domingo, 11 de diciembre de 2016

La era del bufón

Es la era del bufón. No nos reímos tan solo de la muerte fisica, nos reímos de todas las muertes. Con la última victoria honesta e inocente del capitalismo por sobre todas sus viejas adversarias, parece de retrasados seguir enamorados de cualquier ideología. Las ideologías están muertas. Puedo aceptar el golpe, que ni siquiera es tal porque jamás llegué a casarme con ninguna. Lo más amargo viene cuando se cae en el extremo de chupar la verga imperante de lo establecido. Todo aquel que pretenda cambiar el glorioso sistema, debe ser ridiculizado y minimazado, con una etiqueta que lo destierre de la seriedad en la que quizá pudo haber plantado ideas o acciones posiblemente de provecho para el bien común. En el mejor de los casos se devolverá al redil diciendo mientras rie: sí cierto, qué tonto fui, yo no sé nada de política, quién soy yo para cambiar las cosas cuando no puedo cambiar yo, me reduciré a mi trinchera, a mi trabajo (claro ¿acaso hay otro territorio para desarrollarnos?). 

No digo que hay que volar todo en pedazos y empezar de cero (en realidad si se me antoja pero como pura fantasía guajira), digo que no desistan de pensar en cómo transformar el sistema perfecto que tenemos; el agua que no fluye se echa a perder. Y si se les ocurre algo pero no pueden llevarlo a cabo, no duden en compartirlo con quien le sea posible. A mí me hace un ruido infernal la frase: vida solo hay una. Es una puta frustración la que me ahoga. Pero soy anticuado, en la era del bufón la vida no vale nada y todos mueren como ganado ¿qué más da? ¿hace diferencia la plenitud cuando al final ni el recuerdo te llevas?

Iba hablar de todo el sistema de valores, del amor y la familia, de la religión, del feminismo, del veganismo, de todos los ismos a los que un gran sector de la población aún se aferra. Me gustaría decirles que no se casen con sus ideologías. Me gustaría decirles que sean críticos sin terminar siendo bufones. Una delgada línea separa a los bufones de la carnada para bufón, y unas veces te encuentras de un lado y sin saberlo ya estás del otro. Es la razón exagerada en contra de la pasión exagerada. La pasión siempre perderá. Sean fieles a sus principios, pero sin fanatismo ideológico.

Claro que el tema da para mucho más. Puedes asomarte desde esta perspectiva a las redes sociales y constatar que la caza del mejor chiste o del mayor ridículo es nuestra más eficiente vía de desasosiego.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Cómo saber si tienes vocación creativa

Siempre ha habido una cierta predispocisión que facilita a algunos ser buenos en ciertas áreas de la vida. Son las bulbosidades a las que me refería en un apartado anterior, pero racionalmente tiene que deberse a zonas del cerebro más desarrolladas que otras que posibilitan y maximizan tareas específicas del ente asignado a ellas. Daría ejemplos de profesionistas mediocres que no toleran su trabajo y otros que sobresalen del montón y tienes el gusto de recibir sus servicios. Bien, creo que queda claro, no necesitamos ejemplos.

Las áreas profesionales del ente creativo son, cuando bien le va: guionista, director, ilustrador, diseñador, artesano, publicista, dramaturgo, escenógrafo; cuando mal: escritor, pintor, escultor, muralista, poeta, compositor. Pero el bien y el mal en esto puede trastocarse con facilidad, depende del punto de vista, yo lo estoy enfocando desde un punto de vista económico. Hay quien puede verlo a la inversa desde una perspectiva de libertad creativa.

La actuación, la danza y la música no las conscidero porque me parece que tienen un aura de astucia, de manipulación a partir de una línea preestablecida, aunque claro que hay quienes forzan esta cinta para mostrar su propia voz. Como esas escenas de demonios tratando de salir de un cuerpo humano, manifestandose como rostros y manos empujando la piel desde dentro.

