lunes, 14 de agosto de 2023

El sistema de apuestas

¿Las apuestas son un sistema de especulación diferente al sistema capitalista? Al fin y al cabo generan ganancias que pueden ser empleadas para ganar más ganancias. Pero no hay ningún beneficio social o contribución al generarlas. Es decir, no es un sistema social. Es como despojar al sistema capitalista de su plano social.

 En lugar de una empresa encontramos eventos, eventos que pueden resultar beneficiosos para algunos e infructuosos para otros. No es el caballo el sujeto de tu "inversión", sino su éxito. Lo pongo entrecomillado porque una inversión tampoco es lo mismo que una apuesta. En la inversión los beneficios son una consecuencia intrínseca, a menos que se invierta en algo nuevo y experimental. Y en toda  apuesta, por mucho que se conozcan todos los elementos que participarán en el evento, el resultado suele ser azaroso porque su base es la probabilidad. El evento puede volver a repetirse y el resultado será distinto, porque los elementos que participan han cambiado, el caballo estará más cansado, dependiendo del lapso temporal en que repita el evento, o más despierto, y la experiencia previa puede mejorar su rendimiento, pero no sabemos si este le alcanza para cumplir nuestras expectativas.

Porque ocurre algo muy curioso, y es que en la apuesta el sistema suele ser binario, o se cumple o no se cumple la expectativa.  A veces hay una compensación o una restitución cuando a la casa no le perjudica demasiado dentro de su margen de perdidas. 

La empresa por su parte, entendiendola como proyecto, puede sufrir contratiempos, pero comprende una serie de eventos que, repito, si no es algo nuevo y experimental, tarde o temprano generará rendimientos. Algo diferente ocurre cuando no se recupera lo invertido. 

Una inversión es como si apostaras al caballo, no a la victoria del caballo, y este te produjera ganancias cuando rebasara a su competencia, que por cada puesto avanzado las ganancias aumentaran y que durante el tiempo que permaneciese en ese puesto la suma aumentara, multiplicándose acorde a lo alto del puesto, sin importar si se multiplicase por décimas o centésimas o por unidades. El problema está en que el caballo no correrá por siempre y si la apuesta fue alta, más vale que haya sido invertida en un caballo de alto rendimiento. 

Como los proyectos requieren grandes sumas para poder financiarse y tardan en arrojar rendimientos, las inversiones suelen ser más calculadas. 

domingo, 16 de julio de 2023

 No voy a ser como ellos, por más noble-pendejo que me encuentren. Los vómito. Como no hay nadie como yo, con esa mentalidad retrograda, que me guste, y como es probable que, a estas alturas de mi vida sea incapaz de creer que soy correspondido, iré a terapia, para adaptarme a este ritmo de vida, a esta visión universal en que todos somos basura y podemos mezclarnos al azar, para cumplir con el tramite, esperando ser convencido porque qué mala mi machura, muy mala. 

No le veo sentido llegar alto, lejos, o lo que sea. No soy como ellos. 

Me gusta ser artesano, aunque mi legado cultural se vaya a la mierda, allá vamos todos.

Mi plan es aguantar este repugnante mundo, aguantar hasta enfermar gravemente y aguantar la enfermedad hasta que por gracia divina me consuma. He tenido dolores de cabeza regulares, como dulces promesas de mi anhelo. 

martes, 13 de junio de 2023

Soy artesano

He construido un legado, ahora me siento con la honra de poder transmitirlo a quien tenga la paciencia y la destreza de recibirlo, me interesa que sus intenciones no sean meramente adquisitivas y que no esté irremediablemente atado a un ciclo de enseñanza-aprendizaje o a una visión corporativa, de marca, o empresarial. 

