viernes, 8 de diciembre de 2017

Cómo hacer a un violador

Margina a un hombre, quitale su dignidad, hazlo sentir que no vale nada. Depende de muchas cosas; gobiernos que limitan el potencial de su pueblo a conveniencia del sistema económico, padres que desvalorizan a sus hijos, culturas que determinan el valor masculino por logros y acciones.

Cría a un macho. Tratalo como un rey desde pequeño. Hazlo sentir que estás a su servicio y que siempre tiene la razón. 

Ponlo en un ambiente violento. En donde todos sus objetivos y anhelos se sometan a la competición contra otros hombres. En todo ámbito: laboral, sentimental, sexual, educativo, deportivo... Sumale a la competición mujeres. 

Con las condiciones anteriores, sometelo a un prolongado estado de fracazo.

Hipersexualizalo. Que oiga como todo mundo lleva una vida sexual activa y el que no, es objeto de burla. Que vea en todos los medios, mujeres receptivas, erotizadas, coquetas, anhelantes. 

Frustralo. La seguridad es el más grande atractivo, es el más importante activo para dar el paso, y para sostenerlo. La mujer puede tomar esta seguridad tanto de sus logros, como de su belleza física; a veces no es necesario que la tenga porque igual el hombre hipersexualizado la pretenderá solo por tener vulva. El hombre que ha pasado por los puntos anteriores, dificilmente se sentirá seguro de sí, por tanto, no conseguirá atraer, ni se arriesgará a ser rechazado.

Poco a poco permitele violentarlas. Que sea abominación pero no un trastorno, porque el trastorno significa que esa maldad le viene de fuera y que tiene historia. No lo trates como paciente, pero tampoco lo castigues. Que alivie su frustración hasta el último nivel. Que no ocurra nada si se dirige a ellas para expresar su deseo. Que no ocurra nada cuando las siga por las calles y las grabe. Que no ocurra cuando las toque y las manosee. Que no ocurra cuando forcejé con ellas y use sus partes intimas para deshaogarse. 


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