Cómo saber si tienes vocación creativa:

  • Si en una actividad cotidiana de repente, como por epifanía, enlazas una y otra cosa sin conexión y la imagínas plasmada en lo que mejor sabes hacer.
  • Si un curso o lectura de teoría o análisis, lo tomas como una pesca de tips para experimentar más tarde.
  • Si disfrutas a medida que tus divagaciones se van concretando mientras pintas, esculpes, escribes, planeas.
  • Te apasiona planear.
  • Si te cansa escuchar o leer todo aquello que ya conocías.
  • Conservas con devoción todo lo que te conmueve, por lo regular de forma estética, pero siempre estás en una constante búsqueda por más.
  • No sé si será regla, pero todo lo que pasa a tu alrededor lo absorves y te abrumas con facilidad así que necesitas largos periodos de inactividad o su otro extremo, de desenfreno.
  • Te preocupa el cómo eres percibido.
  • Ya que tienes el ego deformado, a veces del tamaño de una ballena y otras es un chicle masticado. Por lo general este suele ser tu talón de Aquiles.

Cómo ser un escritor

Proclamarse escritor es una mamada.

¿Qué hay que hacer para proclamarse escritor? ¿publicar? ¿ganar reconocimientos y concursos? si tu finalidad es esta, se dichoso, estás en el lugar correcto, yo te diré el cómo en esta misma entrada. 

Desde hoy abandonaré autotitularme escritor porque estaría clasificandome en el mismo reino de un grupo selecto de divos que se lambisconean y se recodean en fiestas y presentaciones exclusivas.

Dije antes que ser escritor no es una ocupación productiva compatible con ningún puesto laboral de hoy en día. Mentí. Recuerdan aquellos burgueses del siglo XIX que solo se la pasaban en reuniones y armaban comités y organizaban clubs sociales, en efecto mutaron en lo que conocemos por artistas, entre ellos los ensoñados escritores. 

Cuando entré a Letras hispánicas me preguntaba de qué manera se llegaba a estar en lo alto de un estrado hablando de tu nueva novela junto con otros conocedores de la literatura. Estaba consciente de que no era una licenciatura para ser escritor, pero aún así era lo más cercano a estar detrás del estrado. Sin darme cuenta estaba ya dando mi primer paso dentro de aquel mundo. Y también me resultaba repulsivo; los egos, los temas siempre referentes a la cultura, a la política, a la academia, pero a un nivel bien superficial, bien insignificante. En contraparte estaban aquellos hartos de la hipocresía o sangronadas (porque también había quienes se pavoneaban de esgrimir un cinismo nocivo) de estos otros, pero que jamás iban más allá de críticas, etiquetar a todos y reducirlos a una farsa.

Me ha pasado ya varias veces, que me defino como algo, tanteo sus implicaciones y termino desechandolo. No es nada nuevo. 

Aquí nos encontramos con el clásico caso del Arte vs el "arte". Además cuando se trata de literatura siempre resulta ser un arte culto, porque las mayorías salvajes prefieren las lecturas útiles e informativas, como lo que encuentras en el periódico, las revistas, el horóscopo, etc. Atiendan esto: Escritor vs "escritor". 

Retomo literalmente lo que dije en otra entrada: El escritor real, sin anexos, no encaja en el sistema productivo. Puede que escriba una novela y una veintena de cuentos y mañana ya no sienta la necesidad de continuar escribiendo, que se sienta pleno con lo que ha hecho. O que termine una novela en tres años y empiece otra en cinco más. Y que esta última le genere ingresos después de muerto.

Seguro hay quien ha aprendido a tomar la labor literaria con más apego al sistema jornalero y se pone cierta cantidad de tiempo, cierto horario, todos los días de su vida a teclear. Con su taza de café a un lado y el cigarrillo consumiendose en el cenicero mientras se devanea los cesos por entramar un buen párrafo. Y le funciona. Pero tampoco es que sea una norma condicionante. El mayor beneficio que le veo, desde mi nula capacidad por llevarla a cabo (por mi indiagnosticada distimia), tiene que ver con la cantidad, puesto que mientras más tengas, mayor probabilidad hay de que algo sea bueno.


Ahora lo que les prometí. No hace falta que seas un extraordinario escritor para ganar concursos, acceder a becas y publicar. Lo único que debes hacer es formarte un curriculum. Empieza por los talleres de escritores con algo de renombre, no tanto para aprender, sino más bien para socializar; publica en revistas locales; entra en el mundo de la gente de letras, no hace falta que entres a la carrera, obten contactos con potencial; entra en concursos mamones de talleres para jovenes creadores, es el siguiente paso después de los talleres de escritores mediocres. Con esta experiencia en tu semblanza ya puedes participar para revistas a nivel nacional, premios, y hasta becas. Con tal prestigio, lo que escribas será publicable. 

