jueves, 19 de agosto de 2010

Menudo parche

Me siento idiota al esperar que un "me gusta lo que haces" salga de sus dedos, ya que el contacto auditivo es pedir demasiado. ¿Qué les cuento? En serio no sé. No sé que hacer... aprender a leer las cartas.

¿Qué hay de deshonra en brindarles el espectáculo por el que pagan?

(La imagen simplemente me gusto).

Para la siguiente les prometo un interesante comentario sobre algún espécimen folclórico, un cryptoamigo, datos de calidad de vida en el mundo, tal vez sobre el tarot o de Ensayo sobre la ceguera de Saramago que estoy a punto de terminar.

 En lo que me sienta más entusiasmado y conocedor.

Bye.

martes, 27 de julio de 2010

Leche agria

Una lata oxidada con perdigones...
La mecedora crujía bajo el peso de Susana y sus nueve gatos...
Yo decía - no me creo -decía yo.
Afuera los paraguas dislocaban sus brazos... no había lluvia.
Afuera, tormenta negra de arena.
Y llenaba las bocas y las narices y la asfixia acudía.

La hija parte el pan de natas.
Fósiles se resquebrajan en el subsuelo...
La tierra mastica.
Las moscas rondan el cadáver de pez relamido... viseras.
Lejos, gritan mujeres, engaño del viento.

Oran mis padres.
El tumor en la mucama le deja finalmente dormir...
Me duelen las vertebras, rechino los dientes, las miro a ambas.
Cesa...todo... en su silencio.

Las patatas siguen verdes.
Y aún con el polvo avanzamos por el llano.
Suprimí cualquier expresión en el rostro.
El caballo logró mover el carro, quedaba el viejo ímpetu en sus tendones
Y Susana se inclina cediendo triste en mi hombro.

"¿Qué piensas encontrar allá?" preguntaban severos.
Jamas sabre darles una respuesta honesta.
No estoy seguro, como vivir la realidad.
Si hay incertidumbre en mi estomago.
¿Como seguir rumiando un neutro bocado?

Jamas dije a nadie, cuanto me temo, lo mucho que dudo amanezca.

martes, 6 de julio de 2010

Hecho y por hacer

Tener la cara en purpura.                                                                                  
 Armar un espantapájaros.
                              
           
 Viajar a Irlanda, Noruega, Chile, Canadá y Camboya



Publicar mi bestiario, mi colección de Cuentos, la de poesía, mi novela fantástica.



 Ver el final de Carnivale.                  Vivir en un carro de gitanos.

Disfrazarme de graju.          Conservar los pocos amigos que tengo.  
                                        
Y lo más difícil...  encontrar a alguien tan amargado y zafado como yo. Bonita e interesante... y claro, que me corresponda.
                          
         O ya de buena gana aceptar  la vida de ermitaño.

miércoles, 26 de mayo de 2010


Diablos sin tragedia


Sonó la puerta; con anticipación sabía quien era por la forma en la que la golpeaba.


Había invitado a 2 que 3 pero no más de 7 pero si menos de 6 amigos. En realidad yo no los había invitado, ellos solos por sus medios se colaron efusivos para verificar como me encontraba, y para repartirse la hierba. Mi casucha estaba hecha una reverenda porquería, y yo estaba peor y apenas me podía levantar del suelo… así que envíe a uno de mis subordinados a correr al tío con gafas oscuras, pelo en pecho, que nuevamente llamó nervioso a la puerta.

Jodorovski. Lo había enviado la abuela a cobrar el alquiler y mientras yo, me moría de hambre y no tenía ni un puto centavo. El tipo tartamudeaba sudando hasta cuando reía. Monseñor Jodorovski también era conocido como “Joderos a tú…” el final siempre variaba según el gusto de cada deudor.

La abuela al parecer había decidido continuar viva hasta recibir el pago total del adeudo.

Llevo tres días sin comer y el tarado de Josué ya invitó a pasar cordialmente a monseñor Jodorovski… ¡Maldito calabacín traicionero!... mas ahora recuerdo que aquel tipo es nuevo, lo conocimos si acaso… lo conocieron si acaso antier y ahora lo aprecian más que a mí, debe ser porque es simpatiquísimo y los provee de hierba buena, barata y en bolsitas.

