Pocos son los que saben tocar al erizo
los que aprecian el canto del sapo en su charca y se hunden a cantar con él
son pocos quienes dispuestos entran al bosque para perderse.
Yo valoro el silencio cuando es compartido
mientras no se tenga nada que decir
que no se diga.
Valoro la simplicidad porque me encuentro enredado en mi reino.
Quiero que entres aquí conmigo
quiero encontrar en tu mano, en tu piel, en tu sombra cobijo.
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