Pero hay un precio. Te amoldarán a sus cánones, como a una miss universo. Será dificil que vislumbres una cultura más allá de la que ellos hablan, de la que a ellos les importa mostrar. Es ideal para quienes se enamoran del personaje de escritor. Por otro lado, dirán que sería útil para quien ya tiene algo preparado y solo quiere darlo a conocer; cierto. Sin embargo debe ser alguien con una técnica precozmente depurada, puesto que estos caminos son ofertados solo para jovenes.

Desconozco si mis métodos se inclinan más a lo que a un Escritor concierne. Pero estoy seguro que son más honestos. En principio parten de un proyecto, no de un romance por ser alguien. Luego mi intención es materializar (y espiritualizar también) lo que se encuentra desvanecido e inconsistente en mi cabeza, ya sean lugares, personajes, ideas, circunstancias, etc. Ya que escribir es mi manera más efectiva de darle orden al caos, no en cambio, de demostrar que soy capaz de una prosa única. Es verdad, soy vanidoso y egocentrico, quiero dejar mi huella. Pienso que si tras unos años, entre más mejor, después de haber muerto, alguien leyera mis apuntes, cuentos, quizá novelas o mi bestiario, y dijera "me encanta", habrá valido la pena todo esto: me refiero a ir siempre por el peor camino; salirme de la universidad, buscar la forma de ganarme la vida y a la vez no abandonar mis proyectos literarios, rechazar en lo posible los consejos de otros escritores para escribir y todo eso que me frustra.

Mi consejo si quieres encontrar tu estilo o libertad narrativa: Mantente en la búsqueda de aquel libro, cuento, lo que sea; aquella lectura idílica. Si no la encuentras, proponte ser tú su creador, si encuentras algo cercano o incluso muy superior, disfrutalo, no quieras comprender las partes que lo hacen grande. El acto de escribir debe ser un reto, nunca una terquedad. Para ello es indispensable conocer tus límites. Lee, y descubrirás historias fascinantes en una prosa lánguida, sugetate a ellas para tus primeros intentos. No caigas en el conformismo, siempre experimenta, busca, investiga, sigue leyendo.

Por mi parte ahora seré un proyector, ya era lavadora por tanto ciclo, ¿qué otra manera de cosificar mi alma existe?

domingo, 30 de octubre de 2016

Masculinidad

Estoy preparando mi blog para segmentarlo en varios blogs, hacerle la mitosis; Taquigrafía grajica se quedará con el material creativo: composiciones poéticas, cuentos y relatos; habrá uno exclusivo para textos como éste, ciclos, críticas, y demás miscelanea; y otro para asuntos políticos y para la organización social civil que estoy gestando.

Ahora vamos al tema de esta entrada.

La masculinidad se genera en el cómo integras en ti los roles que la cultura y la sociedad te ofrecen, o te imponen, dependiendo del ambiente en que te desenvuelvas, ofrecen o imponen. Hay cuatro variantes constantes en esta ecuación; el cómo te ven los demás, el cómo te ves tú, el cómo es que deseas ser visto y el cómo ves tú a los demás. Me saltaré explicaciones detalladas sobre cada una y expondré mi situación con aquellos roles altamente significativos.

 El padre

Considero que el papel del padre primordialmente es el de proveedor, pero este mismo ha venido decayendo a medida que las mujeres consiguen independizarse económicamente y pueden compartir los gastos de sus bolsillos. En este camino, y sabiendo de antemano que no tengo un trabajo fijo o mejor dicho, formal, sino que actualmente me hallo en la búsqueda de la subsistencia desde la labor artística, a la que me aferro seguir hasta sus últimas consecuencias, he determinado que debo destinar mis ganancias, en altas dosis, a mi propia manutención y proyectos. Para pronto y como consecuencia diré que no me figuro en un futuro con hijos. Pero en dado caso que las ganancias logren cubrir mis necesidades y se mantengan constantes y equilibradas, no me desagrada la idea de destinar parte a un ser querido. 

Por el lado emocional si me agrada pensarme como padre, pero sólo de uno, porque soy demasiado egoísta para dedicar mucho tiempo a la crianza.