Debería comprar uno de esos perros rudos que regalan en las perreras; mi primo dice que funcionan los primeros meses y después de un año se vuelven consentidos como Pantufla, la perra de la vecina; un estuche de monerías que olvidó como ladrar… mientras pensaba en esto, Jodorovski ha amenazado con timidez en desalojarme.

Tal vez debería eliminar a la abuela con mis propios métodos. Pero entonces la prima Marisol se quedaría con todo, ya que seguramente ella es la heredera, su adoración… relinchando de títulos, premios y condecoraciones. Desbordante de éxito.

Al no recibir ni un suspiro, el cobrador se ha ido; lo ha hecho derrotado, preocupado, cuidando cada paso para no derrumbar los bloques de periódico, cubriéndose la boca y las fosas nasales para no inhalar el humo intoxicante, y cerrando la portezuela lentamente para que no se venga abajo… le ha pasado antes. Dio tantas muestras de  arrepentimiento que terminó reparándola, desde entonces funciona a la perfección, pero él no se arriesga a pasar por lo mismo.

Los demás habían terminado ya las transacciones, y yo seguí ahí tirado. El techo verde limón se caía a pedazos. Cerré los ojos y junté las manos sobre el tórax. Olvidé cuanto tiempo pasó desde entonces. Luego los abrí, giré la cabeza y pude ver que la puerta seguía abierta, pero enfoqué toda mi atención en un papel doblado que se encontraba entre ambos, la puerta y yo. El aire cálido que entraba por la ventana lo arrastraba a la salida. Sentía unas ganas enormes de levantarme e ir corriendo a tomarlo, como si el papel me amenazara con largarse. Así que, me apoye en un costado para darle la espalda e ignorarlo. Pero su presencia me gruñía con fuerza y era incluso peor que cuando lo veía; la tinta impresa comenzaba a desbordarse, el papel sangraba como loco, y la mancha se extendía, eclipsando la superficie, devorándola para dejar en su lugar un tremendo orificio. Finalmente me tocó con su baba negra y húmeda.

Me di la vuelta horrorizado. El papel estaba quieto, apenas distando unos centímetros de mí. Extendí el brazo. Lo alcancé. Era un volante. “Pizza y refresco por 25$”. Se me retorcieron las tripas. Por detrás tenía un mensaje escrito a pulso, simple y elegante; era la nota de uno de mis muchachos, decía que esta noche tendría una cita con alguien muy especial, y se despedía con una carita sonriente guiñando un ojo. Por supuesto que lo primero que se me vino a la mente fue la imagen de una mujer madura, atascada de maquillaje, con escote, tacones altos, mini-falda y medias.

Recostado en mi cama a la media noche, escuché tocaban a la puerta, no había podido pegar los parpados y ahora me sentía indispuesto a levantarme, abrir la puerta y conversar, para por último  retozar como conejito con la linda mujerzuela en mi pequeña pocilga.

Una vez más, como era de esperar, se escucharon los golpes. Me quede paralizado; ahora habían resonado con gran furia, y el sonido no provenía de la entrada, si no de la mesa circular a unos metros de la habitación, la cortina que me impedía la visión se elevó con el viento, revelando lo que parecía ser la silueta de un sujeto.

Contuve la respiración, porque me era similar al bufido que emite una maquina de vapor. Pronto la cortina se plegó, y lo que lejos era una figura oscura, una sombra,  ahora era una criatura similar a un ser humano, pero sin piel. Músculo y cartílago a la intemperie, atravesado por venas y arterias cual gusanos. Cuanto más se acercaba, más podía distinguir una sonrisa violenta en su rostro. Luego se sentó a mi lado, enrojeciendo las sabanas. Me miró, sin verme todavía, porque sus ojos eran como canicas de hueso sin vida, como los de un muñeco. Sin embargo no dijo una sola palabra.

