Fue increible haber tenido novia. Esperé tanto tiempo encontrar a la indicada, que al final decidí intentar con aquella chica atractiva, de belleza exótica, y con quien compartía similares perspectivas de entender el mundo; pesimista y existencialista, con ese extraño gusto por las rarezas artísticas y con talento artístico de su propia naturaleza.
Combustionamos esporadica pero impetuosamente. El tiempo que estuvimos juntos, la amé como relampagos en una tormenta, descargas inesperadas aparecían a lo largo del camino. Su sonrisa era el pararrayos incitando a las nubes, su ternura y cariño el árbol en medio de la nada. Me quiso y quizá aún me quiere, por lo que soy, y no tanto por lo que hago, y mucho menos por lo que tengo, que no tengo nada. Es dificil encontrar quien quiera de esa forma. Hay que tener un gran corazón.
Recibí culposamente todos aquellos detalles que una persona enamorada hace a su amado. Me esforcé por darle todo el cariño y pasión que sentía, para compensar. Pero nada que no sea amor compensa al amor.
Las tentaciones llegaron y las afronté por lealtad, respeto y compromiso. Sin embargo, sabía que no era suficiente, que llegaría el día en que la corriente desbordaría la presa. Que la idea de sentir otra piel o experimentar el relacionarme intimamente con otra mujer terminarían haciendo mella en mis convicciones. Y como en mi vida de soltero siempre me repetí no llegar nunca a esos extremos, a los que sabía llegaba mucha gente cercana, y no tanto; decidí que era momento de dejarla ir, dejar espacio para aquel que se volviera loco por ella, aquel que inundara la pradera de electricidad en flujo continuo.
Tuvimos una relación hermosa, aunque no tenga realmente ningún punto de comparación. Siento que haciamos un gran equipo. Nos apoyabamos en todo, nos dabamos nuestro espacio, nos adorabamos en las sábanas, nos complaciamos en nuestras excentricidades, nos contabamos nuestras preocupaciones.
Fue increible haber tenido novia. Desgraciadamente ya sé qué es lo que me mueve a amar. Amo la tortuosidad y maldad en las mujeres inteligentes. Amo provocar reacciones en las mujeres indolentes. Hace poco fantaseé con una diputada del partido corrupto y saqueador del pueblo; me excitaba reclamarle amable y cordialmente que apoyara una causa justa. Imaginaba sus gestos al leerme, su molestia, su furor contenido. Me soñaba en sus aposentos imperiales, sirviendo sus caprichos sexuales en vergonzoso secreto. So pena de ser descubierta con semejante alimaña, de la plebe, un opositor, que la sometía y le brindaba placer. Ya sé de qué irá mi novela principal.
Ah, pero el problema con este tipo de mujeres es sencillo; son muy dificiles de tratar, es muy dificil hacerlas sentir, y es muy dificil que admitan sentir algo. A veces pareciera que disfrutan pisotear a quienes les mueven el tapete, como una venganza contra su debilidad. Claro que no soy ningún experto, me atengo a lo que conozco.
Para ser visible supongo debes destacar entre los demás, y entre más atributos tengas, más posibilidades tienes de no ser uno del montón. Y yo aquí en el hoyo, próximo al no retorno. Muy por debajo del montón...
Me alegra haber tenido una increible novia, y haber sido amado. Y hubo un tiempo en el que, mantengo la fe, encontré un amor reprimidamente reciproco.
Combustionamos esporadica pero impetuosamente. El tiempo que estuvimos juntos, la amé como relampagos en una tormenta, descargas inesperadas aparecían a lo largo del camino. Su sonrisa era el pararrayos incitando a las nubes, su ternura y cariño el árbol en medio de la nada. Me quiso y quizá aún me quiere, por lo que soy, y no tanto por lo que hago, y mucho menos por lo que tengo, que no tengo nada. Es dificil encontrar quien quiera de esa forma. Hay que tener un gran corazón.
Recibí culposamente todos aquellos detalles que una persona enamorada hace a su amado. Me esforcé por darle todo el cariño y pasión que sentía, para compensar. Pero nada que no sea amor compensa al amor.
Las tentaciones llegaron y las afronté por lealtad, respeto y compromiso. Sin embargo, sabía que no era suficiente, que llegaría el día en que la corriente desbordaría la presa. Que la idea de sentir otra piel o experimentar el relacionarme intimamente con otra mujer terminarían haciendo mella en mis convicciones. Y como en mi vida de soltero siempre me repetí no llegar nunca a esos extremos, a los que sabía llegaba mucha gente cercana, y no tanto; decidí que era momento de dejarla ir, dejar espacio para aquel que se volviera loco por ella, aquel que inundara la pradera de electricidad en flujo continuo.
Tuvimos una relación hermosa, aunque no tenga realmente ningún punto de comparación. Siento que haciamos un gran equipo. Nos apoyabamos en todo, nos dabamos nuestro espacio, nos adorabamos en las sábanas, nos complaciamos en nuestras excentricidades, nos contabamos nuestras preocupaciones.
Fue increible haber tenido novia. Desgraciadamente ya sé qué es lo que me mueve a amar. Amo la tortuosidad y maldad en las mujeres inteligentes. Amo provocar reacciones en las mujeres indolentes. Hace poco fantaseé con una diputada del partido corrupto y saqueador del pueblo; me excitaba reclamarle amable y cordialmente que apoyara una causa justa. Imaginaba sus gestos al leerme, su molestia, su furor contenido. Me soñaba en sus aposentos imperiales, sirviendo sus caprichos sexuales en vergonzoso secreto. So pena de ser descubierta con semejante alimaña, de la plebe, un opositor, que la sometía y le brindaba placer. Ya sé de qué irá mi novela principal.
Ah, pero el problema con este tipo de mujeres es sencillo; son muy dificiles de tratar, es muy dificil hacerlas sentir, y es muy dificil que admitan sentir algo. A veces pareciera que disfrutan pisotear a quienes les mueven el tapete, como una venganza contra su debilidad. Claro que no soy ningún experto, me atengo a lo que conozco.
Para ser visible supongo debes destacar entre los demás, y entre más atributos tengas, más posibilidades tienes de no ser uno del montón. Y yo aquí en el hoyo, próximo al no retorno. Muy por debajo del montón...
Me alegra haber tenido una increible novia, y haber sido amado. Y hubo un tiempo en el que, mantengo la fe, encontré un amor reprimidamente reciproco.
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