martes, 17 de octubre de 2017

El interior y la superficie

Esta entrada es sobre la seguridad en uno mismo.

Me han dicho que nace del amor hacia uno mismo, aunque no estoy seguro de qué tipo de amor hablan. ¿El amor que le tengo a mi perro Dublín? ¿El amor intenso que se siente por una chica? ¿El amor de familia, de hermano, de madre, de padre? Quizá es uno que solo funciona para uno mismo. ¿Entonces cómo identificarlo?

Estoy muy satisfecho con lo que soy, excepto cuando me siento menospreciado, pero se supone que si me amara, el menosprecio de fuera se me resbalaría como manteca. Y en cambio absorvo el veneno y hasta cierto punto me vuelvo venenoso.

Si aplicamos las definiciones comunes ¿deberíamos encontrar la respuesta, no es así?

Definición 1

El amor es dar sin esperar nada a cambio.

¿Dar qué? Dar es algo que se exterioriza. Dar tiempo, me doy tiempo y descanzo, sí, lo hago. Dar cariño, me doy cariño y me miro con gusto en el espejo, o no sé cómo te das cariño, ¿masturbandote? eso es placer, no cariño, ¿acaso te abrazas y te dices cosas lindas al oído? ¿o te besas?... Bueno, dar libertad, te permites hacer lo que se te venga en gana, siempre y cuando no te dañe porque entonces sería no quererte. Está muy loco eso del autoamor, no creo que nadie se autoame sin hartarse de sí mismo. Por otro lado, si te das, recibes, así que no hay espacio para la espera.

Definición 2

Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona (animal, cosa o ser imaginario) a la que se le desea todo lo bueno.

Listo, ya lo hago.

La definición definitiva de amor propio, definición 3

Consideración y estima que una persona siente por ella misma y por la cual espera ser considerado y estimado por los demás.

Es aquí cuando nos encomendamos a nuestro interior y a nuestra superficie. Vamos a suponer que te amas; que te has perdonado todos tus errores, que has aceptado tu lado más oscuro, el que exige, el que te obliga a abandonarte, a destruirte, el emocional que no funciona con la razón y que troca el amor en odio. Supongamos que te conoces, te gusta lo que eres, dejas de exigirte lograr aquello que deseas, porque confias en que eres capaz de lograrlo, y si no, trabajarás en prepararte para ello; sabes que es tu tiempo, y es tu ritmo. Supongamos todo ello, que ya hasta he calmado mis demonios.

Vas entonces al encuentro de una chica tal como siempre te han gustado. Su personalidad, su aspecto, su humor... todo es acorde e incluso es posible que te sorprenda con algo distinto a lo esperado. Pero qué pasa, le gustas, conectan, hay algo más que simple amabilidad. Es fabuloso, está interesada en ti. Así que quiere conocerte, y hace las preguntas, las preguntas que no querías que hiciera. Ya no te ves tan confiado, a menos que sepas fingir.

¿Qué haces? ¿Cuánto ganas haciendo eso? ¿Dónde trabajas? ¿Estudiaste para eso? ¿Dónde vives? ¿Con quién?...

Titubeas, piensas demasiado tus respuestas. Amas lo que eres, sí, pero ¿qué has hecho de tu vida? ¿dónde estás? ¿qué es aquello que has conseguido? ¿seguridad? Te votarán varias veces, hay que ser de roca o un narcisista para continuar... continuar hasta encontrar a la que no le importe, y a la que no le importa frecuentemente solo quiere sexo, pero no le estimulan los perdedores, en fin, con que tengas la seguridad cumplirás para esa noche. A menos que sea tan tonta para meterse en una relación basada en tu ser, poco a poco te irá despreciando, comparando, ridiculizando. De ver un valiente gigante, ahora ve un iluso enano. Se cansa de lo que prometes, de lo que sueñas, de lo que imaginas y crees alcanzarás. La vida está hecha de realidades, no de ensoñaciones.

El ser, puede responder todas las preguntas difíciles esquivando los logros. ¿Qué haces? hago lo que me gusta. ¿Cuánto ganas con eso? El dinero no es importante, lo importante es sentirte bien con lo que haces. ¿Dónde trabajas? Estoy haciendo mi propio negocio para no trabajar para nadie. ¿Estudiaste para eso? No es necesario, lo que necesite aprender lo buscaré por mi cuenta. ¿Dónde vives? En tal zona, no es tan mala. ¿Con quién? Por ahora con mis padres. Respuestas que socialmente no son mal vistas para un veinteañero, pero cuanto más te acercas a los treinta o los superas, más ridículas te suenan.

Las preguntas buscan iluminar tu realidad, ¿cómo ves tu realidad? ¿friamente, le ves el lado positivo, te hundes e inmovilizas, te cuentas fantasías, la justificas, la racionalizas? Yo un poco de todo, dependiendo de los nuevos acontecimientos. Debería ser más cauteloso al respecto. Si me amo, también debo prevenir que dañen mi seguridad, mi seguridad es una manta hecha de mi ser, pero es necesario seguir construyendo mi vida, pues solo cuando mi realidad sea solida, será como un tejado.

Aquí van más analogías:

Aunque el corazón sea fuerte y vigorozo, necesita un esternón para aguantar el mundo.

Una abeja reina sin su colmena, vive desamparada.

Un fuego sin chimenea, más que calentar, destruye.

La batería sin linterna no sirve para nada.

Conclusión: No descuides tu realidad superficial, es tu faceta social, el movil donde transportas y proteges tu interior. Es tu paragüas, tu colchón, tu vehículo, tu armadura, tu red eléctrica y de comunicaciones.

No hay comentarios: