parte de tu cuerpo, tu garganta. Y el hedor que no se mueve. Se te congela el pensamiento, las neuronas raquíticas, la sangre, los músculos magros; todo a un mismo tiempo. Tiempo. Recuerdos que se irán cuando te vayas. Ahora escribo... acorralado, ahora escribo. Incluso el sabor de mi saliva, tan familiar. Y la repugnancia de este cuarto, en que las tripas de mis hermanos exhalan su hinchazón.

El bistec que como si nada masticaba hace unas horas, tieso y frío, en eso me estoy convirtiendo... como si nada... carroña, tieso y frío, como si nada.

Son los excesos de vida los que apresuran tu muerte. Comes demasiado, no comes nada. Bebes demasiado, no bebes nada. Duermes, trabajas, coges, fumas, piensas. Callas, dices calla. Pero eres un hombre de rituales absurdos y por ello te sientes un niño siguiendo sus propias reglas del juego, porque sin reglas no hay juego. Es agobiante. Estar tan loco. Me consume el temor de mi locura. Haber vivido tan a fondo en mis protocolos, tan seguro de ir armando un camino sólido directo de mi sesera.

Y el otro camino, el juego del hombre y del mundo del hombre, el pre hecho para poder ser un hombre con sustento. Dije a este camino: todavía aguanto. Hay que aguantarlo. Porque si no me quedo solo en mi locura, escribiendo que me muero para poder dormir, hasta que deveras me muera. Hoy o mañana, o algún día.


martes, 19 de agosto de 2014

Soledad y desvelo

El bloguero con su blog, hablandose. Me sentía solo y llegó la tormenta. Mi tormenta. ¿Qué es la soledad sin autocompasión? Silencio. Mi ropa se ha estado mojando en los lazos, nunca terminará de secarse. Yo estaba entristeciendome con gusto generoso, sin exceso que acuda al llanto, sin dolores. Pensaba en que en la carrera se me estaban terminando las amistades. Me fosilizo. Me entristece pero no sé si es una melancolía real o sólo el leño disponible para avivar el fuego de la calida autocompasión. Eso debe ser. Porque no necesito encontrármelos por los corredores para alegrar mi día. ¿Por qué no necesitas encontrártelos por los corredores para alegrar tu día? Bueno, la alegría no es algo que este en mis planes diarios. Sería horrible, soy alérgico.

De todos modos sé que puedo verlos fuera y... en fin. Ciertamente la escuela ahora si me hace sentir más solo. Claro que nunca fui un estudiante tan de grupo, tan de compañías... pero entre clase y clase es bueno contar con uno o dos seres humanos con quiénes estrechar vínculos y relacionarte estupendamente, decir estupideces y pasarlo bien.

También está lo de que se me apaga el cerebro, no empiezo a babear y perder la noción del tiempo-espacio... más bien es un "bajarle el volumen" al proceso, y entonces... es una cosa un poco apática, como mi respuesta natural al estrés, como la zarigüeya que se hace la muerta, pues yo me hago el muerto también. Zarigüeya fósil.  

Luego está Tegthyn y sus amigos y su pronto regreso. A veces siento que todo mundo es como yo y que se engolosinan con la soledad. Tegthyn se engolosina con el descanso. No es que no quiera verla, me gusta estar a su lado, abrazarla y en ocasiones besarla, lo cierto es que no soy fan del besuqueo, y no sé porqué. Pocas mujeres me han despertado esa pasión animal y a ninguna de ellas he besado. Con Tegthyn los besos son tiernos, y luego se ponen un poco más intensos. Pero no es para que piense en sus labios al pensar en ella. Hay otras regiones, gestos y sonidos que me hacen desearla.

Mencioné a sus amigos porque cuando vi una foto publicada en facebook donde sale ella y uno de ellos en sus piernas, luego de sentir celos, pensé en todo eso de yo y mi mente de ahora, y ella y lo que yo ya sabía; que siempre estará viajando y conociendo gente nueva, etc. Y en nosotros dos que nos queremos, pero que eso no logrará que en algún momento alguien nos mueva el tapete, incluso sólo interese. Y es un poco triste claro está, porque lo último que deseas en la vida es lastimar a quien respetas y quieres, o que esa persona te lastime. Aunque hay casos en que si, cuando trabaja el amor violento.

Y me preguntaba si quiero llevar lo que tenemos a "la formalidad" y adquirir las "ventajas" de dicho tramite. Y me dije que no. Que ella de ninguna manera será el tesoro que resguardaré de otros. No será el trofeo marcado a mi nombre para presumirlo ante todos y sentir su aprobación, motivación, orgullo, envidia, morbo, interés, curiosidad, o lo que sea que sienta la gente al enterarse de ese tipo de cosas. Que si ella quiere estar conmigo no necesita de títulos, que supuestamente  le den más valor a lo que ya tenemos; aunque sí, somos novios, pero sólo para definir la situación de "más que amigos", puesto que amigovios suena a juego de inmaduros, y free suena a pura calentura.

He estado muy ermitaño en su ausencia; lo digo sin pesares, me gusta no ser visto, oído u olfateado. Como ya dije, me engolosino de soledad. Lo cierto es que estoy en un punto insípido de mi vida que yo mismo he elegido como el último, porque la insipidez parasitológica tiene sus ventajas (manutención gratis igual a mucho tiempo libre), pero es aberrante, me siento mal porque de todas formas no avanzo en mis proyectos. Además no puedo esperar a que me nazca una gran calva y que se me blanqueen las barbas para independizarme. Éste será mi último año de chinche. He dicho.

