jueves, 14 de febrero de 2019

Por qué no me gusta dialogar con feministas

Por ser varón estoy automáticamente fichado como privilegiado defensor de mis privilegios, todo lo que diga será en favor de estos.

Están en contra de mi libido monstruosa, que por más horrible que sea, es parte de mí; es como si yo estuviera en contra de su periodo. Despierta en mí un bloqueo contradictorio, algo que odio y que a la vez no puedo suprimir.

El problema dogmático de las ideologías, en que las teorías se convierten en leyes irrefutables.

La postura inquisidora y correctiva de algunas de sus integrantes.

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