lunes, 25 de abril de 2022

¿Qué es ser hombre?

 Ser hombre es sacrificar tu vida por tu familia, no necesariamente muriendo, sino destinar tus energías, tiempo y recursos a esta. Pero así como me pasa con el creer en un dios; eso no me nace. Debe ser la alienación. 

Últimamente he pensado en otra teoría, aparte de la de la alienación. La de la transición de un patriarcado a un matriarcado, el feminismo. Se dice ingenuamente que tener mujeres en el poder sería evidencia de un matriarcado. No necesariamente. Las mujeres ya controlan el sexo, el tesoro que mueve al mundo a la par del dinero. No es necesario controlar la economía si puedes controlar las voluntades. Y como pasa con el sistema monetario, que unos pocos gocen del tesoro violenta a las mayorías.

Un hombre, antes, necesitaba diferenciarse de lo que no era para entender su identidad masculina; y esa diferencia la encontrábamos en las mujeres. Pero nos hicieron entender que todo lo que podía ser (y hacer) un hombre podía ser una mujer. Lo único que dejaron intacto fue nuestra libido y lo imbéciles que nos pone, supongo que aparte de no quererla, no estaba activa en su ADN. Entonces ser hombre significa tener un monstruo dormido y tener el sexo expuesto, tener barba y bigote y ser en general más grotescos, o asumir que vales según tu sacrificio.

¿Cómo diablos no deprimirse al ser hombre? ver lo imbéciles que se comportan los más machos, y lo impostores e hipócritas que lo hacen los más neo masculinos. Me digo, ok, no soy nada. Pero me excitan ciertas mujeres, me vuelven loco otras, cargo con mis genitales y me sale bello facial, no tengo de otra, soy hombre. Soy uno fuera del ámbito sexual y otro dentro. El feminismo no ayuda en nada en esa cuestión identitaria: si adoptas el feminismo radical te identificas como el monstruo (por eso los hombres repudiamos esa rama), si adoptas el feminismo liberal reprimes al monstruo y evades una parte esencial de tu personalidad.

Es ridículo que exista una rama feminista que plantee abolir los géneros sin desentenderse del título identitario "feminista"; para empezar tendrían que renunciar al nombre del movimiento, para que al decir abolir el género no parezcan querer abolir el género con el que no se identifican. 

Además las feministas convenientemente buscan a perpetuidad la igualdad entre géneros, mientras las "otras feministas" encuentran diferencias, adquieren privilegios, segregan, se victimizan, cancelan y desprestigian a las voces disidentes, las tachan de conservadoras, de machistas, invisibilizan las problemáticas masculinas, satanisan semanticamente lo masculino, persiguen lo que durante milenios los varones han perseguido, despreciando lo femenino. Contradictoriamente todo cabe en lo que el feminismo es, porque el feminismo se desentiende del "otro feminismo", pero jamás deja de serlo; sería un suicidio identitario, por más justas, solidarias y empáticas que sean en lo individual, necesitan la validación en colectivo.

Si habría destacar algo del movimiento es su atención a las victimas femeninas. 

miércoles, 20 de abril de 2022

La monstruosa libido masculina

 Estoy siendo incómodo para machistas, como también para señorites deconstruides, es un tema tabú que el feminismo y el masculinismo temen abordar, y si lo hacen, como en el caso del radical, es desde una perspectiva de trastorno límite de la personalidad, es decir, en blanco y negro; ellas dicen que el problema somos nosotros porque llevamos interiorizada una supuesta misoginia y una cultura de la violación.

Como PAS, persona altamente sensible, he aprendido a gestionar mis emociones y estoy convencido que gestionar la libido es el camino correcto para todo hombre que se enorgullezca de serlo. 

Cuando hablo de la monstruosa libido masculina, no hablo de que todos los hombres somos violadores en potencia, no. Estoy hablando de que las circunstancias pueden llevarte a un momento incómodo, y que la tormenta perfecta a lo largo de una vida puede crear a un depredador sexual. Tampoco es misoginia, desde siempre ha sido el hombre el de la iniciativa, es él el cazador, el que penetra y que da más valor a las acciones que a las palabras.

Hablo de enfermos y hablo de hombres sanos. Pienso en la enfermedad como un agente silencioso que puede ir desde un catarro, que con un correcto tratamiento desaparece, a un cuadro avanzado de cáncer prostático. 