¿Qué tipo de padre sería? no lo sé, pero pienso que no uno estricto; trataría de demostrarle afecto, aunque a un nivel mediano. Pondría normas, ya saben, mis sistemas, con sus partes de individualidad y de conjunto, de tareas y de esparcimiento. Me interesará sobre todo el aspecto de su formación; así que lo pondré a probar de todo antes de quedarse con algo. Apoyaré todos sus proyectos y condicionaré sus abandonos a aspectos racionales. Fomentaré los aspectos culturales a mi alcance, ya sea por mi propio gusto o su interés. 

La pareja

Antes estaba interesado en conocerme como pareja y lo descubrí no hace tanto. No soy muy buen novio y definitivamente no quiero ser esposo de nadie. Soy inclinado más al enamoramiento que al amor. Quizá deba conocer a la persona indicada pero tampoco me interesa estar buscándola. Como novio me frustraba tener que ver e interactuar con las demás mujeres como individuos asexuados. No soy un coqueto acérrimo ni mucho menos, pero me gusta fantasear, y también, aunque no ocurra con frecuencia, las pequeñas cargas de tensión sexual. Cuando tienes pareja, las fantasías con otras mujeres adquieren una connotación de infidelidad e hijoputez y las interacciones pierden su carga erótica, si es que la hay, al suprimir la posibilidad, por mínima que sea. Supongo que soy considerado con mi pareja al suprimir la posibilidad, pero el caso es que lo detesto y prefiero mil veces no tener pareja.

 No descarto que una vez enamorado o amando me importe un comino las demás. Entonces eso: pareja sólo enamorado o amando, pero para boda, mejor esperar más de tres años, más experimentos de convivencia para una vida en común. 

Aunque igual no creo en el matrimonio, la unión libre es una buena manera de compañía.

El amigo

Creo la amistad es mi mejor faceta. Para con otros varones me siento libre de hablar sin tapujos de todo lo que me plazca y de comportarme como se me dé la gana. Sin embargo, me es difícil depositar mi confianza en hombres que te ponen a prueba o no te respetan hasta que te lo ganes. Esos hombres deben ganarse mi confianza aunque tengan mi incondicional respeto. 

 Para con las féminas. Me gusta su compañía y atención. La mayoría son excelentes conversadoras sobre temas serios. Y con pocas se puede tener la tensión sexual o las fantasías de las que hablaba antes, pero se puede, lo que es fabuloso. Además su amistad, en ocasiones, trae consigo muestras de afecto, lo que con otros hombres sucede, pero de una manera que tiene que ver más en actos de lealtad y confianza que en abrazos.

El familiar

Hijo y hermano. Para mí significa cumplir con responsabilidades. No soy muy afectivo, así que entenderán que en mi familia cada quien se ocupa de sus asuntos. Pero de esto solo hasta un plano de acción, porque existe gran confianza entre todos para hablar de nuestros problemas, metas y logros. Cuando no hay ni problemas, ni metas, ni logros, o son los mismos de siempre, no solemos mencionarlos. Y eso sucede casi todo el tiempo. El silencio. 

El ciudadano

Soy un ciudadano difícil que va en contra de muchas tradiciones. Me fastidia saludar a mis vecinos porque no es raro encontrarlos fuera y eso equivale a muchos hola, bueno días, hola, buenas tardes, hola, buenas noches, qué tal. También es algo incomodo que entre ellos se lleven tan bien y embonen a la perfección. En la cuadra tendríamos el papel de los amargados, que no gustan de participar en los eventos religiosos o hablar de autos, futbol, y todas esas cosas intrascendentes; deben sospechar que varios de nosotros somos ateos, no sé. 

Por otro lado, quiero modificar lo obsoleto de nuestro sistema político para ayudar a mi ciudad a prosperar, a sus habitantes a mejorar sus condiciones de vida, y por ello formo una organización social. 

