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jueves, 8 de junio de 2017

Las mafias partidistas



Partidocracia: Nuestra aristocracia, integrada por diferentes mafias en cuyas filas se renuevan, de generación en degeneración, familias, como en una monarquía. Operan desde los tres niveles de gobierno, pasando por las instituciones, aún las autónomas, y muchas veces son financiadas por empresarios, grupos criminales, grupos religiosos o todos estos.



PRI: Mafia clientelar de corte neoliberal. Creen ser un espejo del mexicano promedio, representarlo fielmente, es decir, concideran que todo mexicano es corrupto, ladrón, doble cara y cínico. Las estrategias para legitimar su ascenso al poder y dar vida a la dictadura son de las peores; asesinan y desaparecen a sus opositores (activistas y medios informativos independientes), tienen "la justicia" de su lado, manipulan el sistema democrático, compran el voto y usurpan el voto de los muertos. Representan la ambición y el chantaje.




PAN: Mafia católica empresarial de corte neoliberal. Se dicen los buenos, pero son más bien inocentones a la hora de gobernar y legislar, por no decir incompetentes. Favorecen siempre a las grandes corporaciones que saquean y explotan al mexicano. Las soluciones que emplean para los problemas sociales son bélicas y prohibitivas, justo como en la inquisición. Representan la hipocrecía y la lujuria.





MORENA: Mafia sectaria de ideología cristiano nacionalista. Guiada por un solo hombre que según la profesía, al subir al trono presidencial resolverá todos los problemas de México, él y solo él, a báse de ejemplo moral y trocando la venganza, mal llamada justicia, por perdón. Se nutre de mafiosos a quienes sus mafias ya no les dan hueso, o no del tamaño que ellos desean. Aunque su lema es no pactar con las otras mafias, porque según ellos todos son una sola, solicita alianzas cuando ve que no puede solo. Tiene una visión proteccionista y paternalista con los pobres, y utiliza su ignorancia y desesperación para volverlos seguidores incondicionales a su secta. Se dice que como mafia viven de una campaña política permanente, hueso no tan jugoso, pero hueso al fin y al cabo. Representan el engaño y el fanatismo.

PRD: Mafia camaleónica tribal. En realidad son varias tribus que se amoldan a la mafia en el poder según sus intereses. Se distinguen por su hambre de hueso más allá de las muchas ideologías que manejan. Así que no es raro verlos asociados a cárteles de la droga, partidos de ultra derecha, así como nuevas mafias recién creadas. Podría decirse que tienen un instinto de supervivencia parasitaria y no de fidelidad partidista. Representan el egoísmo y la traición.





MC: Mafia de titiriteo ciudadano y golpeteo inútil. Ciudadanos liderados por políticos colmilludos, hacen alarde de una lucha constante aunque no dé frutos, ni tengan mayor estrategia que presentar iniciativas extremas para que se las rechacen, o rechazar las maquiavélicas iniciativas de la derecha. Lo suyo son los reflectores y la publicidad. Representan la vanidad y la arrogancia.


PT: Mafia de oposición inútil de corte sindicalista y socialista. Les gusta dar discursos baratos sobre los derechos de los mexicanos, de las injusticias, y regañan a diestra y siniestra para convencer a su público de que merecen tener un hueso, pues dan voz y desahogan la frustración del ciudadano promedio. Pueden abstenerse o votar en contra de buenas iniciativas por mantenerse fieles al juego de ser oposición. Representan la mediocridad y la terquedad

PES: Mafia católica de titiriteo de celebridades. Al igual que sus primos, el PAN, su metodología es de prohibisión y marginación a las minorías, su código ético es la biblia o los diez mandamientos. Como mafia solo les interesa conservar su registro como partido para seguir paracitándo y volver a mezclar iglesia con estado. Representan la intolerancia y la degradación.




PVEM: Submafia sucursal del PRI. Es el PRI disfrazado de ecologista. Les gusta proponer leyes controversiales en tiempos electorales para atraer votos, pero la mayor parte del tiempo solo están para lamer suelas priistas. Representan la contradicción y la simulación.