Entonces yo comencé a suplicar por mi vida; un recital desesperado de balbuceos, siseos y murmullos ininteligibles. Y el diablo habló, con una voz profunda y chirriante, ebria y rancia, que enmudeció la mía. Quiero tú alma, dijo él. ¿Cuánto ofreces?, pregunté por mera costumbre. Riqueza, poder, encantadores gozos terrenales hasta la tumba, respondió. Acepté sin pestañear (no era una opción, estaba inmovilizado) y con tanta emoción hasta le estreché la tibia mano despellejada.

Y así fue como estafé al diablo vendiéndole mi alma que no valía ni un centavo… ¿Qué cómo lo sé? Después del coma que sufrí  tras su llegada, él volvió, en su patética forma de sátiro con cola de pterodáctilo. Pretendía asustarme con una danza chusca y llena de rabia, luego gritó su pena. Asqueroso mortal desalmado… tú alma no me sirve ni para limpiarme los sobacos, chilló mientras se alejaba trotando.


    La abuela finalmente murió, como era predecible no me heredó la casucha, pero para mi sorpresa tampoco se la dejó a mi prima Marisol. Jodorovski fue el afortunado. Al parecer sostenía amoríos con la abuela; esto me lo dijo su esposa, a quien conocí por casualidad en el supermercado y quien decidió desquitarse conmigo en la ducha. Se divorciaron. Él se quedó con mi casa y yo me quedé en su casa a vivir con su mujer. Más tarde el pequeño Josué dejo de ser un novato e hizo crecer su propia microempresa. Hoy por hoy es uno de los grandes jefes de la mafia; alias “el Mesías”. Por los buenos tiempos (?) me obsequió un buen montón de plata, y un viaje a Dinamarca… de ahí no volví jamás.



                                                          Jeeee-ha!

lunes, 24 de mayo de 2010

Hasta en las comisuras de las uñas

Ya hacía un buen que no entraba a escribir. Esto lo hice ayer, en una de esas ocasiones en que la noche comienza a hacer estragos, te enferma, y las palabras se vienen en sobredosis y tienes que soltarlas, no hay de otra, ellas lo piden, tensan las yemas de los dedos. Y aunque no sé bien si lo que escribo contiene sentido, de algo estoy seguro... contiene significado, es la carga del sueño despierto... veneno ineficaz, tanto o más que su dueño.

Quieras o no quieras.
Extraje lo suficiente de su textil y primer y único contacto
Oligrafía con detalles de fabulosas cornamentas.
Notando sutilmente por las plantas de los pies el alfombrado de cazador
y un polvoroso sombrero de arlequín... esto no debe continuar, elaboraré algo nuevo...

En vista de un efecto nulo y su contraproducente nausea, les dejaré esta otra aberración, un poco más de acuerdo a lo que siento en éste bólido momento (con confecciones improvisadas)...

¡A la mera manera hexápoda!


Mis latidos gástricos escurruñan
un claxon al abrir la geta
el lenguaje de las crucarrachas
macabra composición comienza con la descomposición
¡Filetes! kruaj taj traj rg carj craj ts-ts, chaja
crffaj-aj fjtj gsjajgsh.

Machaca, burbujugosa mugre sangre enchamuscada,
crujidivertido, pocas pecas en silencio engutivo,
notece, huélase, tire de la manija desperpanturrada,
retuerza la bofa, la bofa, bofa pictórica
filos agudos vengativos disparando
luego la coagula encostrando.

Glotona herrambre de maloliente fodonguez
¡ Retuerzace!
Regordete
Retoce
Retuerzace
con todas sus fuerzas...
Retuerzace.

jueves, 22 de abril de 2010

Para: ...

Les diré algo, eso es justo lo que haré. No voy a relatar mi total estado de anulación, no diré el porqué, no relataré un cuento, voy a callar mis quejas, no pretendo ritmo, ni un poco de armonía. Tengo hambre. Volverá la culpa. Sé. He escrito un tanto de vomito, pero no se los mostraré, no es que sea intimo y vergonzoso, no, más bien se trata de el apego que mi manuscrita tiene por el papel, la tinta no sede a él, y me resulta tan de mal gusto arrebatarla para venir a taquigrafiarla aquí, como una estampa digital. Escucho All the things that go to make Heaven and Earth  de The new pornographers, no me gusta, es divertida, pero no podría escucharla otra vez. Ahora es Ingrid Michaelson con Overboard, muy pop. Es extraño que no tenga ganas de desvariar. Hoy me siento disponible, para tolerar curiosidades existenciales de mis camaradas, aunque prefiero no hacerlo. Veré mi correo, no en este momento, pero lo haré. Hoy dejaré de pensar, o mejor dicho, pensaré con falta de dirección, no le veo objeto seguir torturándome. Consideremos esto una carta.

