jueves, 7 de abril de 2022

Qué tipo de hombre soy

 La teoría conspirativa de la extinción vía alienación humana marca este episodio: los machos se dedican a acicalarse o a pelear entre sí, las hembras absorben los roles de los machos. Con lo complejos que somos, teníamos que inventarnos todo un movimiento social y totalitario (porque si no eres parte estás en contra), para cumplir este momento. 

No encontré un modelo sano de masculinidad en mi familia, aún teniendo padre, tíos, un hermano y primos mayores. Entre mis maestros lo encuentro en mi adolescencia y más tarde en una etapa ya avanzada de mi juventud. Tipos estoicos, que gustan de reflexionar y cuestionar el mundo, desconozco sus vidas intimas, al contrario mio lucen muy formales. Quizá debieron llegar tales modelos antes en mi infancia, porque a pesar de profesarles admiración, sé que no puedo ser como ellos. Me faltaría disciplina y responsabilidad con la sociedad, me faltaría no solo encontrar el equilibrio sino renunciar al caos y a la asimetría. Y estos dos últimos conceptos me confieren un rasgo identitario que no encuentro en ellos, y que me hace sentir orgulloso de ser como soy: la creatividad o el ingenio. 

Así que emprendo un viaje solitario para explotar este rasgo. Encuentro en mí el arquetipo del mago, del loco o tonto que se lanza a lo desconocido, del ahorcado al sacrificar el estatus y una vida benévolamente aceptada como adulto por alcanzar una lejana autonomía y libertad y finalmente el ermitaño, porque me hace extraño ante amigos, familiares y conocidos, me aísla y me enfrenta contra mi ego. 

Puedo ser hombre sigma u hombre omega. Todo dependerá del resultado de mi esfuerzo. Por el momento es cierto que soy más omega.  

Los hombres somos buenos creadores. Como ya lo decía Esther Villar y Arreola, me extraña que todavía no hayamos creado fembots o androides feminas programadas para que tengamos una vida sexual y afectiva plena los menos afortunados, en mi caso, por preferir instintivamente mujeres un tanto más "bonitas" que el promedio y no poder ofrecer estabilidad económica para una relación de mediano a largo plazo, sumado a la incapacidad de entablar relaciones intimas sin involucrarme afectivamente.

De repente pienso, quizá debo meterme a robótica e informática y hacer del sueño la realidad. Pero reconozco que mi centro, dónde yo me siento más pleno, es en la escritura, y ahí puedo vivir en el sueño e inspirar a quienes puedan a transformar la realidad.

Espero que ninguna mujer quiera nulificar mi masculinidad esforzándose por ser como yo, ejecutando la receta que he escrito aquí, o que quiera entrenar a su hija a mi ejemplo. Pero habrá de pasar, si la teoría es correcta.

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