domingo, 16 de septiembre de 2018

La última fiesta



Ciego o direccionado;
sin condiciones, o en ofrenda;
del que se percibe meticulosamente o del que ebulle desde un todo afirmativo;
como molusco metabolicamente acelerado que es presa en una botella, o como viento solar indiscriminado...

Instrucciones:

Felicitemonos por ser parte de esta tribu tapatía, en que compartimos lengua, sabores, rutas, terquedades y conductas. Felicidades.

Obsequiemonos presentes por esta identidad mexicana, fruto de diversidad y mezcla. Regalos del árbol llamado Imaginario, que crece y crece, a lo alto, y se enrosca y se expande al norte y se adueña de aquel suelo fertil. Qué raíces tan profundas que no cae nuestro árbol, ateridos en el endemoniado juego de lucha y egoísta sumisión. Qué lo disfruten.

Brindemos por nuestro lado del charco. Este pedazo de tierra que llamamos América. Relativamente nuevo, relativamente ensueño, vamos saliendo de entre el humo de los bosques secos, la nube de las montañas, la niebla de la jungla, el sopor del desierto, inocentes, indolentes, bravos, todos nuestros ancestros exploradores, ya los de lanza y arco, ya los de iglesia y arcabuz. Salud.

Bailemos con nuestra hominidad por nuestra especie. Mostremonos erguidos, dueños de un ritmo, aprendido o inventado, tradición o ruptura. La expresión de nuestra placentera sexualidad. Sujetando los instrumentos entre los dedos con pulgares oponibles, cantando el sentido de nuestras vidas. Un, dos, tres, cuatro.

Venga un festín para dignos mamíferos gregarios. Las emociones y el coito en nuestra bandeja. La familia, armada u ocasionada, el clan, la jauría, el instinto de supervivencia en el número de presentes a la mesa. Buen provecho.

Un aplauso por ser animales y desplazarnos. Ir de allí para acá en búsqueda de pareja o de calma y abundancia. Por ver, oír, sentir, saborear, olfatear. Bravo.

¿Qué tal algunos fuegos artificiales para conmemorar la vida? Una cosa particular en iniciar, y cuando surge, sigue la ley del universo, y va de poco a más. Un mensaje que se complejiza a través de generaciones, que forma especies, que luego se vuelve a simplificar, decide que menos es más. Economiza. Luces de todos colores, desde infrarrojos hasta ultravioletas. Y luego se apaga. Entonces no hay nadie que pueda contemplar ya nada. Asombrense.

Y ya en la oscuridad, una vez en nuestras camas, despidamonos de la existencia. Hoy hemos sido seres vivos, animales, mamíferos, humanos, americanos, mexicanos, tapatíos. Adiós.


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