domingo, 20 de febrero de 2022

La reacción de ayer

 Una tontería.

Una por una mis opciones de pareja desaparecieron, las descarté, me descartaron, o no había manera. Y en un día aparecen en el mundo virtual dos deslumbrantes especímenes femeninos sacados de mis más profundas fantasías. Dudaba de su materialidad ¿alguien quería fastidiarme? 

Harto de las conversaciones que no llevan a nada; cansado de explicar más o menos qué me gusta, lo que hago y todo eso; aguijoneado por la amenaza de una gran oportunidad desperdiciada, quizá mi última dentro de quién sabe cuántos años, decido invitar a una a salir, luego me arrepiento, me entra una gran inseguridad al ver su edad y su calidad de vida; compararla con la mía. Pero también saco de la memoria una cita fracasada muchos años atrás por esta idea de que podría estar con cualquier mujer, siempre y cuando me guste. Aquella vez no había nada en común. Esta vez  podría ser igual... y reculo. 

No sé qué necesito saber de ella para sentirme seguro. Experiencia artística, resuelvo. Porque quienes me han correspondido por más tiempo han tenido dotes artísticos o tendencias artísticas. En vez de preguntarle sobre esa cuestión, cambio mi perfil advirtiendo de este detalle para que podamos salir y entonces hago match con una chica bellisima, muy mi tipo, y le pregunto de su día. No hay respuesta así que al día siguiente le planteo mi oferta de salir a caminar. No hay respuesta. 

Me consume bruscamente la idea de que soy pésimo tratando con mujeres que me gustan. Trato de dilucidar por qué. De lo poco que conozco sobre atracción femenina le doy un peso enorme al estatus. Ver parejas mayores (los jovenes son aparte) en mi ambiente laboral de ventas, donde los hombres siempre son pudientes y las consienten comprándoles detalles, me pone mal. Pensar en mis amigos y conocidos con pareja, en donde ambos comparten el mismo nivel académico, me pone mal. Saco conclusiones. Atracción femenina = estatus (incluido nivel académico). Si por conseguir mis sueños he renunciado a esos caminos, por lo tanto he renunciado colateralmente a estas dos chicas virtuales que por ahora representan mi única y última oportunidad. Esto se volverá a repetir en toda mi vida, me digo, ya no quiero sufrir, así que debo renunciar a encontrar a alguien con quien compartir mi tiempo y brindar cariño recíprocamente.

Renuncio. No sé si he renunciado. Estoy muy cansado y adolorido por semejante conclusión. 

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