Resumen

  • Preferiría no tener hijos pero si llegasen espero que sea solo uno, luego con todo gusto me haré la vasectomía. Condicionado a solvencia e independencia económica.
  • La base de mi paternidad sería el equilibrio, y la libertad en base al equilibrio.
  • No pienso casarme, pero no descarto la unión libre.
  • Noviazgo únicamente enamorado o amando.
  • Soy fetichista, y tiendo a objetificar e idealizar a ciertas mujeres, pero también soy capaz de encariñarme con aspectos de su personalidad. 
  • Amigo respetuoso pero desconfiado.
  •  Hijo responsable de sus deberes, pero solo los hechos rutina.
  • Hermano abierto al intercambio de opiniones.
  • Persona poco afectiva.
  • Sentimentaloide unas veces, otras demasiado racional. 
  • Feminista (aunque no me guste el término) del feminismo moderado que busca la igualdad a razón de lo justo y merecido, y no por caprichos ideológicos.
  • Selectivo; de todas las maneras posibles: afectiva, sexual, estética, etcétera.
  • Vanidoso: me gusta proyectar mi personalidad en mí y en lo que hago y objetificarme.
  • Poco social.
  • De gusto excéntrico.
  • De agresividad pasiva.
  • Me gusta la animalidad, en mí y en los demás.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Circo democrático

Todos los mexicanos hemos atestiguado el gran movimiento que se hace en pro de las tan poco esperadas elecciones por puestos de gobierno en el país. Más que democracia, parece una simple justificación para legitimar su derecho a ocupar los curules. Y no hace falta decir que durante la contienda electoral se cometen una serie de atropellos, engaños (como mínimo) y estrategias de guerra sucia, sin dejar de lado la alianza con los medios de comunicación para echar tierra en asuntos vergonzosos, denigrar al contrincante o a su partido, o ensalzarse con encuestas y colgarse de logros que muchas veces ni siquiera fueron originados por ellos.

Quienes deberían regularlos y no permitir toda esta serie de sinvergüenzadas, fueron en alguna ocasión, si no es que continúan siendo, miembros de los partidos políticos más representativos. No podemos hablar de contiendas justas mientras esto siga igual.  

Los mexicanos estamos hartos de jugar a la democracia. Es más, democracia nos suena a circo, a estafa, a payasada millonaria. ¿Es acaso esto lo que significa la democracia? ¿Queremos entonces una democracia?    

Es sin embargo, lo que se degenera cuando los poderes partidistas se hacen cargo del estado, cuando los ciudadanos los dejamos crecer como tumores, esperando que por arte de milagro se reduzcan y ellos mismos se regulen. Es una pendejada. Y claro, eso no es democracia, es una simulación de democracia. 

La democracia representativa sólo es el principio de la verdadera democracia. Porque no basta, poner monigotes que parecían justos (a veces ni eso) en campaña, y ya en el poder, se olviden de quienes los han escogido para estar a cargo y benefician a quienes los ofertaron como dignos representantes para estar a cargo, y por supuesto, se benefician a ellos por sobre todos los demás, se adornan de privilegios que no merecen. Ganar una contienda electoral no significa ganarse la lotería. Pero mientras nadie sea capaz de imponerles límites. Es en efecto, ganarse la lotería.

Una verdadera democracia, tras elegir representante, continúa en la vía de participación ciudadana.

LA PARTE INTERESANTE

Se han hecho esfuerzos inútiles y contraproducentes para activar la democracia participativa. Es más, las tecnologías de la información, como el internet y las redes sociales, contrariamente a lo que se podría esperar, se han encargado de socavar las esperanzas, puesto que no es suficiente con que simplemente cumplan su función, siendo mecanismos para transmitir el malestar social. Todo aquel inconforme es capaz de ser visto y manifestar su inconformidad. El defecto es que toda la suma de voces, de posturas a favor o en contra, se nulifican en la acción.

Se podría pensar que la herramienta informática está hecha para perpetuar el sistema. Para desahogar a las masas en reiteradas olas de frustración. Todos suspiran, todos deben suspirar y declarar al unísono "no hay remedio". Se les olvida que es sólo una herramienta, y que como toda herramienta puede cumplir una parte del propósito, pero no podemos esperar que lo finalice. El mal no es que exista, es creer que con ella podemos resolverlo todo. Por eso me opongo a esas posturas que prefieren descalificarla de una vez por todas y no utilizarla bajo ninguna circunstancia. 

Han surgido organizaciones que utilizan estas herramientas para legitimar sus batallas. Todo alzando la bandera de la democracia. La recolección de "firmas" es su principal recurso. 

Se entristece el espíritu de lucha, la gente detesta pelear dando click en aceptar. Preferirían marchar frente al congreso, tumbar sus puertas y... entonces qué? ¿quién decidiría el proceder de aquel acto simbólico de poder? La organización debe ser una constante. Podrían secuestrar a los legisladores y amenazarlos para que cumplan sus demandas. Podrían destruir el lugar, quemarlo. O el preferido golpe de estado, de sustitución de régimen ¿Las decisiones de este grupo serían la voluntad del pueblo? 

