lunes, 30 de diciembre de 2013

Mis dotes totémicos

Me gustó el sueño de la noche pasada... Se podría repetir esta noche??? 

Más de lo mismo :/

Nauseas de fin de año; año tras año escuchar y ver el mismo entusiasmo colectivo por comenzar de nuevo y sacudirse lo viejo, rememorando los mismos gastados deseos. Esta desilusión constante por la que no me permito ser parte de su euforia festiva. Una misma pregunta: qué hago para cambiar, para no ser una copia del año anterior.

Podría ser espontaneo y espontáneamente no hacer nada; hacer planes y abandonarlos aún más rápido. Ser espontaneo trae consigo ser inconstante, porque la espontaneidad es de naturaleza instantánea.

Estoy en un acto de suplica rigurosa por "despertar a la vida" y abolir la muerte sobre mis hombros, esa que restriega su sexo en mi boca y amarra sus piernas en mi garganta, haciendo difícil la tragasón de saliva y el influjo de aire. Yo sé que dije quel Ciclo del Cormorán sería genial, debería serlo, digo, hay mucho que hacer, y nuevos proyectos están engendrándose. Pienso que tanta asfixia y angustia proviene, principalmente, del atascadero de un montón de objetivos. Va tan lento todo esto, que en el transcurso de su cumplimiento estampidario se me agota el entusiasmo.

Intencionalmente hago un recuento de lo que llevo hecho y de lo que me falta, pongo mucho énfasis en lo que está más pronto a ser terminado. O mejor aún, en lo que he terminado. Sin embargo no es suficiente, no sé por qué no me siento realizado ni siquiera con los pequeños logros. Siento que este año lo finalizo abotargado de propósitos que parecen extraordinarios; como el cambiar al sistema semiautosustentable.
Tiene que haber algo más, algo de fuera que me muerda las ganas y me impulse. Bah... 25 años de soltero y no me canso de imaginar cosas.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Una nota sobre gustos

Yo me pregunto; qué me gusta. El acento chileno es exquisito. Algunas comidas, postres, bebidas, pero eso a veces, cuando tengo antojo. El chocolate que menos tiene chocolate; el blanco. Terminar una bestia. Algunas mujeres; me fijo mucho en sus ojos y sus bocas, y sus narices, pero no de la manera en que uno busca la perfección y simetría, pero sí el equilibrio defectuoso, rasgos únicos, reflejos de tristeza, y de violencia, destellos de ternura. Hay veces que necesito música y otras que no la soporto. Temporal... y ahora que lo digo, que lo recuerdo, hace mucho, bastante que no consigo deleitarme con una buena lectura.