Eso por un lado. Pero justo lo que hoy me quita el sueño, tiene que ver con esta guerra discursiva de sexos. Ya llevamos varios años inmersos en esta pesadilla. No voy a explicar de qué trata, sino sus efectos. Presiento que el drenaje conductual ya había golpeado mi sistema antes de la adolescencia. Hay fracasos amorosos que no requieren ni el mínimo esfuerzo para suceder, para desparramar su hálito de frustración. La batalla perdida contra la hipergamia; ese fervor instantáneo, casi instintivo, por abalanzarse al frente de las líneas enemigas y ser consciente que estas son como desastres naturales, como un terremoto, un tornado o una triste y apagada brisa. 

Le evité seguirme en mi locura, eso hice al dejarla. Sabía que vendrían años duros, en los que no tendría para salir a tomar algo, o para cambiar la ropa manchada de pintura, agujerada o tan desgastada que podía traslucirse la piel. También habría fuertes enfrentamientos en mi interior, dilemas entre abandonar el camino, buscar otra cosa, o seguir... y ella apoyaría ese cambio de dirección, que yo volviera al programa de la madurez segura, al camino civilizatorio, de crecimiento instituto-empresarial. O quizá me apoyaría, pero de reojo miraría a los exitosos de mi generación, incluso de la suya, y emergería algo pútrido. Emergería mi inseguridad y la depresión en mí, las ganas de morir y en ella el silencio y la resignación en el mejor de los casos, la pasivo-agresividad y las indirectas en el peor. 

Creí verla fuera de mi casa una vez. Me sentía tan fachoso y desmadrado que si no lo estaba, bien lo contagiaba mi talante. Si era ella, la ahuyenté. Luego me enteré que la pretendía un jefe de no sé dónde, un idiota tengo entendido, que la vino a ver a su casa. Y una parte de mí dice que ella lo mandó a la mierda, porque tengo entendido que es un idiota y ella es muy inteligente, pero otra parte de mí sabe que la hipergamia es un terremoto y gestos así derrumban intelectos. 

Siento unas nauseas terribles, de solo pensar que a una mujer tan inteligente le suceda, que sin importar el tipo de hombre, puedan más los puestos y la seguridad integrada que esos puestos proyectan. Unas nauseas kilométricas porque si es así con ella, entonces no hay esperanza con ninguna. 

Y al saber del pretendiente, comencé a soñar con ella; la competencia movió mi subconsciente. Después de tantos años rompí el silencio. Le conté mi sueño en un mensaje. No había preguntas, ni provocaciones, no requería un saludo de vuelta. Si ella lo deseaba podía reiniciar el contacto, sin presión. Pero no dijo nada y ahí fue el fin definitivo para mí. 

Me da gusto ser artesano. No hace tanto pensé en ocultar mi oficio, para prolongar cualquier tipo de fascinación de las mujeres interesadas en mí. Ahora que me está yendo bien, hasta me dan ganas de dejarlo bien en claro en mi vestir o tatuarmelo, solo para ahuyentar la triste brisa de la hipergamia. 

lunes, 5 de diciembre de 2022

El libro del desasosiego

Pasada la faceta laboral, continúa con la social. Ahora sí hay coincidencias. Un testimonio de los primeros casos de drenaje conductual: preferir el artificio, corresponderle, evitar los encuentros sociales que ocasionan un malestar desconocido, aún cuando no ocurra en estos algo extraño o violento, nada fuera de lo ordinario. 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Mi primera impresión de Bernardo Soares

Siempre pensé que en Pessoa y su Libro del desasosiego encontraría a un alma afín, y voy avanzando en los devaneos de Bernardo Soares sin un descubrimiento que me haga estrechar su mano como signo de una verdad compartida o una verdad secreta a la que aún no he llegado por mis propios pensamientos. Hay incluso una que otra fricción. Ese Soares se aproxima a mí, pero luego se desvía en el amor a la resignación, o algo parecido, algo que ni siquiera cuaja en resignación porque nunca pasó por la negación, por la lucha o el conflicto de lo establecido, y su diario es tan solo una negociación en que testifica ceder sus aspiraciones a ser o hacer algo más de lo que ya es y hace, y reclama la felicidad del trabajador promedio. Está bien, yo respeto eso, lo respeto en cada uno de mis amigos, quienes han alcanzado ese estado como quien alcanza el nirvana, y respeto también a los que no tuvieron más remedio que ser parte de la gran rueda y que aunque la detestan y reniegan de ella, desprecian aún con más fuerza a quienes tratan de vivir fuera de su maquinaria, quizá a razón de ese odio primordial. 

