Ayer con ojos escépticos miraba el canal del congreso en que se transmitía un hecho aparentemente histórico... y así fue, a medias, nada histórico pero si muy aparente. Se trataba de establecer los preceptos para un magnánimo sistema nacional anticorrupción. Al principio aparecieron senadores exaltando las bondades de esta nueva reforma, lo ponían como el andamiaje de algo más grande a futuro, o el principio del fin del mal... quién puede estar en contra del mal de males, quién quiere ser señalado por no estar de acuerdo con la solución, aunque sea a medias y al descuido (ojo) intencional.
Ante la presión internacional por los escándalos que evidenciaban descaradamente nuestro país como uno de los más corruptos, el segundo para ser precisos, debajo de Filipinas, el presidente apantallador que tenemos en nuestros televisores todas las noches luchando contra el mal asiduamente, etcetera; Enrique Peña Nieto toma la palabra y señala que lo que todos esperábamos es obra de su gran gobierno, un sistema anticorrupción. Todos felices. Excepto que su poderoso sistema está hecho amañadamente para que los que gobiernan y los que legislan puedan seguir con sus sinvergüenzadas.
Tuvieron mucho tiempo para hacer una cosa digna de homenaje, e incluso a último minuto senadores chingones (ninguno del pri) como es debido, propusieron sus añadidos y modificaciones para eliminar el fuero, para acabar con los vacíos de gobierno, para evitar las alianzas partidistas con el crimen organizado, para castigar y nombrar como delito el conflicto de intereses, entre otras; y todo fue mandado a la borda sin siquiera discutirse el porqué esto constituía una mala idea. Si bien recuerdo que al principio un priista se las dio de genio y dijo que el fuero estaba por algo y que querer derogarlo era una estrategia populista. En fin, qué da coraje del malo, del que te revienta los tímpanos.
He solicitado en Transparencia las valiosas minutas rechazadas que podían finalmente cambiar el país, a ver si me las dan y puedo mostrarles lo que sus queridos representantes encestaron a la papelera.
Si, si, si, todo es plan bien orquestado para ganar ingenuos votantes en las próximas elecciones, y a lo mejor hasta fieles borregos acarreables de por vida con su tarjeta de fidelidad y torta con Frutsi.
Así son las cosas, el Sistema Nacional Anticorrupción es parte del mismo sistema de corrupción, poderosamente arraigado en nuestras instituciones y gracias a ello, empapado en toda nuestra vida cotidiana, la violencia, las desgracias, la injusticia... El gobierno partidista mata dos pájaros de un tiro, "disminuye" la corrupción a niveles tolerables para que no se quejen allá ajuera y se pone la corona como el héroe que finalmente dio el paso.
Mi opinión personal.
Ante la presión internacional por los escándalos que evidenciaban descaradamente nuestro país como uno de los más corruptos, el segundo para ser precisos, debajo de Filipinas, el presidente apantallador que tenemos en nuestros televisores todas las noches luchando contra el mal asiduamente, etcetera; Enrique Peña Nieto toma la palabra y señala que lo que todos esperábamos es obra de su gran gobierno, un sistema anticorrupción. Todos felices. Excepto que su poderoso sistema está hecho amañadamente para que los que gobiernan y los que legislan puedan seguir con sus sinvergüenzadas.
Tuvieron mucho tiempo para hacer una cosa digna de homenaje, e incluso a último minuto senadores chingones (ninguno del pri) como es debido, propusieron sus añadidos y modificaciones para eliminar el fuero, para acabar con los vacíos de gobierno, para evitar las alianzas partidistas con el crimen organizado, para castigar y nombrar como delito el conflicto de intereses, entre otras; y todo fue mandado a la borda sin siquiera discutirse el porqué esto constituía una mala idea. Si bien recuerdo que al principio un priista se las dio de genio y dijo que el fuero estaba por algo y que querer derogarlo era una estrategia populista. En fin, qué da coraje del malo, del que te revienta los tímpanos.
He solicitado en Transparencia las valiosas minutas rechazadas que podían finalmente cambiar el país, a ver si me las dan y puedo mostrarles lo que sus queridos representantes encestaron a la papelera.
Si, si, si, todo es plan bien orquestado para ganar ingenuos votantes en las próximas elecciones, y a lo mejor hasta fieles borregos acarreables de por vida con su tarjeta de fidelidad y torta con Frutsi.
Así son las cosas, el Sistema Nacional Anticorrupción es parte del mismo sistema de corrupción, poderosamente arraigado en nuestras instituciones y gracias a ello, empapado en toda nuestra vida cotidiana, la violencia, las desgracias, la injusticia... El gobierno partidista mata dos pájaros de un tiro, "disminuye" la corrupción a niveles tolerables para que no se quejen allá ajuera y se pone la corona como el héroe que finalmente dio el paso.
Mi opinión personal.
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