El problema de este mecanismo de confrontación no se centra únicamente en que no hay forma de legitimarlo. También se debe contemplar que para tal golpe, único y contundente, se deben tener en claro unas cuantas cuestiones:
  1. Qué hacer después de la irrupción
  2. Quién o quienes lideran al resto
  3. Qué nuevos sistemas se planean imponer
  4. Cuales son los límites de aquellos nuevos sistemas
Quizá parezca fácil, pero en la planeación se puede producir un conflicto interno, que debilita y resta al movimiento de sublevación, como ocurría a menudo con los celtas de las galias a la hora de confrontar al ejército romano. O bien, la anulación de toda acción a causa de demasiado debate y ninguna resolución.



Es gracioso, pero en nuestra situación no hay manera de creer en una revolución armada, por lo menos no una siendo planeada con intenciones puras de un cambio sistemático. Hay que ser muy romántico para creerlo. En primer lugar, no estamos capacitados para enfrentar una fuerza armada que se cuelga medallas olímpicas. En segundo, de dónde conseguiríamos el armamento sin recurrir al mercado negro, al narco, y cómo devolverles el favor sin perjudicarnos. Pero el tercero, y más importante, es que la inmensa mayoría no podría arriesgar su flujo en la corriente, dejar de estudiar, dejar sus trabajos, su futuro mediocre pero seguro ¿quién sacrificará su vida por un cambio a medias?

La democracia participativa, no es ninguna panacea, es un animal noble que siempre estará en movimiento, y se necesita saber moverse en su búsqueda y dominio. Porque las mayorías no siempre tienen la razón; superponen la tradición y confían en los prejuicios. Mas los pueblos, como cualquier organismo pluricelular, se desarrollan. No un desarrollo de estado, basado en llenar de riquezas las arcas, sino uno real, de maduración, de libertad para elegir lo que a uno le nace hacer, y de conocimiento, comprensión, empatía, equilibrio.

Hay que examinar nuestro cuerpo social. En qué edad estamos. Y adecuar la democracia a nuestra medida.

Es esencial complejizar la interacción virtual por medio de la tecnología informática. Que no se reduzca a un clic. Que toda opinión cuente, hasta las que están en contra, los debates que no llevan a ningún lugar deben encontrar su cauce. La información y la investigación académica necesitan exigir su sitio, integrarse a la sociedad, pues pareciera existen para bien y crecimiento de ellos mismos.

En la antigua Grecia era un grupo élite quienes tomaban las decisiones, no todo el pueblo. Las mayorías están compuestas de minorías, así que son estas minorías las únicas que tienen derecho a exigir sus derechos, sin que medien los intereses de otros grupos opositores. Aunque es importante señalar que no toda minoría es inocua. Determinar qué voces minoritarias tienen voto es dar un paso precavido. Los niños y los pacientes psiquiátricos, por ejemplo, se consideran incapaces de escoger lo que más les conviene, pero esto no tiene que ser un motivo para silenciarlos. Por el contrario, ni los miembros de los partidos políticos, ni algún grupo empresarial, están sobre los demás, a pesar que actualmente su voz y voto tienen más peso que todo un país entero.
  

lunes, 11 de julio de 2016

Mandrágora y otras bulbosidades

Creatividad. Es la raíz tuberculosa a la cual he decidido agarrarme para todas las formas de vida en las que me siento cómodo y satisfecho para realizarme. Me aplaudo el salir de Letras porque era una raíz analítica, y lo poco que tenía de creativo era una creatividad artesanal, de fórmula para producir según las exigencias del mercado. Ahí la gente se emocionaba por descubrir autores o lo que los autores escondían tras sus palabras, pero también tenía otras vertientes, como la lingüística, y la gente se emocionaba por lo que en realidad había oculto tras las palabras y enunciaciones de uso común. Datos curiosos, nada más. Como terminar la carrera y tener un título no me producía la suficiente motivación como para terminar la carrera y tener un título, entendí que habría que mirar un poquito más allá del muro: el futuro profesional de bulbosidad analítica al que estaba entregando mi vida, que no es cualquier cosa, lo es todo.