Respetarlo no me satisface, porque esperaba comunión. La encontré fragmentariamente, sí, yo tampoco creo en dios ni en la humanidad, pero mi duda se ampara en el lado oscuro de la realidad, más cerca de la negación, más cerca del conflicto, más participe al rechazo y a la construcción de algo distinto. Soares cree un poquito en los dos cadáveres. Y sin saberlo entra al culto del dios dinero. En donde las oraciones se resuelven con matemáticas. No goza con los favores más altos de esta religión, sino que se contenta con ser un súbdito leal y rendir pleitesía.     

Su patrón es su guía laboral, y en lo laboral consigue la felicidad espiritual, por tanto, es igualmente su guía espiritual. Hay una especie de sosiego en acatar sus ordenes, pues por orden de eliminación, él terminó siendo la mejor opción en un mundo donde es imposible no ser explotado; podría haber sido uno de esos jefes que acata ordenes de una mesa directiva y cuyas obligaciones pesan como un tronco en llamas, y que por ese temor a ser despedido se comporta déspota e intransigente; podrían ser muchas cosas quienes asumieran ser sus patrones de explotación,; nombra algunos ideales. No sale enumerada la libertad, pero en parte es también esta suya, porque ha elegido esa vida. 

Entonces pensé ¿cómo podría explotarte la libertad? siempre hay más de esta de que disponer, pero está resguardada, para acceder hay que sacrificar otras cosas, cosas valiosas: un empleo, una casa, un hijo, mascotas, lujos, estabilidad, una pareja. Tanto el tiempo como el dinero son el combustible para la libertad. Uno es para disponer de él, el otro para disponer con amplitud. Yo bien puedo agarrar mis cosas e irme de viaje, sin un centavo encima, porque el tiempo está a mi disposición para alejarme de aquí, pero si tuviera un auto, un jet, una avioneta...


¿Y cómo podrías ser explotado por la libertad entonces? Renunciando un poco, cada vez más, a todo aquello que te ata, puede ser algo que amas, puede ser algo que te ha costado mucho conseguir, pero también es generando el suficiente dinero para que tu libertad dure más o alcance mayor potencia. La libertad siempre es más asequible cuanto menos se requiera.

 Yo anhelo poder vivir en diferentes lugares, ser mi propia empresa y no requerir convencer a nadie de mis capacidades o desempeño, equivocarme y solo perder plata sin mayor perjuicio, disponer de mi tiempo para generar dinero o, si quiero, leer, ver el mundial, escribir o simplemente no levantarme de la cama. Hasta ahora he sacrificado mi buena fama (si alguna vez la tuve), mi dignidad y a mis amigos, con quienes no comparto una visión del mundo, no por ello dejo de respetarlos, simplemente terminó la conexión que en nuestra juventud establecimos. 


jueves, 18 de agosto de 2022

Todo mis proyectos literarios

Terminé Entre tus fauces, una pequeña novelilla, la registré, la mandé a concursos (creo), luego pensé en venderla, pero es complicado... ciertamente es de esos primeros ensayos introductorios para probarte en este género, por lo que no me enorgullece demasiado, solo lo básico, solo el hecho de poderla haberla traído al mundo. Eso significa que mis ánimos para promocionarla son inexistentes. Es como esos diplomas con los que puedes justificar que ejerzas alguna profesión o consultar las estrellas sobre el porvenir. Así puedo decir y decirme que soy capaz de escribir una novela y que soy novelista. 

Terminé al falanx, la bestia que daría fin al Ciclo del Cormorán negro, pero no. Hubo un dictado en mi mente, un pensamiento autoritario me decía que el fin del ciclo sería cuando todo estuviera en su punto álgido para comenzar una nueva bestia. Desistí de hacer al falanx en barro y lo mismo en papel. Creo que me cansé de él. Es razonable; fueron muchos años aprendiendo de roedores, visualizando su lado poético. Tengo muchas ganas de pasar página sin dedicar estatuillas. ¿Entonces? Lo que pasa es que puedo compartirlo, pero si el falanx puede ser compartido, lo justo es que comparta al resto de bestias concluidas con anterioridad. Faltan dos vueltas; una para las hadas, y otra para el datakandra. 

La idea es compartirlo en una página web, donde también compartiré mis cuentos y venderé Entre tus fauces. Pero las donaciones están siendo una reverenda patada en los huevos; las tarifas que PayPal ejecuta son altas para cualquier gesto de buena voluntad hacia el escritor. No estoy dispuesto al engaño, porque tu puedes dar 5 pesos con franca solidaridad de que de 5 en 5 algo puede servirme para comer, pero es que 5 pesos es la cuota, así que las donaciones son para PayPal en realidad. No me parece justo, incluso si condicionara las donaciones a un mínimo, como 10 pesos ¿cómo diablos la plataforma justifica que merece la mitad y sin previo aviso al donante los toma, más un 3% extra del monto total? 

Estoy viendo de introducir ko-fi, que es una manera creativa de donar invitándole un café a tu escritor, el equivalente monetario, claro, no va llegar a mi casa un repartidor con un café. El lado negativo es que Wix, que es donde tengo alojada mi página web, requiere te conviertas a su credo premium para poder insertar códigos tan convenientes para mí, como un botón de donativos que no te robe. Está bien, algún día. No me molesta porque incluye un dominio durante un año por el mismo precio que otras páginas de dominios ofrecen. Además de que puedo hacerme visible en el buscador de google. 

Por el momento no tengo contemplado ese gasto; primero mi horno.

El lado negativo de Ko-fi es que no acepta pesos, solo dolares o euros. Pequeño inconveniente.  


Tengo empezada una novela erótica, la hice porque de repente me quedaba atascado en la lectura del Capital de Marx (que me impuse leer por razones que en seguida les relato), y sentía que desperdiciaba mis ganas de escribir en lecturas que drenaban todo tipo de energías, incluyendo la libido. Aunque no lo crean Marx no es nada afrodisíaco, ni produce estimulantes reflexiones eróticas. Y sin verlo venir, ni saber cómo, conseguí el ritmo adecuado para que su análisis fluyera sin convertirse en grillete o una madeja de estambre sin cabo. Dentro de mi ogro obsesivo compulsivo vive un alivianado vagabundo que se permite cambiar las reglas y abandonar la escalada de cumbres por un rato; que la escalada no se convierta en pre requisito para muchas otras actividades que no estén ligadas a llegar a la cumbre, como examinar bichos, explorar cuevas o jugar con las flamas dentro de una fogata. 

Me impuse leer El Capital porque quería entender este sistema económico, que funciona parcialmente, quiero decir tiene elementos acertadísimos y otros que parecen formas intrincadas de esclavismo, incluso peores, porque dejan al individuo solo a merced de sus más ínfimos recursos, que en un mundo capitalista suelen ser encausados al aprovechamiento a cambio de la mera supervivencia para este, y otro tanto de ganancia para quien tiene los medios para aprovechar esos recursos, que con frecuencia suele ser fuerza de trabajo. Comprendiendo quizá pueda encontrar alguna clave, alguna acción compensatoria que equilibre la balanza de oportunidades. Y esto para utopizar un sistema económico para mi universo y desarrollar mi novela principal. Me faltan 700 páginas. 

Quiero escribir algo sobre mi vida como artesano, pero aún no sé bien qué. Puede ser un poemario o un diario, o ambas.Lo que estoy absolutamente seguro es que debo prohibirme usar la palabra alquimia o todos los derivados de esta palabra. 

martes, 9 de agosto de 2022

Una vez en la vida corta

 Cuando me dicen que solo se vive una vez, me envuelve el ruido del mundo; una fiesta... a mí no me gustan las fiestas;  mucha gente, música desagradable para bailar, algo para aturdirte y no pensar, pero a mí me gusta pensar. Cuidado, si piensas demasiado fuerte lástimas a los demás.

 Solo se vive una vez, para fracasar renuentemente hasta la muerte, para quedarte sin amigos porque te hablan de su felicidad y placeres y quisieras eso para ti, pero nunca, jamás, a su modo, así que a escondidas refutas sus leyes, en secreto cuestionas sus métodos, te guardas el resentimiento de que tu forma de ser no aplique para conseguir felicidad y placeres. Solo se vive una vez para resignarte a la anhedonia de tu autenticidad. 

Solo se vive una vez, así que mejor no seas tú. La vida es corta... ojalá fuera más corta. Tuve amigos en la juventud, luego me esforcé por ser adulto funcional como ellos y fallé irremediablemente; nos hicimos de dialectos incomprensibles y eso que yo ya había renunciado a la poesía hace años. La vida independiente para unos, la vida de sacrificar tu vida por tu familia para otros... sí, me digo, será en otro momento, todavía no. Primero déjame escapar, déjame crear un mundo para refugiarme, para que me importe menos seguir fracasando en la vida real, porque en mi mundo siempre habrá comida exótica, y problemas extraños que involucren a la humanidad, no como nuestros problemas individuales, indivisibles, personales, en los que nos ahogamos. Déjame conocer a mujeres ideales, como todos dicen que es mi problema, es decir, que sean tan tontas y amargadas como yo, que tampoco puedan conseguir sexo, a menos que sea con alguien compatible. Mujeres para las que el sexo no sea solo sexo.

"El sexo solo es sexo". Lo más increíble que tuve en mi vida, probablemente mi primera y última pareja, y para la gente normal es como comer; es rico pero lo olvidarás con el próximo pan de elote que caiga a tu paladar. Los oigo como sacrílegos. Podría escupir o rallar sus bienes más preciados para igualar el insulto; sus autos, sus figuritas de colección, sus obras de arte, sus libros. El sexo no solo es sexo, implica a alguien en quien confiaste y que confió en ti, implica complicidad, sonrisas, caricias, abrazos, mordidas, juegos, palabras, aparte de lo obvio. Implica la historia de dos personas (dos para la gente sencilla). 

La promiscuidad me da repulsión, no tolero ser uno del montón, ser un mero saco roto donde alguien, cualquiera, se abandone. Pero bueno, ya habrá momento de integrar esa filosofía basura del "sexo solo es sexo" en mí, con terapia. 

La vida es corta, pero ¿qué me hace falta por vivir? Sí, solo hacer ese mundo y ver si puedo vivir de mis monos... por cierto, nuevamente, en los últimos esfuerzos de híbrido de artista-artesano y vaya coincidencia que los tiempos cuadren con el fin del ciclo del cormorán.

jueves, 4 de agosto de 2022

 ¿Cómo pudiste contarle? Ya no volveré a hablar con ningún hombre en mi puta vida.

NO PUEDO SER COMO ELLOS, SOLO ME HACEN SENTIR DEFECTUOSO. 

Bien, bien, iré al psicólogo, para que me diga lo que todos me dicen, lo que es ser normal y que me pase trucos para serlo, para que me trague esa mierda sin darme cuenta, para que la integre a mi sistema, para que a pesar de tener una vida social, afectiva e intima como siempre he querido, no me odie por ser como ellos.