PANAL: Mafia del poderoso ex sindicato de maestros. Como toda mafia pequeña solo les interesa conservar el registro, así que se alían a toda mafia grande que se deje, osea al PRI. Representan la prostitución y la codicia.




martes, 24 de enero de 2017

Cómo ser mejores jefes de nuestro gobierno



Problemas democráticos a resolver en nuestro país:
  • Falta de representatividad 
  • Mafias partidistas
  • Clase política viciada, amañada y privilegiada
Una vez cumpliendo 18 años nos convertimos en ciudadanos responsables para administrar nuestros gobiernos, o como dice Gilberto Lozano (hombre de ideas, de valor y respuesta), nosotros somos los jefes y ellos nuestros empleados. Nosotros pagamos sus gordos salarios, bonos, servicios y aguinaldos. Él propone formar células ciudadanas para vigilar sus decisiones, de 5 a 20 integrantes. 


Falta de representatividad
  • Los legisladores responden a sus propios intereses y a los de sus partidos.
  • Las minorias están sujetas a los prejuicios de sus representantes. 

Mafias partidistas
  • Las cantidades exhorbitantes de millones de pesos destinados a los partidos les otorga un poder desmedido y destinado a conservar el mismo sistema inservible. 
  • Los partidos en contra del grupo en poder, solo juegan a ser los rivales, cuando aparece una iniciativa que le pueda restar poder a la partidocracia, se abstienen de votar.
  • Son corruptibles.
  • Corrompen todos los poderes de gobierno e instituciones supuestamente autónomas, infiltrando a sus miembros, o amigos y familiares de sus miembros.

Clase política viciada, amañada y privilegiada
  • Son parte de las mafias partidistas. 
  • Creen que un salario exhorbitante y todos los privilegios que actualmente gozan son funadamentales para trabajar bien; más importante que su voluntad.

El discurso moral individualista

Este dice que el cambio comienza contigo, es correcto; el problema es el sentido de ese cambio. No es un cambio moral ciudadano, no necesitamos un montón de santos, eso no va a cambiar el sistema. El cambio individual debe ser como patrón de tus representantes, y en consecuencia esforzarte en ser un buen patrón. Cómo: 
  • Conociendo tus necesidades y las de tu comunidad; priorizando las de la comunidad por las tuyas. 
  • Criticando y manifestando tu inconformidad, sí, pero también aportando ideas. 
  • Conociendo a tus representantes locales y estando al pendiente de sus actividades. 
  • En temporadas electorales, conocer a los candidatos que van por tu distrito, que se comprometan a crear o conservar un canal de comunicación, e informar desde este u otro medio su trabajo. 

La organización

Lo que viene tras cambiar en lo individual, es organizarte con más buenos jefes como tú. Porque debes entender que para ser escuchado se necesita un cauce de voces en una misma dirección, sino, tus exigencias pasan a ser el capricho de un renegado. Son las mencionadas células, las que tienen la iniciativa para agrupar y organizar al resto.
Piensa en las tecnologías de la información con las que actualmente contamos. Se pueden crear grupos en donde las mejores ideas sean propuestas para ser llevadas a sus respectivos representantes o dependencias públicas. Ya sea con una tormenta de mensajes, ya con la entrega de firmas, ya con una marcha. Búsca si ya existe un grupo en tus redes sociales, únete y selecciona la opción que prefieras para estar enterado de sus decisiones y formar parte de sus actividades.
Los representantes locales tienen a su cargo un distrito ¿de qué distrito eres?


¿Por qué reducirse a lo local?

Porque es un sistema de empleados jerarquizado. En donde las decisiones más importantes para todos, son tomadas por un grupo aislado, pero para que estas decisiones sean llevadas a cabo, deben ser aprobadas por nuestros representantes, y es aquí donde nuestro papel como jefes es fundamental, porque podemos proponer soluciones mejores, o decidir si lo ya propuesto realmente nos conviene y ponerlo en la mesa de quien supone ser nuestra voz.


Lo ideal

Lo ideal sería:
  • Que estos grupos contaran con subgrupos para las minorías. 
  • Que pudiesemos exigir la renuncia de un mal representante, y si es posible, que contasemos con mecánismos legales para revocarlos de sus puestos.
  • Que cada grupo contara con por lo menos un politólogo, un economista, un biologo, en fin, un especialista para cada una de las áreas a legislar, y que estos pudieran sobresalir visualmente del resto para conocer su opinión profesional. 
  • Que se facilitara la agenda legislativa al grupo, así como las reformas y propuestas a ley suscritas a esta. 
  • Que los legisladores pudieran dar el argumento del por qué se inclinan a favor o en contra de tal o cual propuesta y así los ciudadanos sopesar pros y contras para apoyarlos o no.

