El bloguero con su blog, hablandose. Me sentía solo y llegó la tormenta. Mi tormenta. ¿Qué es la soledad sin autocompasión? Silencio. Mi ropa se ha estado mojando en los lazos, nunca terminará de secarse. Yo estaba entristeciendome con gusto generoso, sin exceso que acuda al llanto, sin dolores. Pensaba en que en la carrera se me estaban terminando las amistades. Me fosilizo. Me entristece pero no sé si es una melancolía real o sólo el leño disponible para avivar el fuego de la calida autocompasión. Eso debe ser. Porque no necesito encontrármelos por los corredores para alegrar mi día. ¿Por qué no necesitas encontrártelos por los corredores para alegrar tu día? Bueno, la alegría no es algo que este en mis planes diarios. Sería horrible, soy alérgico.
De todos modos sé que puedo verlos fuera y... en fin. Ciertamente la escuela ahora si me hace sentir más solo. Claro que nunca fui un estudiante tan de grupo, tan de compañías... pero entre clase y clase es bueno contar con uno o dos seres humanos con quiénes estrechar vínculos y relacionarte estupendamente, decir estupideces y pasarlo bien.
También está lo de que se me apaga el cerebro, no empiezo a babear y perder la noción del tiempo-espacio... más bien es un "bajarle el volumen" al proceso, y entonces... es una cosa un poco apática, como mi respuesta natural al estrés, como la zarigüeya que se hace la muerta, pues yo me hago el muerto también. Zarigüeya fósil.
Luego está Tegthyn y sus amigos y su pronto regreso. A veces siento que todo mundo es como yo y que se engolosinan con la soledad. Tegthyn se engolosina con el descanso. No es que no quiera verla, me gusta estar a su lado, abrazarla y en ocasiones besarla, lo cierto es que no soy fan del besuqueo, y no sé porqué. Pocas mujeres me han despertado esa pasión animal y a ninguna de ellas he besado. Con Tegthyn los besos son tiernos, y luego se ponen un poco más intensos. Pero no es para que piense en sus labios al pensar en ella. Hay otras regiones, gestos y sonidos que me hacen desearla.
Mencioné a sus amigos porque cuando vi una foto publicada en facebook donde sale ella y uno de ellos en sus piernas, luego de sentir celos, pensé en todo eso de yo y mi mente de ahora, y ella y lo que yo ya sabía; que siempre estará viajando y conociendo gente nueva, etc. Y en nosotros dos que nos queremos, pero que eso no logrará que en algún momento alguien nos mueva el tapete, incluso sólo interese. Y es un poco triste claro está, porque lo último que deseas en la vida es lastimar a quien respetas y quieres, o que esa persona te lastime. Aunque hay casos en que si, cuando trabaja el amor violento.
Y me preguntaba si quiero llevar lo que tenemos a "la formalidad" y adquirir las "ventajas" de dicho tramite. Y me dije que no. Que ella de ninguna manera será el tesoro que resguardaré de otros. No será el trofeo marcado a mi nombre para presumirlo ante todos y sentir su aprobación, motivación, orgullo, envidia, morbo, interés, curiosidad, o lo que sea que sienta la gente al enterarse de ese tipo de cosas. Que si ella quiere estar conmigo no necesita de títulos, que supuestamente le den más valor a lo que ya tenemos; aunque sí, somos novios, pero sólo para definir la situación de "más que amigos", puesto que amigovios suena a juego de inmaduros, y free suena a pura calentura.
He estado muy ermitaño en su ausencia; lo digo sin pesares, me gusta no ser visto, oído u olfateado. Como ya dije, me engolosino de soledad. Lo cierto es que estoy en un punto insípido de mi vida que yo mismo he elegido como el último, porque la insipidez parasitológica tiene sus ventajas (manutención gratis igual a mucho tiempo libre), pero es aberrante, me siento mal porque de todas formas no avanzo en mis proyectos. Además no puedo esperar a que me nazca una gran calva y que se me blanqueen las barbas para independizarme. Éste será mi último año de chinche. He dicho.
