miércoles, 11 de noviembre de 2015

Problema invasivo

Tengo dieciséis ratones. Cuatro aún son muy jóvenes. Uno es salvaje, de una madre salvaje que capturé y parió en el terrario donde la dejé mientras pensaba dónde liberarla. Fue abandonado de bebé con un hermanito cuando ni siquiera tenía pelusa en el lomo; pequeñito y rosado como una gomita, lo adoptaron mis hembras domésticas y hoy tuve una bonita experiencia con él al tomarlo, después de muchos intentos, en mi mano y que solito se tranquilizara y acostumbrara a mi calor, olor y confort. Es más pequeñito que sus hermanastros, no pude verle el sexo y no sé qué es. Su hermanito fue devorado. Pero él pudo sobrevivir. Se me ocurre que pueda quedarse con las hembras aún siendo macho porque  presiento que son de diferente especie, aunque a lo mejor son como los perros... nunca he entendido lo de los perros, cómo siendo de la misma especie hay tantas variedades y tan distintas unas de otras.
Una de mis hembras empieza a respirar agitada (disnea) y eso siempre significa que pronto morirá, me da tristeza porque será la primera de esa camada y es muy joven aún, su madre y tía son vitales y creo no tienen más de un año. No sé si llevarla al veterinario, nunca me han resuelto sus males, siempre mueren, en parte es porque son muy nerviosos y los veterinarios muy bruscos, sumandole el hecho de que decido llevarlos cuando ya no veo otra alternativa menos abrasiva. Pienso que sufren siempre de lo mismo; tumores internos. Un mal congénito.
Cuando los dos machitos crezcan, necesitaré un nuevo tupper y más espacio. Me molesta lo que dice mi familia, pero es verdad. Que crió ratones, que se me salió de control, que me quitan mucho tiempo, que qué haré con ellos. No sé qué haré. Hay que sumar mis propias reflexiones de desesperanza, la más importante, cómo sustentaré sus necesidades. Ya no me quedaron ganas de tener animales. Me niego a darlos como alimento de mascotas exóticas. Por lo menos dejándolos en algún bosque o remedo de bosque tienen la oportunidad de sobrevivir por sus propios medios. Pero siempre es difícil abandonarlos a su suerte. 
Muy poca gente quiere ratones de mascota. Yo diría que junto con las ratas, son las especies menos solicitadas para compañía. A pesar de su inteligencia y agilidad. 

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