Otras concideraciones 

El mayor problema siempre será la falta de interés o de tiempo. Pero este, en la medida que seamos capaces de ganar terreno en los beneficios de este sistema paralelo al sistema político actual, y de otorgar una mejor calidad de empleo para la población, logrará contrarrestarse.

Hace tiempo, con mi primera propuesta de democracia digital, recibí el comentario de que no hacía falta tanto, que solo bastaba con que nuestros representantes trabajaran. Mi argumento en contra es que eso lo hacen los malos jefes; dar por sentado que nuestro papel es el de simples observadores, y confiar en que hayamos tomado una buena decisión en tiempos electorales o de contratación. Lo cual sabemos es absurdo, porque la mayoría de candidatos salen de mafias partidistas, lo cual nos deja a merced de sus interéses.  

También quiero aclarar que los ciudadanos no estaríamos haciendo el trabajo legislativo que le corresponde a diputados y senadores; tan solo estaríamos formando parte de. 

Sobre la demagogia: es mejor que el pueblo se equivoque y aprenda de su error, a que un grupo que no forma parte del pueblo decida lo que es mejor para este.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Circo democrático

Todos los mexicanos hemos atestiguado el gran movimiento que se hace en pro de las tan poco esperadas elecciones por puestos de gobierno en el país. Más que democracia, parece una simple justificación para legitimar su derecho a ocupar los curules. Y no hace falta decir que durante la contienda electoral se cometen una serie de atropellos, engaños (como mínimo) y estrategias de guerra sucia, sin dejar de lado la alianza con los medios de comunicación para echar tierra en asuntos vergonzosos, denigrar al contrincante o a su partido, o ensalzarse con encuestas y colgarse de logros que muchas veces ni siquiera fueron originados por ellos.

Quienes deberían regularlos y no permitir toda esta serie de sinvergüenzadas, fueron en alguna ocasión, si no es que continúan siendo, miembros de los partidos políticos más representativos. No podemos hablar de contiendas justas mientras esto siga igual.  

Los mexicanos estamos hartos de jugar a la democracia. Es más, democracia nos suena a circo, a estafa, a payasada millonaria. ¿Es acaso esto lo que significa la democracia? ¿Queremos entonces una democracia?    

Es sin embargo, lo que se degenera cuando los poderes partidistas se hacen cargo del estado, cuando los ciudadanos los dejamos crecer como tumores, esperando que por arte de milagro se reduzcan y ellos mismos se regulen. Es una pendejada. Y claro, eso no es democracia, es una simulación de democracia. 

La democracia representativa sólo es el principio de la verdadera democracia. Porque no basta, poner monigotes que parecían justos (a veces ni eso) en campaña, y ya en el poder, se olviden de quienes los han escogido para estar a cargo y benefician a quienes los ofertaron como dignos representantes para estar a cargo, y por supuesto, se benefician a ellos por sobre todos los demás, se adornan de privilegios que no merecen. Ganar una contienda electoral no significa ganarse la lotería. Pero mientras nadie sea capaz de imponerles límites. Es en efecto, ganarse la lotería.

Una verdadera democracia, tras elegir representante, continúa en la vía de participación ciudadana.

LA PARTE INTERESANTE

Se han hecho esfuerzos inútiles y contraproducentes para activar la democracia participativa. Es más, las tecnologías de la información, como el internet y las redes sociales, contrariamente a lo que se podría esperar, se han encargado de socavar las esperanzas, puesto que no es suficiente con que simplemente cumplan su función, siendo mecanismos para transmitir el malestar social. Todo aquel inconforme es capaz de ser visto y manifestar su inconformidad. El defecto es que toda la suma de voces, de posturas a favor o en contra, se nulifican en la acción.