Pero la libido no es una enfermedad. Tenemos que verla como un mecanismo instintivo integrado en nuestros cerebros, y no es tanto que la libido enferme, sino que carece de un correcto desarrollo. Al ser un tema tabú nada se menciona sobre ella en la escuela y mucho menos en la familia; apenas unas cuantas normas sociales que cumplir para no ser un degenerado, o dentro de la cultura machista, una especie de iniciación en un club nudista, o la pornografía como tutora sexual. 

La libido es como un perro, la domesticación puede mantenerla a raya, pero con o sin entrenamiento, si las circunstancias son propicias, un perro muerde. A lo mejor es verdad que depende del tipo de perro, no es lo mismo un caniche a un pastor alemán o un pit bull. Así que como primer ejercicio yo propondría "conoce tu libido". Por un lado, reconoce tus fantasías sexuales, no las escondas, son solo eso, fantasías. Por otro lado ¿qué opciones tengo para hacerlas realidad sin afectar a otros si es que implican a otros? Me imagino que habrá desde fetiches inocentes, hasta maquinaciones que repugnarían al Marqués de Sade. 

Ahora, ¿cuáles son las circunstancias propicias que vulneran la intimidad y pueden provocar una serie de malentendidos hasta escalar en abusos? Una vez resuelta el tipo de libido, podremos entender lo qué debemos evitar. Y es probable que existan ocasiones en que pecando de inocentes nos adentremos "sin querer queriendo" en esas circunstancias, porque el instinto es cabrón. Por eso es fundamental poder gestionar nuestras fantasías sexuales de la mejor manera desde los primeros albores de la adolescencia, para que no se conviertan en una carga que hay que reprimir y que estallen a la primera oportunidad. 

Y no existe un apoyo verdadero al respecto, lo que tenemos a la mano son psicólogos que figuran más como correctores que como guías. Hay tabús y guiños conductuales machistas, que toleran ciertas cosas y miran para otro lado cuando se escala más allá. Como pasa con el robo a ciertas tiendas de conveniencia, asociadas al capitalismo, por parte de algunos anarquistas y socialistas, pero al final del día, el acto acometido sigue siendo el robo. Y claro que en sociedades donde la justicia está sobrepasada, es ineficiente, favoritista, o puede ser fácilmente comprada, la escalada no tiene más límite que el que el individuo esté dispuesto a llegar por una cuestión moral. 

Es falso decir que las violaciones sexuales solo son demostraciones de poder por parte del perpetrador, porque el sexo siempre ha sido un juego de poder, el problema es que en una violación deja de haber un juego, porque uno de los participantes no está dispuesto a jugar. Y es posible que esa negación sea la fuente de placer real del agresor, porque ya no solo estaría ganando dentro del acto, sino fuera de este, en la vida, donde, como ya se sabe, el depredador suele ser un tipo sin poder, aún si este posee un cargo alto, no sabe negociar, convencer, seducir, persuadir... en fin, como el poder realmente se ejerce. Entonces busca esa descarga de placer y adrenalina que lo hace sentir poderoso durante quién sabe cuántos segundos.

Otro componente muy peligroso es la complicidad entre hombres, que no ocurre tanto entre mujeres, porque entre ellas la competencia intersexual es más aguda, al ser pocos los candidatos de alto estatus que destacan en cierto estrato social donde ellas pueden conocerse e interactuar amistosamente. Es peligrosa porque entre hombres, sobre todo en edades tempranas, pueden alentarse a escalar de la fanfarronería al abuso o la violación. Esta complicidad masculina tiene su potencial positivo cuando se trata de investigación, inventiva, exploración y experimentación. Entonces ¿cómo evitar que suceda para el esparcimiento y el ocio y solo permitirlo para el ámbito constructivo? no es posible. Pero supongo que hacer entender a jóvenes y adolescentes sobre esta característica dual es un paso que no se debe omitir.

Entonces eso, más el conocimiento de la libido personal, más un desarrollo sano de esa libido, más habilidades que te hagan un hombre poderoso, no solo que te den tal sensación, más la atención a grupos sociales del más bajo estrato social, para ayudarlos a destacar en jerarquías fuera del ámbito socio económico. Y afrontar la libido masculina con conocimiento; qué sí, tú no te lanzas sobre la única mujer que expresa su sensualidad en tu cara, ¿pero qué pasaría si esa misma mujer se ve comprometida a invitarte a pasar a su casa, a un espacio mucho más íntimo? ¿Cuánto a que ya has asumido que tendrían sexo? ¿Qué pasa si ella no da muestras de querer que suceda algo más y se desentiende de ti? ¿Qué haces? No veo ninguna escuela creando estos escenarios hipotéticos para su alumnado.  

