Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de septiembre de 2017

Musa de Pantano


Empañas tus pensamientos con palabras.
Los lapidas con sentencias.

Eres ese cuento que te dice de una existencia insípida
mientras te insinúa una colisión de astros,
una catástrofe y una tragedia,
lujuria enclaustrada, contenida...

Cierras iracunda la página,
la retuerces en tu mano,
me la tiras a la cara.


¿Por qué encontraste un escritor sin buscar nada?
A aquel que conoce y domina el juego de las adivinanzas, de las escondidas y de los disfraces.
Mujer, eres de lectura irresistible.
Muy a tu pesar, lo sé.

El último nunca es el último


La muerte suena a tambores,
a su resonancia febril,
Al Diablo jugando a los dados,
el número repiqueteando en la loza,
girando sin dar su cara.

La eterna agenda, con las mismas últimas palabras,
como una oración vibrando esa vida:
cada renglón estruja ansiosamente una cuenta:

-Ir por los niños.
-Comprar la comida de Perro.
-Llamar a Liliana.
-Pagar la luz.
-Los detalles en la conclusión.



No guardo el secreto,
la revelación, el signo, la epifanía.


domingo, 4 de septiembre de 2011

A na li zan do me



















(Engañado al tomar conciencia sobre un principio, desde un principio, abro las expectativas en un ritual tergiversado, a lo que simplemente es, una desaliñada temporada de desequilibrios shakespearianos, amores bufandicos esporádicos, deberes postergados, y tonadas de radio malinterpretadas)

Encima de todo este cordel de palabrería,
fanáticos encontrando su lugar
en una tibia noche de verano,
se encuentran mis sesos tomados del armario.
Fu-gaz. Han de ser mis delirios,
confitados todos ellos:
mis delirios.

Un par de líneas destronadas, eliminadas del mapa
ahora nadie sabrá, lo mucho que quiero a esa bufanda,
qué más da.

Obediencia, lúgubre y rancio dictador
Oh, por favor, no  tires sentencia en mi tórax entornado

Danzando a orillas de un corcel
la (cinética) tersa mañana me acompaña y ya, estoy, otra vez aquí,
sobre tu grupa,
ve y remonta los cielos
ve y remonta los cielos
hasta el final.


Sir graju graham

lunes, 22 de febrero de 2010

Has alzado el brazo

Gritar en torno a su cuerpo lívido... -función de intrascendencia.
la contundente reacción del tiro fallido: pag!
botas pesadas de lana deja caer (sonido sordo, olor de húmedos pellejos disueltos)
suspira bajo las sabanas, fluyen: pellejos, destellos, pensamientos
tanto
que aerostático se eleva 
va, va, sube y percibe esos acantilados 
desde arriba plasma verde, tejados...
mukulavish escurre el hueco entre su cielo y su nariz.


Bárbaros gritan
¡Gritar!, míralos... diminutos
 y al gritar ya gritado y entre tanto griterío
el contundente escalofrió
poros atentos
ni el polar oso con su piel cubrirá.


Los rieles no fueron hechos para correrlos
no todos
no es por mucho suficiente
mas intenta...
ven, baja, prueba y ya


Ladearan sus sombreros, desaprobando tu esfuerzo.


Dime, dime! retrocederás? corregirás tus pasos? 
a quién más gritarás?
a mi
tú o yo?
forma de mi. 


El final me suena, si tan sólo supiera el porqué.