Deseenme suerte.

jueves, 11 de marzo de 2010

Aviones de papel


"I invented you and I will destroy you."
Los Campesinos!



Llevo catorce aviones en el aire, y aquí estoy yo, con el leproso cielo cayéndome en pedazos. Probablemente fue en la fiesta donde no fui invitado, ¿o lo fui? seguro que sí, sí, me estremecí y perjure fornicar, pero la ruptura estaba hecha y pretendí conocer de lo que hablaban... me tragaron sus ecos. Desconozco sus cuentas, sus ábacos recuperados, la historia retrograda que con alegre furor relataban. Y otra ruptura, un salto irrazonable...

Recojo ahora el avión menos apto al vuelo, lo abro al pobrecillo en funesta autopsia, sus alas cuadriculadas proyectan el día que no quise ser yo, que dejé en su estante la cámara fotográfica y no acudí a la entrevista de trabajo, mire los espejos de la estancia, cuatro lentes, cuatro observadores... las tijeras del cajón abierto a mis manos y entre sus filos mutile mucho de lo que llamaban cabello, mi sucio pelo... mas ya en el autobús frenético apunté:

"¿Qué estos giros deteriorados son como yo, y sus ruidos mi voz?    NO ME PROYECTO NO LOGRO PROYECTARME"


Bah, lo contraigo en mi puño y lo guardo en la maleta para aproximarme al siguiente en desastroso aterrizaje, y expuesto a mis ojos lo leo con recelo:

"Hombre calvo toma té negro... mujer reprime las caderas ante la música personal que juega en sus orejas... niños patean un pájaro muerto... les odio... un hombre con su perro, mira con detenimiento a un caballo cagar... ya lejos, imagino al mismo caballo correr entre nosotros; ciclistas...y, !por dios¡, esa idea no viene de mi... una película... seguramente" 


Podría desplegar cada uno de ellos, ¿pero de que sirve? Ya los he regurgitado, en mi sistema no están... además, en su mayoría transportan algunos cadáveres de caricaturas, así que arrancó de las sombras la última proyección, del muro amurallado, de la blanca nada, de la casta pulcritud... las formas se van, me voy perdiendo en ocasionales personalidades, todas yo, todas rotas, culpando a la propia proyección en la que mi cuerpo se ha fugado, en la que he dejado, mi sombra, y frescas palabras con crayola:

"Preguntas qué siento
Estas luces estériles      no me pertenecen
por eso las absorbió un espejismo...


TAL VEZ NO SEA MUCHO
PERO ME SOY ES SUFICIENTE...            la carroña"


Y una vez abiertos los cerrojos de mi habitación, tras saborear los perezosos parpados del cielo, de un perezoso día, veo: vacío mi refrigerador, tres de los cuatro espejos destrozados, la alfombra rasgada, mi techo descalabrado... me complazco... y tirado en el suelo, reúno los sucios cabellos entre mis manos, los alzo y froto contra la mejilla, diciendo, formulando:

"Gotea sangre en mi techo, no deja de fluir, dejaré el rompecabezas desarmado, paren los pelos de crecer, no pienses en restaurarlos, olvida volver, olvida volver."





martes, 23 de febrero de 2010

Soy Radiactivo

Soy radiactivo
No... pero ojalá lo fuera.
Raro sería, y mi cuerpo todo quemado.
Mas yo haría otras cosas...
colgarme de las ventanas,
asomarme a través de ellas,
besar chicas guapas sin cuidado:
verde y luminosa fosforecencía en sus labios
y las volveria a besar...
pero ahora en la oscuridad.

*Co-escrito con Maggoz en una charla en línea