Se podría pensar que la herramienta informática está hecha para perpetuar el sistema. Para desahogar a las masas en reiteradas olas de frustración. Todos suspiran, todos deben suspirar y declarar al unísono "no hay remedio". Se les olvida que es sólo una herramienta, y que como toda herramienta puede cumplir una parte del propósito, pero no podemos esperar que lo finalice. El mal no es que exista, es creer que con ella podemos resolverlo todo. Por eso me opongo a esas posturas que prefieren descalificarla de una vez por todas y no utilizarla bajo ninguna circunstancia. 

Han surgido organizaciones que utilizan estas herramientas para legitimar sus batallas. Todo alzando la bandera de la democracia. La recolección de "firmas" es su principal recurso. 

Se entristece el espíritu de lucha, la gente detesta pelear dando click en aceptar. Preferirían marchar frente al congreso, tumbar sus puertas y... entonces qué? ¿quién decidiría el proceder de aquel acto simbólico de poder? La organización debe ser una constante. Podrían secuestrar a los legisladores y amenazarlos para que cumplan sus demandas. Podrían destruir el lugar, quemarlo. O el preferido golpe de estado, de sustitución de régimen ¿Las decisiones de este grupo serían la voluntad del pueblo? 

El problema de este mecanismo de confrontación no se centra únicamente en que no hay forma de legitimarlo. También se debe contemplar que para tal golpe, único y contundente, se deben tener en claro unas cuantas cuestiones:
  1. Qué hacer después de la irrupción
  2. Quién o quienes lideran al resto
  3. Qué nuevos sistemas se planean imponer
  4. Cuales son los límites de aquellos nuevos sistemas
Quizá parezca fácil, pero en la planeación se puede producir un conflicto interno, que debilita y resta al movimiento de sublevación, como ocurría a menudo con los celtas de las galias a la hora de confrontar al ejército romano. O bien, la anulación de toda acción a causa de demasiado debate y ninguna resolución.



Es gracioso, pero en nuestra situación no hay manera de creer en una revolución armada, por lo menos no una siendo planeada con intenciones puras de un cambio sistemático. Hay que ser muy romántico para creerlo. En primer lugar, no estamos capacitados para enfrentar una fuerza armada que se cuelga medallas olímpicas. En segundo, de dónde conseguiríamos el armamento sin recurrir al mercado negro, al narco, y cómo devolverles el favor sin perjudicarnos. Pero el tercero, y más importante, es que la inmensa mayoría no podría arriesgar su flujo en la corriente, dejar de estudiar, dejar sus trabajos, su futuro mediocre pero seguro ¿quién sacrificará su vida por un cambio a medias?

La democracia participativa, no es ninguna panacea, es un animal noble que siempre estará en movimiento, y se necesita saber moverse en su búsqueda y dominio. Porque las mayorías no siempre tienen la razón; superponen la tradición y confían en los prejuicios. Mas los pueblos, como cualquier organismo pluricelular, se desarrollan. No un desarrollo de estado, basado en llenar de riquezas las arcas, sino uno real, de maduración, de libertad para elegir lo que a uno le nace hacer, y de conocimiento, comprensión, empatía, equilibrio.

Hay que examinar nuestro cuerpo social. En qué edad estamos. Y adecuar la democracia a nuestra medida.

Es esencial complejizar la interacción virtual por medio de la tecnología informática. Que no se reduzca a un clic. Que toda opinión cuente, hasta las que están en contra, los debates que no llevan a ningún lugar deben encontrar su cauce. La información y la investigación académica necesitan exigir su sitio, integrarse a la sociedad, pues pareciera existen para bien y crecimiento de ellos mismos.

En la antigua Grecia era un grupo élite quienes tomaban las decisiones, no todo el pueblo. Las mayorías están compuestas de minorías, así que son estas minorías las únicas que tienen derecho a exigir sus derechos, sin que medien los intereses de otros grupos opositores. Aunque es importante señalar que no toda minoría es inocua. Determinar qué voces minoritarias tienen voto es dar un paso precavido. Los niños y los pacientes psiquiátricos, por ejemplo, se consideran incapaces de escoger lo que más les conviene, pero esto no tiene que ser un motivo para silenciarlos. Por el contrario, ni los miembros de los partidos políticos, ni algún grupo empresarial, están sobre los demás, a pesar que actualmente su voz y voto tienen más peso que todo un país entero.