Luego miré hacia la profundidad del origen, del heme aquí por, y no me satisfizo lo que vi. Siempre he querido encontrar una fuente laboral que se adapte a mis necesidades de tiempo (que me de espacio para hacer mis otras actividades de esparcimiento, creativas a largo plazo y responsabilidades hogareñas), de ingresos (que me dé lo suficiente para subsistir de manera holgada e independiente económicamente), de potencial (que me haga sobresalir del resto) y de personalidad (de tubérculo creativo, desde ahora llamado mandrágora). En apariencia, la vida de letrado me las daría. Por lo menos dos de cuatro. Ahora bien, sentía una exigencia social (el elixir al problema del futuro según mis padres, y por cómo en general me perciben mis familiares y amigos; suficientemente inteligente para ello) el alcanzar un título universitario. Así que creí que sólo tendría que encontrar algo que se adaptara a mis gustos. Y pensé tontamente que como me gustaba la lectura y era un estupendo redactor, estar en Letras sería como nadar en un caudal turbulento siendo pez.

Me di cuenta, observando a mis profesores letrados, que la actividad profesional de esta índole, requeriría un horario parecido, si no es que igual, al de un jornalero promedio. Entonces, ya no podría cubrir ni la mitad de mis necesidades. Quizá fuese esto lo que me impedía nadar en esa corriente, por lo que subía a tomar aire y abandonar las aguas muy a menudo. Resulté cormorán y no pez. Y con incomodidad me apreté las gónadas para abandonar las expectativas sociales.

¿Y por qué artesano y no escritor? para mí la literatura no es un proceso artesanal, sino artístico. Requiere de un esfuerzo y un proceso más riguroso, y hasta excéntrico, lo que significa otorgar un tiempo ideal para trabajar la obra, y un ritual que no se apega a las reglas laborales. En estos tiempos y con el sistema que tenemos, ser escritor implica dar cursos de redacción, talleres de creación, ser conferencista, autopromotor, cazarrecompensas de premios, redactor en periódicos, porque de otra forma, eres escritor a medias. Sin embargo no hay escritores a medias, lo que ocurre es que un escritor que escribe literatura, no uno de entregas quincenales, también debe considerar su sustentabilidad, y la creación literaria, por sí sola, no es rentable... a menos que seas un autor consagrado y tengas por lo menos una obra cumbre que te dé de comer. Si no es así, hay que ser algo más.

Todos los trabajos adjuntos que mencionaba, que se consideran actualmente parte intrínseca de la tarea del escritor, son remedios para llenar un puesto laboral inexistente. El escritor real, sin anexos, no encaja en el sistema productivo. Puede que escriba una novela y una veintena de cuentos y mañana ya no sienta la necesidad de continuar escribiendo, que se sienta pleno con lo que ha hecho. O que termine una novela en tres años y empiece otra en cinco más. Y que esta última le genere ingresos después de muerto.

¿Pero por qué artesano? hay escritores artesanos, de esos que escriben por cumplir con un público, yo quiero ser artesano y además escritor; uno es trabajo, lo otro es arte, y para mí eso es incompatible. Enumeraré los beneficios de ser artesano:


  1. Cumple con las 4 necesidades básicas.
  • Me da el tiempo que necesito al yo establecer un horario de trabajo.
  • Soy remunerado tanto económica, como personalmente por ello.
  • Tengo la oportunidad de ser creativo.
  • Puedo sobresalir por mi creatividad en un mercado en el que no es requisito indispensable.
      2. Aún cuando requiere un proceso maquinal, los resultados nunca son iguales.
      3. Cada artesanía te hace sentir orgulloso.
      4. No se requiere demasiado tiempo para lograr resultados en cada etapa del proceso.
   


sábado, 18 de junio de 2016

Decifrando criptología básica sobre "la creación"



Opino que ver inteligencia en un proceso complejo, es una hipótesis basada en un simple reflejo de nuestras capacidades como especie. Estás antropotizando para explicar lo que no sabes. Oyes al grillo y dices, él canta. Pero el grillo está frotando sus alas, para producir un sonido. Así también pasa con la inteligencia, viene de las conexiones e interacciones entre células que almacenan información. El ADN también interactúa e intercambia información ¿Acaso es inteligente? Yo no sé lo qué hay detrás, pero dudo que necesite nuestra devoción. Saludos :) lamento no aclarar nada, es sólo mi punto de vista.

martes, 10 de mayo de 2016

El machismo y el romance



El romance es una forma de vida con la que el machismo se disfraza de manera casi natural. 