Ah, pero lo que quería contarles es que mi condición parasitaria e insulsa me hace azotarme poquitín. Me digo que no soy el tipo de hombre para mujer alguna. Y no tiene que ver con mis excentricidades, que si desconciertan y me crean sin fin de prejuicios; no es eso, no... Son más bien los modelos de buen prospecto. Lista de azotes: estoy muy plano, pronostíco un futuro no muy prospero en mi porvenir, soy demasiado pasivo (a lo mejor predecible), actualmente estoy plantado en un conformismo autoimpuesto, autobligatorio, y, sigo azotandome como cuando desde que era un crío.
De todos modos sé que puedo verlos fuera y... en fin. Ciertamente la escuela ahora si me hace sentir más solo. Claro que nunca fui un estudiante tan de grupo, tan de compañías... pero entre clase y clase es bueno contar con uno o dos seres humanos con quiénes estrechar vínculos y relacionarte estupendamente, decir estupideces y pasarlo bien.
También está lo de que se me apaga el cerebro, no empiezo a babear y perder la noción del tiempo-espacio... más bien es un "bajarle el volumen" al proceso, y entonces... es una cosa un poco apática, como mi respuesta natural al estrés, como la zarigüeya que se hace la muerta, pues yo me hago el muerto también. Zarigüeya fósil.
Luego está Tegthyn y sus amigos y su pronto regreso. A veces siento que todo mundo es como yo y que se engolosinan con la soledad. Tegthyn se engolosina con el descanso. No es que no quiera verla, me gusta estar a su lado, abrazarla y en ocasiones besarla, lo cierto es que no soy fan del besuqueo, y no sé porqué. Pocas mujeres me han despertado esa pasión animal y a ninguna de ellas he besado. Con Tegthyn los besos son tiernos, y luego se ponen un poco más intensos. Pero no es para que piense en sus labios al pensar en ella. Hay otras regiones, gestos y sonidos que me hacen desearla.
Mencioné a sus amigos porque cuando vi una foto publicada en facebook donde sale ella y uno de ellos en sus piernas, luego de sentir celos, pensé en todo eso de yo y mi mente de ahora, y ella y lo que yo ya sabía; que siempre estará viajando y conociendo gente nueva, etc. Y en nosotros dos que nos queremos, pero que eso no logrará que en algún momento alguien nos mueva el tapete, incluso sólo interese. Y es un poco triste claro está, porque lo último que deseas en la vida es lastimar a quien respetas y quieres, o que esa persona te lastime. Aunque hay casos en que si, cuando trabaja el amor violento.
Y me preguntaba si quiero llevar lo que tenemos a "la formalidad" y adquirir las "ventajas" de dicho tramite. Y me dije que no. Que ella de ninguna manera será el tesoro que resguardaré de otros. No será el trofeo marcado a mi nombre para presumirlo ante todos y sentir su aprobación, motivación, orgullo, envidia, morbo, interés, curiosidad, o lo que sea que sienta la gente al enterarse de ese tipo de cosas. Que si ella quiere estar conmigo no necesita de títulos, que supuestamente le den más valor a lo que ya tenemos; aunque sí, somos novios, pero sólo para definir la situación de "más que amigos", puesto que amigovios suena a juego de inmaduros, y free suena a pura calentura.
He estado muy ermitaño en su ausencia; lo digo sin pesares, me gusta no ser visto, oído u olfateado. Como ya dije, me engolosino de soledad. Lo cierto es que estoy en un punto insípido de mi vida que yo mismo he elegido como el último, porque la insipidez parasitológica tiene sus ventajas (manutención gratis igual a mucho tiempo libre), pero es aberrante, me siento mal porque de todas formas no avanzo en mis proyectos. Además no puedo esperar a que me nazca una gran calva y que se me blanqueen las barbas para independizarme. Éste será mi último año de chinche. He dicho.
Ah, pero lo que quería contarles es que mi condición parasitaria e insulsa me hace azotarme poquitín. Me digo que no soy el tipo de hombre para mujer alguna. Y no tiene que ver con mis excentricidades, que si desconciertan y me crean sin fin de prejuicios; no es eso, no... Son más bien los modelos de buen prospecto. Lista de azotes: estoy muy plano, pronostíco un futuro no muy prospero en mi porvenir, soy demasiado pasivo (a lo mejor predecible), actualmente estoy plantado en un conformismo autoimpuesto, autobligatorio, y, sigo azotandome como cuando desde que era un crío.
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