Ah, pero lo que quería contarles es que mi condición parasitaria e insulsa me hace azotarme poquitín. Me digo que no soy el tipo de hombre para mujer alguna. Y no tiene que ver con mis excentricidades, que si desconciertan y me crean sin fin de prejuicios; no es eso, no... Son más bien los modelos de buen prospecto. Lista de azotes: estoy muy plano, pronostíco un futuro no muy prospero en mi porvenir, soy demasiado pasivo (a lo mejor predecible), actualmente estoy plantado en un conformismo autoimpuesto, autobligatorio, y, sigo azotandome como cuando desde que era un crío.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Reflexión inexacta para suicida anónimo

¿Quién, salvo por diminutas palmadillas egolátricas de vez en vez, no ve en su yo pasado una especie de yo raquítico e idiota? Hermano suicida, que sólo me importas para amasijarme los sesos, como tú, en mi mente no dejaba de circular, como elefante de circo en la circunferencia de su pista, la misma idea para apaciguar el infierno. Es también una alegría sádica de venganza contra tus demonios exteriorizados en gente de toda clase de ralea. Presta atención a esa vocecilla irreconocible que dice; "ahora si tendré toda su atención, pero será bastante tarde para ella de quererme", "sentirán mi sufrimiento cuando me vaya, o por lo menos tratarán de entenderlo", "sabrá que fue su culpa, que esto es lo que cosecha y se dolerá". Te deleita. Eres un terrorista que exige atención, comprensión y cariño, porque igual a todo el mundo, lo mereces (aunque lo más probable es que tu autodesprecio te castigue y te digas lo contrario), pero los medios desesperados a los que acudes son una emanación romántica de la existencia, que es lo mismo ver a un niño no conseguir su tamagotchi y morir de tristeza.

No digo que esté mal pensar en uno mismo hasta las nauseas, pero lo más sano es concluir que no vales nada, al igual que todos los demás. Desde un punto de vista meramente biológico (el más importante, según yo), nuestro deber es inconscientemente mejorar la especie. Y como es una cosa instintiva de la cual no debes preocuparte, pues... no te preocupes; porque, racionalmente, a quién le importa hacer humanos más inteligentes, hábiles y fuertes. Oh, sí, a los nazis.

Los otros valores por los que te menosprecias son puras invenciones humanas, y como invenciones, sólo existen en nuestro intelecto, en otras palabras, no existen. Razones para suicidarse hay varias, pero las raíces son más o menos las mismas.

1. Haber hecho un gran mal (cargo de conciencia)
2. La insustancialidad de la rutina
3. El desamor
4. El dinero
5. No llevar una vida genial como quisieras
6. Todo o alguna suma de lo anterior

Hay una cosa que una vez me dijo un gran amigo y se me quedó casi como mantra personal, pero que la verdad no recuerdo de dónde salió a colación. Agárrate los huevos. Algo así como aguantar el sufrimiento valerosamente, aunque sabiendo de antemano que ese sufrimiento proviene de una elección personal, y eso ya sea por necesidad en un presente, o por equivocación en el pasado. Es en parte, ser responsable de tus actos y afrontar las consecuencias. Ya me siento como guía moral lo cual me deprime intensamente.

Agarrandote los güevos puedes sobrellevar las terribles desgracias del destino comenzando por el primer punto de las raíces de todos nuestros males: haber hecho un gran mal o haber cometido un gran error. Así que los aprietas y digieres la horrible y diabólica barbaridad que has hecho (o que tendrás que hacer [!]) y puedes luchar por reparar el daño, o encomendarte a hacer un gran bien, o aprender a sobrellevarlo como el peso inexorable que has de llevar; en términos cristianos, la cruz que te tocó cargar.

La insustancialidad de la rutina es difícil de erradicar, pero con un buen apretón e imaginación puedes entrar y salir de una a otra rutina, porque finalmente uno mismo es el que se mete a esas vueltas que lo aprietan; y si eso también se vuelve insustancial, la verdad es que (como gristémico les digo) hay que afrontar que esto es lo que hay, pero seamos honestos, de vez en cuando suceden cosas no tan tibias y vale la pena andar por ahí en el limbo de la experiencia como alma chafotota, demasiado nada para algo, recolectando esas nimiedades hasta quién sabe cuando... que peor es nada.

Si el amor mal correspondido es tu peste, recuerda que se puede vivir sin eso, y que hay mucha gente actualmente viviendo sin alborotarse exitosamente. Es cuestión de empuñarlos vigorosamente y con paciencia le restaras la importancia necesaria a esa persona tan especial en la que te abandonaste, para enfocarte más en ti (conocerte y aceptarte), después encontrarás a alguien más que se abandonará perdidamente en ti y sabrás más o menos cómo manejarlo, etcétera.

Si es por dinero, ya sabes lo que dicen. Quizá puedas restarle importancia al saber que es otra invención humana para distribuir e intercambiar por bienes fácilmente, y también una trampa mortal del sistema. Si aún no te mata por algo será, y si te está matando, algo habrás de hacer para que deje de hacerlo.

Cualquier otra cosa que desees y no puedas conseguir. Ya dejalo. Sabes tus limites.

Si es una mezcla de todo o de varias partes. Desfragmenta.

Y si ya mejor aflojas el escroto, digo, tiras las bolas, la toalla; por ahí tengo algunas recomendaciones para que lleves tu espectáculo de lo más digno. Busca tú, hermano, en este mismo blog; que no me gusta a mí hurgar mucho en mi pasado.