Pasa algo muy curioso en estos tiempos de destrucción patriarcal y un nuevo modelo de sexualidad matriarcal. La sexualidad patriarcal constaba de la monogamia, en donde cada varón había de encontrar a una compañera para lo que se suponía tendría que ser toda una vida. En el modelo matriarcal la sexualidad es fortuita y sin compromisos afectivos, lo que puede llegar a desconcertar a varones inexpertos que buscan relaciones de largo a mediano plazo que les garanticen una vida sexual y afectiva plena, lo que puede provocar frustración y por ende agresividad. Hablemos claro entonces, hagamoslos entender este nuevo modelo, con todos sus pros y sus contras, así ellos al menos tendrán el poder de elegir si entran al juego o se excluyen del mercado amoroso. 

En este punto la llamada "píldora roja" ya ha dado avances. Una vez excluidos de este mercado pueden ser célibes y centrar su vida en proyectos personales, o buscar formas más directas para tener sexo suprimiendo la parte afectiva, a manera de contrato, como ocurre en la prostitución.

Fantaseando, a mí me encantaría que se inventaran robots femeninos para llenar esos vacíos en la sexualidad masculina que el modelo matriarcal está imposibilitado a cubrir.

jueves, 7 de abril de 2022

Qué tipo de hombre soy

 La teoría conspirativa de la extinción vía alienación humana marca este episodio: los machos se dedican a acicalarse o a pelear entre sí, las hembras absorben los roles de los machos. Con lo complejos que somos, teníamos que inventarnos todo un movimiento social y totalitario (porque si no eres parte estás en contra), para cumplir este momento. 

No encontré un modelo sano de masculinidad en mi familia, aún teniendo padre, tíos, un hermano y primos mayores. Entre mis maestros lo encuentro en mi adolescencia y más tarde en una etapa ya avanzada de mi juventud. Tipos estoicos, que gustan de reflexionar y cuestionar el mundo, desconozco sus vidas intimas, al contrario mio lucen muy formales. Quizá debieron llegar tales modelos antes en mi infancia, porque a pesar de profesarles admiración, sé que no puedo ser como ellos. Me faltaría disciplina y responsabilidad con la sociedad, me faltaría no solo encontrar el equilibrio sino renunciar al caos y a la asimetría. Y estos dos últimos conceptos me confieren un rasgo identitario que no encuentro en ellos, y que me hace sentir orgulloso de ser como soy: la creatividad o el ingenio. 

Así que emprendo un viaje solitario para explotar este rasgo. Encuentro en mí el arquetipo del mago, del loco o tonto que se lanza a lo desconocido, del ahorcado al sacrificar el estatus y una vida benévolamente aceptada como adulto por alcanzar una lejana autonomía y libertad y finalmente el ermitaño, porque me hace extraño ante amigos, familiares y conocidos, me aísla y me enfrenta contra mi ego. 

Puedo ser hombre sigma u hombre omega. Todo dependerá del resultado de mi esfuerzo. Por el momento es cierto que soy más omega.  

Los hombres somos buenos creadores. Como ya lo decía Esther Villar y Arreola, me extraña que todavía no hayamos creado fembots o androides feminas programadas para que tengamos una vida sexual y afectiva plena los menos afortunados, en mi caso, por preferir instintivamente mujeres un tanto más "bonitas" que el promedio y no poder ofrecer estabilidad económica para una relación de mediano a largo plazo, sumado a la incapacidad de entablar relaciones intimas sin involucrarme afectivamente.

De repente pienso, quizá debo meterme a robótica e informática y hacer del sueño la realidad. Pero reconozco que mi centro, dónde yo me siento más pleno, es en la escritura, y ahí puedo vivir en el sueño e inspirar a quienes puedan a transformar la realidad.

Espero que ninguna mujer quiera nulificar mi masculinidad esforzándose por ser como yo, ejecutando la receta que he escrito aquí, o que quiera entrenar a su hija a mi ejemplo. Pero habrá de pasar, si la teoría es correcta.