El romance es la idealización de una relación, o de cómo debe ser la pareja perfecta, o del ideal de amor mismo. Se nutre principalmente de todo el material ya constituido en un vasto universo cultural de historias en las que parejas se unen y se separan, pero que siempre están adheridas al vértigo y a la adrenalina del amor y la pasión, drogas a las que todos somos, en mayor o menor medida, adictos.

Cuando hablo de machismo y de machos y machas, en realidad estoy enfocando a una clase de visión encuadrada en los estereotipos: del hombre al mando, del poderoso, de la sumisa, del cabrón, de la que sirve sólo para el hogar, de la mujer que vale por cómo se ve y no por lo que piensa, etc.

Machos y machas son estrictamente románticos. Se enamoran y desenamoran según transcurren sus relaciones. A ellos no les atrae tal o cual mujer, a ellos los enamora: los enamora una mujer voluptuosa caminar por la calle, o cuando les dirige alguna otra la palabra, y qué decir cuando los ignoran, pura pasión, el juego de las apariencias. Así es como ellos viven siempre enamorados y en abundancia de amores. A las machas les gusta enamorar, se visten coquetas y provocativas, y si hay una más coqueta y provocativa, debe ser una puta que enamora sin buscar amor. 

Para conseguir la relación ideal, cada uno, macho y macha, comienzan los rituales de conquista, él se porta caballeroso, cortés, amable; la ve única y la consciente por ese motivo. Ella, toda una dama, juzga los esfuerzos y logros del susodicho y lo recompensa si cumple sus estándares de calidad. Pueden ocurrir tres cosas: que el encuentro premeditado por las dos partes termine en una noche de pasión y sanamente se retiren a sus cubiles a pensar en el amor. Que uno de los dos, o ambos encuentren en esa noche un indicio de la pareja soñada y el verdadero amor y se vuelvan a buscar. O que se establezca un pacto o relación formal, en la que ella se entrega a él como trofeo y él se declara fiel a ella y además ambos acuerdan, implícitamente, vivir la relación de sus sueños ¿de quién? cada cual con el suyo. 

Tras la conquista ya no hay necesidad de fingir, hay que entregarse sin disfraces.

Si la relación fracasa es por culpa del otro que no quiso ceder a la hermosa relación que él o ella tenían en mente. Tal vez ella no era lo que esperaba, o él no cumple con lo que prometía, quizá el amor se terminó, o llegó una nueva promesa en la vida de ella, y la esperanza de un nuevo y mejor romance. 

En ocasiones hay quien siente dolor por la pérdida, más allá del puro orgullo, y hace lo que sea por reconquistar aquello. La dignidad y el autorespeto son monedas de cambio porque el amor lo vale todo, o eso nos han enseñado desde niños.

No soy ingenuo, el romance está en todo tipo de mentalidades y a cada cual su sabor corresponde. Pero el amor machista se me hace el más nauseabundo de todos. Y es que usa las fórmulas de princesas de Disney, más las de telenovela latinoamericana, para confitar su fondo pretencioso, de estereotipos que tienen que ver con la dominación y la subyugación. De cualquier manera, machos y machas viven este ensueño como la vida misma, es una construcción que miran con naturalidad, el engaño es para ellos una verdad... la verdad del amor.

Si por mí fuera, quemaría toda película y todo libro y poesía sobre el amor y de cómo cambió las vidas de fulanito y fulanita y de lo mágico que es. Me declaro antirromántico porque deseo acabar con todo ese mundo de ilusiones imposibles preconcebido. Cada relación debería imaginar y experimentar sus propias reglas. Los personajes y relaciones ideales no son modelos a encontrar. Fascinarte por alguien debería ser espontáneo, de un qué sé yo que no sé qué, ése algo nacido en la brecha entre lo extraño y lo familiar. 

No sé si calificarme de arromántico, puesto que en mi relación hay romance. Me resulta difícil ser meramente crudo y visceral, porque ella me pone contento y me hace reír, además de que me encanta verla contenta y riendo. 

Sí, en mi cabeza hay mujeres ideales, hay curiosidad por relaciones poco ortodoxas, pero son fantasías que prefiero dejar en el terreno fantástico, proyectos narrativos.